Si nos fijamos en la cuenta de Twitter oficial de la adaptación del Señor de los Anillos que prepara Amazon, veremos que su nombre, o más bien su título provisional, es The Lord of The Rings on Prime, lo cual nos hizo presagiar un reboot de la saga cinematográfica. Sin embargo, la primera imagen mostrada dio un giro interesante a las expectativas.
No se trataba de un logotipo o arte conceptual de pre-producción, sino la presentación del mapa de la Tierra Media. Uno con sutiles diferencias frente al mostrado en El Hobbit y los sucesos relacionados con la Guerra del Anillo, empezando por una curiosa isla con forma de estrella.
One Ring to rule them all, One Ring to find them, One Ring to bring them all, and in the darkness bind them, In the Land of Mordor where the Shadows lie. #LOTRonPrime pic.twitter.com/7TuQh7gRPD
— The Lord of the Rings (@TheRingsofPower) March 7, 2019
Poco después, Amazon cimentaba cualquier duda a través cinco palabras realmente significativas: Bienvenidos a la Segunda Edad.
Llegados a este punto, y si tienes el Silmarillion por abrir, merece la pena ponernos en contexto: J.R.R.Tolkien imaginó a través de su mayor obra literaria cuatro edades. Y algunos de los personajes más relevantes de esta Segunda Edad, han calado especialmente bien en los videojuegos.
La mayoría de sucesos que tienen lugar durante la trilogía literaria del Señor de los Anillos ocurren durante la Tercera Edad, estableciéndo el principio de la Cuarta Edad con la destrucción del Anillo de Poder y la coronación de Aragorn. ¿Y qué hubo antes?
Paradójicamente, las pautas de la Segunda Edad, también conocida como la Edad Oscura, fueron establecidas por los antepasados Aragorn. El heredero de Isildur proviene de una noble y longeva estirpe de dúnedain, quienes según el legendarium de Tolkien, vivieron los mejores días de Númenor, la isla con forma de estrella. Y también los más sombríos.
La Segunda Edad de la Tierra Media
Mientras los elfos comandados por Cirdan empezaron a construir los Puertos Grises y los enanos comenzaban a dispersarse y escudriñar los tesoros y secretos bajo las montañas, los hombres -o los segundos nacidos- empezaron a emigrar y dar vida a la generosa en recursos isla de Númenor.
Si bien en aquel tiempo Gil-Galad era el Rey supremo de los elfos Noldor, el primero del linaje de reyes de la isla de Númenor sería Elros, hermano de Elrond, quien a diferencia del futuro Rey de Rivendel eligió ser mortal. Dos elementos fundamentales para entender cómo aquellos acontecimientos supusieron el inicio de una época de enorme prosperidad y una fructífera alianza entre los elfos de la Tierra Media y unos excepcionalmente virtuosos hombres dotados para las ciencias y las artes.
Por desgracia, si los elfos podían ser cautivados por la oscuridad, la naturaleza de los hombres los dejaba todavía más expuestos a las tretas de Sauron, el Señor Oscuro.
Sauron, el más poderoso de los servidores de Morgoth, no tardó en ganar presencia en la Tierra Media. Bajo la identidad de Annatar, el Señor de los Dones, se ganó la confianza y el consejo de los hombres que no habían viajado a Númenor y hasta de los elfos de Eregion, donde éste se serviría de las artes de Celebrimbor y sus propios conocimientos para forjar unos anillos de poder. Pero también comenzó a forjar a escondidas uno para sí.
En las entrañas del monte del destino, Sauron forjó en secreto un anillo que le permitiría gobernar sobre todos los pueblos libres. Una treta que acabaría siendo revelada, aunque para cuando los elfos descubren el engaño ya es demasiado tarde.
Lo que Sauron no llegó a prever es que los tres anillos de poder de los elfos le fueran ocultados y llevados a buen recaudo a los Reinos de Lothlorien y Rivendel bajo la protección directa de los reyes entre los primeros nacidos. Los anillos de los hombres y los enanos no corrieron la misma suerte.
Revelado el plan de Sauron, tendría lugar una guerra en la que el Señor Oscuro, quien ya había sometido la voluntad de los hombres que habitaban la Tierra Media, acabaría siendo vencido gracias a las fuerzas conjuntas de los elfos y los numenoreanos. A partir de ahí los hombres de Númenor comenzarían una periodo de continuos viajes entre la isla y la Tierra Media. Sin embargo, Sauron no había sido derrotado.
Durante años, Sauron empezó a gestar el que sería su mayor plan. Desde la oscuridad, ofrecería los anillos de poder a los pueblos libres. Y mientras que la cabezonería de los siete señores de los enanos se impuso más de lo previsto a la voluntad del Anillo Único, los hombres que poblaban la Tierra Media, incluyendo numenoreanos, no dudaron aceptar aquel poderoso regalo. Sauron obtuvo así sus lugartenientes: los nueve Nazgul.
La Caída de Númenor y el final de la Segunda Edad
A finales de la Segunda Edad el orgullo y el deseo de ser inmortales como los elfos se había apoderado del corazón de los habitantes de Númenor. Sauron había sido descubierto en el Este de la Tierra Media con fuerzas renovadas y un poderoso ejército a su disposición. Ar-Phârazon, el último rey de la isla de Númenor, decidió plantarle cara a tiempo exigiendo su rendición. El Señor Oscuro depuso las armas, sobre todo porque aquello formaba parte de su plan.
