En un 2023 en el que la industria del videojuego se ha cebado con los retrasos, el único clavo ardiendo al que el fan de Xbox parece poder agarrarse para vanagloriarse de exclusivos es Grounded. Una aventura por otro lado mayúscula que, por aquello de haber quemado el cartucho del lanzamiento con su llegada en Acceso Anticipado en 2020, corre el riesgo de ser ninguneado.
El juego de supervivencia de Obsidian inspirado en Cariño he encogido a los niños se merece, sin lugar a dudas, algo mucho mejor. Con una aventura enorme y plagada de secretos y detalles esperando a ser descubiertos, Grounded descansa ya en mi cabeza en un sitio a la altura de Subnautica, probablemente mi juego favorito de este formidable género.
Grounded: un juego que ha crecido a pasos agigantados
Espero que me perdonéis si me repito en exceso en algún tramo, pero no he querido releer lo que escribí en su día sobre Grounded de la misma forma que no me parecía justo retomar la partida que empecé entonces.
Lo nuevo de Obsidian ha crecido lo suficiente tras sus primeras fases como para merecer una partida completamente nueva, y eso también implicaba hacer borrón y cuenta nueva para acercarme lo máximo posible a la experiencia que los jugadores de Xbox en PC y consolas vivirán a partir del próximo 27 de septiembre.
Frente al miedo a la repetición y al "esto ya lo he vivido", hay un Grounded con suficientes cambios como para querer empezar desde el principio. No sólo hay grandes evoluciones entre los laboratorios ya visitados, las zonas ya conocidas y las recetas ya elaboradas, es que a nivel de ritmo e historia también huele a juego nuevo.
Es alucinante la cantidad de sorpresas que aguardan esperando a ser descubiertas en este jardín, y perderse en él ha sido, frente a todo pronóstico, una de las experiencias más estimulantes que he vivido este año. Qué formidable sorpresa y qué ganas de volver a él tras terminar este texto, así que vamos a entrar en faena.
Lo que esconde el mundo en miniatura de Grounded
Grounded nos invita a convertirnos en uno de los cuatro niños que, de forma misteriosa, se despiertan en un jardín en el que las briznas de hierba son grandes como árboles y los ácaros del polvo tan peligrosos como ratas traicioneras. Nuestro objetivo, como ya habrás deducido, pasa por descubrir qué se esconde detrás de esta surrealista situación y volver a nuestra estatura normal.
No es que el jardín sea gigante, claro, es que nosotros nos hemos vuelto diminutos, así que para sobrevivir en un ambiente completamente hostil en el que hasta las mariquitas pueden resultar letales, deberemos hacer uso de la exploración para reconocer el terreno y sus peligros, y nuestro ingenio al construir herramientas que irán desde una cama en la que descansar hasta una espada hecha de pincho de mosquito tigre capaz de robar vida a tus enemigos.
Con un combate lo suficiente profundo para incluir esquivas, ataques cargados y hasta parry, pasar de ser comida para insectos al peor terror al que pueden enfrentarse está a un puñado de recetas y recolección de recursos de distancia.
Puede ser duro al principio incluso en su dificultad más baja -aunque cuenta con opciones creativas y multitud de ajustes que puedes retocar para personalizar la experiencia- pero la sensación de poder que ofrece el juego cuando llegas a las armas y armaduras de mayor nivel es sensacional.
La curiosidad mató a la hormiga roja de fuego
Lejos de ser un juego demasiado enfocado en las peleas contra los bichos, gran parte del culpable de tu evolución constante está en la exploración. A base de encontrar nuevos sitios, visitar las bases ocultas que aparecen marcadas en el mapa -es fácil seguir la historia si no tienes ganas de perderte o quedarte atascado- y cosechar nuevos materiales que podrás investigar para descubrir recetas, el motor que hace mover el juego casi siempre se reduce a la curiosidad.
¿Qué habrá dentro de ese hormiguero? ¿Qué podré construir con esta piedra que acabo de minar? ¿Cómo puedo llegar a ese punto que parece inalcanzable? Es el primer juego desde hace meses que consigue destronar a Minecraft en mi salón al grito de “papá, mira eso”, “sube allí a ver qué hay”, “cómo has conseguido eso”.
No es sólo un escenario la mar de apetecible para cualquier crío de hoy en día, es también uno de esos juegos que constantemente recompensan tu insaciable curiosidad con cada vez más sorpresas. Lo mejor de todo es que, más allá de lo simplemente decorativo, casi siempre hay algo que te resultará útil para seguir creciendo dentro del juego.
Ya sea con nuevos materiales, un bicho nuevo al que enfrentarte y despedazar, la entrada a un laboratorio secreto o una muela con la que mejorar tus estadísticas y habilidades, Grounded es uno de los juegos que más recompensan la exploración y el querer ir más allá de los límites prefijados.
Un juego con pocos "peros"
Con una historia considerablemente larga, multitud de misiones y zonas secundarias que la trama sólo alcanza a raspar, y la siempre jugosa posibilidad de disfrutarlo en modo creativo y con otros tres jugadores, Grounded es uno de esos títulos en los que lo peor es sólo una pequeña mota empañando la pantalla.
Puestos a quedarme con algo en ese sentido me agarro a cómo los paseos por su inmenso jardín pueden llegar a ser un incordio hasta que tienes materiales suficientes para darle la vuelta a la situación. No hay atajos o viaje rápido, así que toca montártelos por tu cuenta con ideas como carreteras de césped que atraviesen por lo alto el escenario o tirolinas que te lleven de una punta a otra del mapa en cuestión de segundos.
Toca currárselo, pero ni siquiera tras una tremenda paliza construyendo te salvarás de algún paseo que podrías haberte ahorrado ocupando un hueco más en tu inventario con la herramienta o material adecuado. Nada que no pueda arreglar una partida guardada anterior al inicio de tu excursión, claro, pero no habría ido nada mal tener una montura o un viaje rápido capaz de aliviar los paseos.
El juego intenta compensarlo con mutaciones que, en forma de logros, van apareciendo entre las habilidades de tu personaje al cumplir ciertos requisitos, pero correr más rápido y cansarte menos está lejos de ser la solución ideal cuando debes pegarte la pateada del siglo cargado de recursos que no quieres dejar atrás.
La opinión de VidaExtra
Pese a estar lejos de ser uno de mis favoritos para mi quiniela de este 2022, sería una pena que Grounded acabase cayendo en el olvido por no ser lo suficientemente relevante en la actualidad del videojuego de este final de año. Ojalá Xbox Game Pass le dé ese merecido impulso que Obsidian se ha ganado a pulso actualización tras actualización.
Si buscas un juego en el que la exploración y el descubrimiento te inviten a sumar horas sin control en busca de un nuevo lugar en el que asentarte o un nuevo bicho al que enfrentarte, Grounded te va a dar muchísimas alegrías. Es lo más cerca que vas a estar de jugar a un Subnautica a lo Cariño he encogido a los niños, y no es poca cosa.
Grounded
Imprescindible
Grounded
Plataformas | PC, Xbox One y Xbox Series (versión analizada) |
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Multijugador | Sí |
Desarrollador | Obsidian |
Compañía | Microsoft |
Lanzamiento | 27 de septiembre de 2022 |
Lo mejor
- Ideal para los fans de la exploración
- Multitud de opciones de accesibilidad
- Un juego plagado de secretos
Lo peor
- Los paseos de una zona a otra pueden hacerse pesados
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