No sé si soy el único que se encuentra en la misma situación, pero desde que terminó el periplo con Thanos tengo la sensación de que las nuevas películas de Marvel no han conseguido captar mi atención.
Mezcla de respeto a volver al cine por un lado, y héroes poco llamativos por el otro, no tenía muchas esperanzas de retomar la ilusión por esas historias. Pero gracias a Marvel's Guardians of the Galaxy, eso ha cambiado por completo.
Durante mi partida con Los Guardianes de la Galaxia no he podido evitar tener la sensación de estar ante mi nueva peli favorita del Universo Cinematográfico Marvel. De hecho, pese a ser un gran fan de la primera cinta, lo entregado por Square Enix y Eidos Montreal me parece que le da sopas con hondas.
Una lección de narrativa
Si bien parece que las películas han marcado el camino en cierto sentido, y es evidente que Marvel’s Guardians of the Galaxy bebe mucho de esa puesta en escena, el sabor de boca con el que me quedé al llegar a los créditos era el de haber presenciado el salto más lógico para ese mismo universo.
Gran parte del mérito está en la forma en la que el juego encara su narrativa. Lo de Eidos Montreal ha sido un trabajo soberbio que, gustos por los superhéroes a un lado, os recomiendo encarecidamente que probéis algún día. Sobre todo si os interesa ver qué caminos puede tomar el futuro de los videojuegos a la hora de contar historias.
Y lo más sorprendente de todo es que es simple como el mecanismo de un botijo. Todo se reduce a tener suficientes líneas de diálogo para ocupar el 99% del juego ofreciendo la sensación de que la historia está creciendo a cada paso, incluso cuando te quedas atascado dando vueltas o decides deshacer el camino para intentar explorar.
En realidad viene a ser un poco lo que hemos visto en otras aventuras lineales de este estilo como las de Uncharted o The Last of Us, pero con la diferencia de que aquí cualquier acción es la excusa perfecta para una nueva línea de diálogo que profundice en los personajes, se explaye en la historia o rompa el hielo con un comentario jocoso. Simple, sí, pero insultantemente efectivo.
Mucho más que una buena historia
Tras ello está el poder apuntar a la aventura más grande posible sin miedo al presupuesto -bueno, más o menos-. He perdido la cuenta la de veces que he leído que en tal película querían meter a X personaje pero no cuadraba por tiempos, dinero o miedo a que el público se sintiese apabullado por las novedades introducidas.
Durante las últimas horas han pasado por delante mío un montón de personajes del universo de Guardianes de la Galaxia que no conocía en absoluto y, lejos de tener que correr a internet para saber más sobre ellos y entender su papel en la historia, la extensión del juego y la forma de narrar los acontecimientos han conseguido que los interiorice a la perfección.
Tres cuartos de lo mismo ha ocurrido con el ritmo, que por aquello de no tener un límite lógico estipulado puede alargarse sin problemas para rizar aún más el rizo con cada nuevo giro. Más allá de las horas, por todos los personajes que se introducen, todas las localizaciones que se visitan y todas las tramas que se abren y se cierran, esto podrían haber sido perfectamente cuatro películas completas con su introducción, su nudo y su desenlace.
Luego está lo obvio, que es la interacción, pero es que incluso si eso se viese limitado a una simple película interactiva, la de Marvel’s Guardians of the Galaxy ya sería mucho mejor que cualquier otra historia que haya visto en pantalla -la de mi casa- durante los últimos meses. Ha llegado la hora de pasar el relevo.
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