Con casi dos meses a la venta en las tiendas, son millones de jugadores los que se han enfrentado a Lilith y su ejército de demonios que ha asaltado Santuario en Diablo 4. Una de las últimas novedades que ha llegado al juego ha sido su Temporada 1, algo muy necesario para introducir novedades y así ofrecer a los jugadores más formas de pasar el rato.
En mi caso los días antes de que arrancara lo dejé un poco de lado el juego, para así pillarlo con más ganas todavía cuando llegaran estos nuevos contenidos, algo que efectivamente ha provocado que me vuelva a enganchar una vez más. De paso he aprovechado la ocasión para crearme un personaje totalmente nuevo, sobre todo porque de lo contrario era imposible acceder a esta primera temporada.
Del Pícaro y sus rápidos ataques al Druida y sus transformaciones
Meses atrás, cuando se habilitó la beta de Diablo 4, principalmente aproveché la oportunidad para probar las diferentes clases que iban a estar disponibles desde el primer día. Por sus características, habilidades y forma de jugar tenía claro que el Pícaro iba a ser probablemente por la que me iba a decantar, porque al menos en aquella primera toma de contacto fue el que más disfruté y el que al final se convirtió en mi personaje principal en la versión final.
Aun así, no era mi primera opción, porque en realidad la que más me apetecía jugar era el Druida porque era de mis favoritas en el mítico Diablo II. Sin embargo, en la beta fue con diferencia la clase que menos me gustó de las cinco existentes, por muchas oportunidades que le di tras dedicarle su buena cantidad de horas, pero ni con esas.
Durante los primeros niveles probé diversas combinaciones de habilidades, pero no lograba dar con la adecuada que me terminara de convencer del todo. Probé de primeras a transformarme en un oso, después en un hombre lobo y más tarde por atacar directamente con habilidades elementales, pero nada, porque en todo momento no notaba que hiciese demasiado daño en comparación con las otras clases.
Es más, el jefe final de la primera mazmorra fue coser y cantar con cualquiera de las cuatro clases restantes, pero con el Druida llegué a desesperarme. Entre que no quitaba demasiado daño y su velocidad de ataque me parecía excesivamente lenta, fue un poco frustrante. Por eso de primeras pensé que igual no había escogido las habilidades adecuadas, pero por mucho que las intercambiaba una y otra vez no había manera de dar con la tecla correcta.
El momento de concederle una segunda oportunidad
Visto lo visto, con la llegada de la Temporada 1 podría haber optado por crearme otra clase diferente, como el Nigromante, el Hechicero o el Bárbaro, pero creía que era una buena ocasión para volver al Druida. Principalmente porque a estas alturas infinidad de expertos le han dado la suficiente caña a Diablo 4 como para poder consultar consejos y las mejores combinaciones para sacar partido del Druida.
Así me hice el llamado Werewolf Tornado Druid, que básicamente es hacer que el Druida se transforme en hombre lobo y utilice habilidades elementales, especialmente la del Tornado, que es con la que se causa la mayor cantidad de año. No obstante, para conseguir que sea perfecto se requiere disponer de un objeto único de lo más útil, dado que hace que las habilidades básicas de tormenta pasen a ser habilidades de hombre lobo, aunque eso no quiere decir que de lo contrario sea inservible.
A estas alturas he subido hasta el nivel 43 y he de admitir que durante gran parte de este nuevo viaje que he emprendido me volvían los malos recuerdos con el Druida. De nuevo sentía que pegaba excesivamente lento y no causaba daño apenas, pero también era un pensamiento injusto, porque el Pícaro es un metralleta por lo rápido que ataca.
Desde luego soy consciente de que las comparaciones son odiosas, pero por desgracia inevitables. Eso no quita que no me quise rendir y por lo tanto seguir adelante con el Druida, ya que me había comprometido a que fuese mi clase principal de esta temporada. Eso sí, me llevó su buena cantidad de niveles comenzar a apreciar sus cualidades, sobre todo cuando ya empecé a obtener objetos en condiciones.
Así el Tornado ya empezaba a causar una auténtica matanza, especialmente contra grupos numerosos de enemigos, y también al combinarlo con el Huracán, que genera un aura de daño en forma de tormenta.
Lo mejor fue cuando obtuve un arma legendaria cuyo poder causaba que, en vez de transformarme en oso con la habilidad definitiva, ahora me convertía en un hombre lobo, con una velocidad de movimiento que parece que llevo un cohete siempre que me transformo. Además, pega bastante bien y a medida que voy consiguiendo un equipo decente y aumento la velocidad de ataque, más ganas me dan de seguir subiéndole de nivel.
Así pues, me ha llevado su buena cantidad de meses reconciliarme con el Druida y darme cuenta de que en verdad no era tan malo como yo pensaba originalmente. Ahora solo me queda llegar a conseguir el susodicho objeto único, el casco Rugido de la Tempestad, para así exprimir del todo la potencia de este tipo de Druida en particular.
Una primera temporada que no ha acabado siendo lo que esperaba
Después de tantos días jugando a la Temporada 1 me da un poco de reparo que me acabe agotando a la larga, porque siento que al final estoy haciendo un poco lo mismo que antes de la llegada de estos nuevos contenidos. Soy consciente de que hay una nueva campaña, pero las misiones principales que he completado hasta el momento no me han terminado de enganchar lo suficiente como para querer seguir con esta trama.
Por su parte, el pase de temporada tampoco ha acabado siendo lo que me imaginaba. Y es que días atrás Blizzard aseguró que con jugar un rato a la semana sería fácil finalizarlo y en absoluto es la sensación que me está dando, porque con el Druida de nivel 43 que tengo y jugando varias horas al día, solo voy por el nivel 15 de 90 del pase, por lo que no estoy seguro si dedicándole solo un rato cada siete días sería suficiente…
Además, la compañía dijo que no sería necesario subir al nivel 100 para desbloquear todas las recompensas, algo que es cierto, pero hay que leer la letra pequeña. Esto se debe a que una de las últimas recompensas gratuitas sirve para potenciar las cenizas humeantes y para ello se requiere que el personaje disponga del nivel 100. Por lo tanto, sí, no hace falta alcanzar el máximo para completar el pase de batalla, pero de no ser así tampoco serviría de nada tratar de intentarlo si no puedes aprovechar todo lo que ofrece su versión gratuita.
En definitiva, unos cuantos "peros" en esta primera temporada sobre la que soy consciente de que también es una prueba para Blizzard y así saber qué mejorar y perfeccionar para las siguientes que llegarán en los próximos meses. Hasta entonces, yo seguiré lanzando tornados sin parar y repartiendo tajos con mi Druida, algo que no creía que iba a decir hace unos meses.
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