Un gato atropellado que se transforma en un espíritu atado a la muerte según el folklore japonés. Aunque parezca increíble desde ese punto de vista, ese es uno de los protagonistas de la mayor sensación nipona de nuestra época, un videojuego para niños (y no tan niños) que ya ha destronado a nombres de la talla de ‘Pokémon’ y Star Wars.
‘Yo-Kai Watch’ es una franquicia multimillonaria con más de 10 millones de copias a sus espaldas, dos películas, una serie de anime y una legión de ejemplos de merchandising que va desde los muñecos hasta el jabón para niños. Ahora el fenómeno prepara su aterrizaje en occidente y, con él, la fiebre por los Yo-Kai promete catapultar las cifras conseguidas en Japón.
El secreto del éxito de Yo-Kai Watch
¿Pero cómo un videojuego que mezcla la captura de ‘Pokémon’ con los fantasmas ha alcanzado ese éxito?
Ahí entraría en juego la maquinaria publicitaria de Level-5 y Nintendo, unidos con la intención de crear una sensación alrededor del mundo que fuese capaz de hacer sombra a Doraemon, pero sería de locos quedarnos en el marketing y no reconocerle el mérito a ‘Yo-Kai Watch’. El de Nintendo 3DS es, además, un fantástico videojuego.
Las primeras horas con él, unas 10 en las que aún tengo la sensación de haber rascado sólo la superficie, chocan completamente con la sensación que me dejó la demo del juego hace algunas semanas. ‘Yo-Kai Watch’ es uno de esos juegos que sólo se entienden tras degustarlo sin prisas, prestando atención a los detalles y maravillándote con la exquisita fórmula que ha parido Level-5.
Decenas de misiones, un centenar de criaturas a capturar y un sistema de combate que gana varios enteros en profundidad conforme avanzan las horas, se unen también a un guión en el que los niños son el objetivo principal, sirviendo así no sólo como entretenimiento, sino también como herramienta de educación pasiva.
Un juego que divierte a la vez que enseña
Los peligros de cruzar en rojo, los beneficios de ayudar a tus amigos y vecinos, la lacra de la vagancia en nuestras vidas, la empatía frente a los problemas ajenos, la importancia de la paciencia en un mundo en el que los críos nacen con la posibilidad de tener cualquier cosa al momento.
Entre chistes, combates legendarios y fragmentos de animación, ‘Yo-Kai Watch’ se las arregla para ser algo más que un videojuego, consiguiendo acercarnos a unos personajes en los que cualquiera podría verse retratado y evitando así que los padres puedan tener pegas porque su hijo está jugando a la consola. Al fin y al cabo, mientras lo hace también está aprendiendo a ser mejor persona.
Es, sin duda alguna, una de las maniobras más alucinantes y bien ejecutadas que recuerdo en un juego de marcado carácter infantil, una estrategia tan bien integrada que hasta yo he abandonado el vicio de recorrer las calles sin pararme en sus semáforos virtuales.
Pero de nada serviría esa estratagema si la jugabilidad no acompañase, si no estuviésemos ante un juego capaz de enganchar a grandes y pequeños con una fórmula que creíamos ya demasiado manida.
Y además, un fantástico juego
No lo confundamos con ‘Pokémon’, aunque sería fácil hacerlo, y es que aunque aquí cobra gran importancia la captura de los fantasmas kawaii que pueblan sus escenarios, estamos ante un estilo de juego completamente distinto.
Para empezar la importancia del combate es menor que en el otro fenómeno de Nintendo, siendo aquí una excusa para atrapar Yo-Kai y hacer avanzar la historia. La gran baza está en las misiones, encargos costumbristas en los que la cultura nipona cobra gran importancia y que nos pondrán como reto desde arreglar una pelea entre amigas chismosas hasta conseguir que un trabajador con varias copas de más vuelva a casa tras un duro día de trabajo.
Los Yo-Kai, fantasmas que pueblan las calles de Floridablanca, se encargan de espiritar a sus habitantes convirtiéndolos en vagos, en ladrones, en maleducados, y corre a nuestro cargo acabar con esos vicios obligando al Yo-Kai a cesar su encantamiento.
Algo así como si Rousseau decidiese utilizar un videojuego para adoctrinarnos sobre cómo una naturaleza humana corrupta puede volver a su cauce con el poder de la bondad y la amistad.
Así se lucha en Yo-Kai Watch
‘Yo-Kai Watch’ te ofrece las herramientas necesarias para tomar ese camino o centrarte en los combates para conseguir que tu equipo sea más fuerte y pueda avanzar en la historia, pero es con ese tipo de misiones, tan originales en su guión como repetitivas (aunque adictivas) en su planteamiento, con las que seguir adelante es más fácil.
Esa curva de dificultad, orientada a que ayudar a los vecinos de Floridablanca ofrezca una recompensa agradable, se complementa con un acercamiento a los combates en los que los automatismos favorecen que cualquier crío pueda sumarse a ellos con relativa facilidad.
Según sus estadísticas y carácter, nuestros Yo-Kai se encargarán de atacar, defender o incluso curarse, quedando a nuestro control el grupo que lucha en cada momento, sus ataques especiales, el enemigo objetivo y los objetos con los que potenciar o salvar a nuestros aliados.
Como comentaba antes, los combates de la demo me parecieron faltos de carisma, o al menos no a la altura de los monísimos (y demenciales) animalicos que nos acompañan, pero ha sido con la versión final del juego en las manos (traducida hasta el más mínimo detalle en una maniobra de introducción de la saga en occidente que merecería otro texto para sí misma) donde he podido comprobar hasta qué punto puede llegar su profundidad.
Con ganas de más
Sin el nivel adecuado un combate en ‘Yo-Kai Watch’ puede ser demoledor, e incluso con las estadísticas adecuadas la estrategia en las luchas puede ser la diferencia entre ganar o perder.
La sinergia entre personajes adyacentes, las habilidades pasivas que ofrece cada uno de ellos, los ataques especiales que marcan el devenir de una lucha… Hay mucho más de lo que se ve a simple vista.
Apenas un puñado de horas me han servido para saber por qué una franquicia como ‘Yo-Kai Watch’ ha llegado hasta donde está, y la explicación a esa pregunta es tan simple como ceñirse a hacer las cosas bien hechas y con el máximo mimo posible. Ya no es que me sorprenda su éxito, es que entraría en el grupo de los que creen que lo merece.
Ahora queda por ver si su introducción a finales de abril en nuestro país, Estados Unidos y el resto de mercados de este lado del globo, abrazarán el fenómeno ‘Yo-Kai Watch’ con la misma fuerza que lo han hecho en Japón.
Va a ser difícil que aquí se repita lo de desbancar a Star Wars con su película en taquilla o que acabe como juego más vendido del país superando a ‘Pokémon’, pero que ni unos ni otros se duerman en los laureles porque los Yo-Kai lo tienen todo para triunfar.
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