Si se hiciese un manual de cómo no se debe hacer una película de superhéroes, en su portada podrías leer en mayúsculas Superman Lives. Con letras coloradas y sobre un escudo amarillo. En la contraportada, quizás, una enorme araña. Una doble advertencia para disuadir a todo el que intente seguir esos mismos pasos. ¿Los autores? Jon Peters junto a Tim Burton, Nicolas Cage... Y, como verás, Kevin Smith estaría encantado de escribir el prólogo. Se frotaría las manos.
A finales de la década de los 90, y a rebufo de la exitosa franquicia cinematográfica de Batman iniciada por Tim Burton, Warner Bros. se propuso hacer una nueva película basada en el Hombre de Acero. Era el momento perfecto: el evento de La Muerte de Superman en los cómics había generado un fenómeno a escala mundial. El desafío en sí era renovar al icono para la gran pantalla. Y justo ahí es donde entran Kevin Smith y Jon Peters en la ecuación.
La vez que Hollywood derrotó a Superman
Kevin Smith apenas necesita presentaciones: el director de Clerks o Mallrats es también guionista, productor y, de vez en cuando, interpreta a Bob el Silencioso en sus propias películas. Un tipo nacido en Nueva Jersey que se sabe defender con soltura en la jungla de Hollywood y su fauna.
Eso sí, Kevin Smith es sobre todo un apasionado de los cómics. Algo que se notaba en sus primeros trabajos y que en aquella época no era tan habitual entre los ejecutivos y cineastas de los grandes estudios. ¡Hasta logró que Stan Lee hiciese un cameo en sus películas antes de que Marvel Studios existiese! Elementos que, precísamente, le atarán de por vida a la peor película de Superman que nunca fue.
Por casualidad, Smith no solo se enteró de las intenciones de Warner por traer de vuelta a Superman a la gran pantalla, además de una película en la que Bitelchús iría a Hawai, sino que le propusieron rehacer el guión. Con todo, en Warner Studios no tenían todos los derechos del personaje al tratarse de una franquicia y no un proyecto propio. De modo que debía tener el beneplácito de Jon Peters y, por extensión, ajustarse a tres condiciones muy específicas suyas:
- Superman no tendría su traje, porque a Peters le parecía que el traje era ridículo
- Superman no podría volar, y eso que lo que define su imagen de cara al mundo era el taje y el hecho de poder volar
- Y en el acto tres Superman deberá luchar contra una araña gigante en el tercer acto de la cinta. Porque "las arañas son los asesinos más sanguinarios entre los insectos".
No sin mucho trabajo y sacrificio, un Smith emergente en su carrera logró hacer piruetas para ajustarse a las condiciones mientras descubría cómo Peters no tenía muy claro quien era Superman. Es más, se enteró durante la lectura de guión de su nombre de nacimiento. No obstante, como productor Peters tenía la última palabra de cara a la película, y Smith deseaba trabajar en aquella película. Por muy absurdas que fuesen sus propuestas.
De hecho, las ideas de Peters no acabaron ahí: aquella película de Superman iba a tener al villano Brainiac luchando contra osos polares en el ártico (sin razón o motivo) o un robot a lo R2D2 cuya voz sonase como un afroamericano gay. Esto último para poder sacar juguetes y merchandising, por cierto. Y pese a que Smith acomodó su guión a todos esos cambios, quien lo sacó del proyecto fue Tim Burton.
La muerte y resurrección del Superman de Nicolas Cage
Tanto Burton y como Cage firmaron para hacer la nueva película de Superman con el guión de Smith, pero una vez dentro del proyecto, Burton trajo a su equipo de escritores y empezó a trabajar en su propio libreto. Por su parte, el cineasta de Nueva Jersey se llevó un buen sueldo por su trabajo, una barbaridad de merchandising y una anécdota que da gusto verle contar.
Por su parte, Nicolas Cage y Burton ahondaron enormemente en el proyecto y el primero se probó varios trajes. Dándole un aspecto muy diferente a la imagen del Superman de los cómics, y -por suerte- al que deseaba hacer Jon Peters. Y pese a ello, aquella película no llegó a ir mucho más allá.
En el año 2002 se publicó el DVD de An Evening with Kevin Smith (una velada con Kevin Smith), en el que se recogían sus conferencias en diferentes universidades de Estados Unidos respondiendo preguntas de los alumnos. Era cuestión de tiempo que alguno de ellos, fans de los cómics, le preguntase por aquella película de Superman en la que participó y jamás se llegó a hacer. El resultado es más que una respuesta: un sensacional monólogo de 20 minutos en el que cuenta toda su participación en el proyecto.
La cancelación de Superman Lives (originalmente llamado Superman Reborn) no fue el final del Hombre de Acero en la gran pantalla, aunque en aquella época no se sabía si se haría una nueva película. Pocos años después, Bryan Singer dejaría tirados a los mutantes de Marvel en la tercera entrega de X-Men para dirigir Superman Returns y esgrimía las fotos de Nicolas Cage con el traje para tener más poder creativo sobre el proyecto que los ejecutivos. En cierto modo, tenía razón.
La otra realidad es que a su Superman Returns le faltó el calado de la saga clásica (con el inolvidable Superman de Christopher Reeve) y la fuerza del que años después plasmará Zack Snyder al tomar las riendas de DC en la gran pantalla.
¿Nos quedamos sin el Superman de Nicolas Cage? Lo cierto es que en el año 2018 lo interpretó sin ponerse los calzoncillos por fuera. O sí. Eso no lo sabemos porque básicamente lo que hizo fue prestarle su voz al Hombre de acero en Teen Titans Go! La película. Una elección que, lejos de ser casual, pondría el broche a la historia.
Y así fie hasta que la película de Flash, la cual atravesó su propio temporal, volvió a abrir la caja de los truenos. Pero eso ya es otra historia.
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