Normalmente no hago ascos a todo el material promocional que nos llega sobre los próximos lanzamientos de videojuegos. No me preocupa ver mecánicas, entresijos en la producción, entrevistas entre bambalinas... Pero he hecho una excepción en los últimos meses: 'Beyond: dos almas'
'Heavy Rain' resultó un juego tan especial que no todo el mundo comulgó con él. Su radicalidad a la hora de narrar no fue del gusto de todos. Demasiado cercano al cine y mucho menos interactivo de lo que debería ser un videojuego al uso. El anterior artefacto lúdico de Quantic Dream se desvivía por contar su historia y lo hacía a cualquier precio y es que, como dije en aquel ya lejano primer post que publiqué en VidaExtra, "Heavy Rain es ante todo palabras".
No sé si David Cage habrá modificado su idea de lo que deben ser los videojuegos con 'Beyond: dos almas'. La algarabía que se montó con 'Heavy Rain' fue de aupa pero también es cierto que Cage parece un tipo de principios. Yo espero y apuesto por que siga ahondando en los difíciles caminos abiertos.
Como suelo hacer con las películas, con los juegos de Quantic Dream intento llegar lo más en blanco posible al día del estreno. Quiero emocionarme de la forma más pura posible. Soy yo, sin ningún encuentro previo con la obra en cuestión, totalmente predispuesto a emocionarme con cada nueva imagen, con cada nueva frase o situación que aparezca ante mis ojos. Por eso no he visto el vídeo que os pongo a continuación.
Amo con locura el cine y los videojuegos y disfruto sobremanera de los títulos que mezclan sin tapujos ambos medios. Propuestas tan radicales como las de Quantic Dream y David Cage no deberían ser consideradas una amenaza porque sé tratan de experimentos muy específicos que se mueven en paralelo a la base plenamente interactiva que debe tener por definición esta industria. Dejemos a Cage ser feliz, yo por lo menos lo soy con sus logros.
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