Sauron llegó a Númenor en calidad de prisionero, pero no tardaría en corromper a los Edain y ganarse su favor para, de manera gradual, convertirse en su mayor influencia. El hambre de conocimiento de éstos y las ambiciones alimentadas por el Señor Oscuro arraigaron profundamente en la isla.
Salvo la familia y los seguidores de Elendil el Alto, quienes decidieron poner rumbo a la Tierra Media, los numenoreanos acabarían sucumbiendo a la oscuridad y desafiando a los Valar, las deidades del universo de Tolkien, formando una poderosa flota, la mayor jamás construida en la historia, ya al servicio del Señor Oscuro.
Aquello se resolvería en tragedia. La voluntad divina haría que la isla de Númenor fuese tragada por las aguas del océano y sólo se salvara Sauron, el cual perdería su forma corpórea original aunque su espíritu así como su inconmensurable poder y maldad seguirían atados al destino del Anillo Único. El Señor Oscuro todavía no había sido derrotado.
Elendil y sus seguidores llegaron a la Tierra Media con el retoño del Árbol Blanco y siete Palantires, fundando en tierra firme y durante los años posteriores los reinos de Arnor y Gondor.
Ahora, a los númenoreanos que siempre han sido fieles a los pueblos libres y ya no pertenecen a la isla de Númenor se les conoce como los dúnedain. No obstante, durante esos años otros caerían bajo la influencia de un Sauron que, desde las sombras, volvía a reunir fuerzas. Su objetivo ahora era más modesto, pero igual de ambicioso: hacerse con el control de la Tierra Media. Tenía fuerzas suficientes para conseguirlo y el poder del Anillo Único.
Para combatirlo, nacería la Última Alianza de elfos y hombres, comandada por Gil-Galad y Elendil respectivamente. Un ejército que, no sin grandes pérdidas, acabaría replegando las cobardes fuerzas de la oscuridad hasta Mordor, su bastión, obligando a salir al mismísimo Sauron y hacer uso de su Anillo de Poder, cobrándose las vidas de ambos líderes de la alianza.
Fue entonces cuando Isildur, el hijo de Elendil, arrebató el anillo de poder del Señor Oscuro de un tajo desesperado, sentenciando la batalla por la Tierra Media con los restos de la quebrada espada de su padre, provocando la disolución la mayoría de las cobardes fuerzas tenebrosas. Isildur reclamó la hoja de su padre así como el propio Anillo Único. Aquella victoria sobre las fuerzas de Sauron iniciarían lo que se hoy se conoce como la Tercera Edad.
No obstante, el destino es caprichoso y el anillo de Sauron, así como el destino de la propia Tierra Media, no tardarían en cambiar de manos en esta nueva Edad.
La Segunda Edad en los Videojuegos
Si bien ya es complicado de por sí encontrar referencias a la Segunda Edad, lo es todavía más en los videojuegos. ¿El motivo? La cantidad de información que existe en torno a la Tercera Edad y la relevancia que tiene la Guerra del Anillo, siendo el enfrentamiento final contra Sauron, han despertado de manera casi homogénea la imaginación de los fans.
Pero eso no quiere decir que no sea posible ver cómo algunos de los protagonistas de esta Segunda Edad aparecen en los juegos. De partida tenemos el prólogo de Lord of The Rings: The Two Towers de EA. Durante una fase controlaremos al mismísimo Isildur en el clímax de la Última Alianza entre elfos y hombres.
Ese mismo momento también lo hemos podido ver en los primeros compases de LEGO El Señor de los Anillos.
Además, Gil-Galad, el Rey supremo de los elfos Noldor y una de las figuras más trascendentes de la Segunda Edad, también es un personaje jugable en la adaptación en clave de LEGO de la obra de Tolkien.
Por otro, que el mismísimo Celebrimbor, quien forjó los Anillos de Poder, es el co-protagonista de Sombras de Mordor. En vida, Celebrimbor fue un señor de Eregion durante la Segunda Edad, procediendo de la línea de sucesión de Fëanor, nada menos.
A lo que hay que añadir que en su secuela, Sombras de Guerra, no solo regresaría Cerebrimbor, sino que presenciaríamos cómo se torció el destino de los Espectros del Anillo.
Pero quizás la imágen más icónica es la que nos deja la forja de los anillos de poder. Algo que ha sido recreado en todas las adaptaciones jugables del Señor de los Anillos, incluyendo las primeras que se hicieron.
A lo que hay que sumar, claro, los siempre recurrentes mods.
Por último, la anunciada adaptación del Juego de cartas Coleccionables de Steam y Switch incluye toda clase de expansiones temáticas que expanden el universo de Tolkien así como los sucesos de la Segunda Edad.
Un ejemplo de ello lo encontramos en Celebrimbor's Secret, en el que -haciendo honor a su nombre- deberemos preservar el legado que el creador de los anillos de poder ocultó al mismísimo Sauron.
Estamos seguros de que, conforme vayan llegando novedades en torno a la nueva adaptación de Amazon, Warner Games comenzará a desplegar sus planes en torno a una de sus licencias estrella. Y no descartes una precuela de la saga Tierra Media: Sombras de Mordor, ya que -visto lo visto- tendría más sentido que nunca.
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