Multitud de videojuegos que están disponibles para dispositivos móviles son gratuitos y no hay que pagar nada para descargarlos, aunque sí que contienen compras internas que son las que ejercen de fuentes de ingresos. Alguien que lo sabe muy bien es un sacerdote católico de Pottstown, en Pensilvania, porque se ve que en sus ratos libres le encantaba pasar el tiempo echándose una partida a juegos como Mario Kart Tour y Candy Crush.
Su pasión por ambos le llevó a querer pasar por caja y dejarse un tremendo pastizal en potenciadores para así obtener mejoras y ayudas de todo tipo. El problema detrás de todo este asunto es que, como podemos leer en Kotaku, el dinero que utilizó no fue el suyo, sino que empleó la tarjeta de crédito de la iglesia en la que ejercía de reverendo.
Eso le llevó a gastarse la friolera cantidad de más de 40.000 dólares en estos títulos. De hecho, no fue algo puntual, sino que se pasó tres años comprando potenciadores sin parar, lo que provocó que el pasado 25 de abril este cura de 51 años, llamado Lawrence Kozak, fuese acusado de robo y otra serie de delitos. Aun así, de momento ha sido puesto en libertad tras haber pagado una fianza de 250.000 dólares.
Fue un contable de esta iglesia el que acabó descubriendo el pastel, ya que al revisar las cuentas se percató de que se había producido una cantidad de transacciones descomunal en la tienda online de Apple. Así comprobó que todas las compras se llevaron a cabo entre 2019 y 2022 y comenzaron justo cuando el cura en cuestión se incorporó a su cargo.
Además, por si no fuera suficiente, también se reveló que utilizó los fondos de la iglesia para otra serie de gastos personales. Por lo visto, su cuenta de Amazon estaba unida a la tarjeta de crédito de la parroquia, así que utilizó el dinero para adquirir una tablet que le regaló a su ahijada. Lo curioso es que, en 2022, Kozak realizó unas declaraciones a los detectives de la policía para señalar que tenía una clara adicción a los videojuegos que estaba tratando de corregir.
No obstante, lo más importante es que afirmó que nada de esto lo hizo intencionadamente. Según su confesión, la tarjeta de crédito de la iglesia estaba conectada a su cuenta y a su teléfono con el fin de pagar las facturas, por lo que no descartó que podría haberse gastado dinero en potenciadores, pero en todo momento fue sin querer. Es más, lamentó tanto el error que se comprometió a devolver poco a poco todo el dinero.
Tal fue el caso que utilizó sus fondos personales para realizar un pago de 10.000 dólares, a lo que se sumó también un cheque de 8.000 dólares con el concepto de reembolsos parroquiales que recibió posteriormente su sucesor como sacerdote de la iglesia. Lo que está claro es que la próxima vez revisará dos veces qué dinero está utilizando, en el caso de que todavía siga optando por adquirir potenciadores sin parar.
En VidaExtra | Los 21 mejores juegos para móviles de 2023: del remake de Resident Evil 4 a Warcraft Rumble
En VidaExtra | ¿Prefieres las partidas cortas? Aquí tienes los 17 mejores juegos para móviles
Ver 6 comentarios