Cuando empiezas a leer La herencia del Futuro recibes un golpe de realidad complicado de encajar: ahora que Akira Toriyama no está, todo lo que llegue a partir del capítulo 103 del manga Dragon Ball Super llevará su nombre escrito, pero no su firma. A diferencia de todas las semanas anteriores, bajo el título de la primera página ya se establece que Toyotaro toma las riendas y que lo que veremos a partir de ahora sencillamente basará en la obra y los personajes del papá de Goku y Arale. Eso sí, hay que reconocer que lo que se nos muestra en las últimas páginas no supone ni un final, ni tampoco acaba siendo una amarga despedida.
Siendo justos, y según Toyotaro, antes de fallecer el propio Toriyama dejó escritos todos los episodios de la saga de los Súper Héroes de Dragon Ball Super publicados hasta la fecha, incluyendo lo que ocurre en el capítulo 103. A nivel de resultado, el cambio de este mes frente a la dinámica que se ha estado haciendo hasta ahora es que el actual dibujante y desde ahora guionista tuvo que escribir los diálogos que quedaron en el aire y la manera en la que se desarrollan los acontecimientos sin tener la supervisión de su maestro. Que no es poco.
¿El resultado? Entrando ya en materia, Toyotaro le da a Dragon Ball y sus fans un broche temporal que, sobre todo en determinado, punto recuerda a esas despedidas de la etapa clásica del pequeño Son Goku. Incluyendo esas más que merecidas comilonas propias de un saiyan tras haberlo pasado bien repartiendo mamporros. Más o menos como al acabar aquellos trepidantes Torneos de Artes Marciales. Y, ya puestos, encauzándolo todo hacia el final que todos conocemos.
Qué ha pasado en Dragon Ball Super 103: La herencia del Futuro [Spoilers]
Si todavía no has leído el último capítulo de Dragon Ball Super no está de más recordar que durante las próximas semanas lo tienes disponible gratis desde MangaPlus junto con lo ocurrido en las dos publicaciones anteriores. De hecho, hay que tener presente que cada nuevo capítulo reemplaza el publicado hace más o menos un mes. Con eso establecido, a partir de este punto, vamos a hablar sobre el desenlace de la batalla que estaba teniendo lugar y de cómo han quedado las cosas en la obra de Toriyama.
Lo primero es lo primero. El desarrollo del combate entre Goku Ultrainstinto y Gohan Modo Bestia queda sin un claro ganador, pero con un combate amistoso y multitudinario que nos deja una imagen muy rara de ver: por primera vez en mucho tiempo los saiyans han colmado su aparentemente inagotable sed de pelea. Dejando el planeta del Dios de la Destrucción Beerus paras arriba, todo sea dicho. Pero antes de adelantarnos demasiado a los acontecimientos, vayamos por partes.
Retomando las ideas de aquel monólogo de Vegeta en el que Goku luchó contra el pequeño bú en Dragon Ball Z, el enfrentamiento entre padre e hijo jamás estaba destinado decidir un ganador, sino a exhibir la enorme fuerza de ambos y las diferencias entre sus técnicas más poderosas. Y, ya puestos, dejarnos con más de 20 páginas colmadas de acción y unas pocas respuestas sobre el misterioso Modo Bestia despertado por Gohan.
Pese a que la veteranía es un grado, la transformación que supuso el clímax de la película Dragon Ball Super: Super Hero es realmente única: según Whis, el actual maestro de Goku, no se trata ni de una técnica divina ni de una transformación que funcione como el súper saiyan, y achaca su despertar al talento innato de Gohan. Es más, si despliega toda su fuerza es capaz de medirse con Broly con todo su furia liberada. Y ojo, que en velocidad no se queda atrás.
Según palabras de Gohan, el poder del Modo Bestia, capaz de poner contra las cuerdas a Goku, se libera de un modo particular: desatar su toda energía espiritual (el Ki) hasta estar al borde de la locura y, a partir de ese punto, tomar el control. Como resultado, no solo adquiere una fuerza demoledora, sino que hasta es capaz de superar la velocidad del Ultrainstinto. ¿Suficiente para salir victorioso?
Bueno, Goku no luchó con la idea de ganar o perder, sino para comprobar por él mismo el poder de su hijo. Y ahora que lo tiene claro, y sabiendo que cualquiera que amenace el futuro de la humanidad no lo va a tener fácil, decide retirarse de la batalla que él mismo organizó y darle el testigo de la pelea a otro Saiyan con un poder atronador: Broly. Quedando apartado y tomando posiciones para ver el espectáculo. Al menos, durante un ratito.
Del salvaje "todos contra todos" saiyan a las obligaciones de un abuelo desastroso
Con el combate entre padre e hijo concluido, que no resuelto, la impaciencia por pelear de los saiyans acaba tomando el control de las siguientes páginas y, de manera escalonada, vemos como esa pasión efervescente deriva en una batalla multitudinaria a la que todos los súper guerreros se lanzan sin pensarlo. Desde Vegeta a los jóvenes Goten y Trunks, pasando por un Goku que reconsidera su retirada al ver a todos los demás pasándoselo en grande.
Mientras tanto, el Dios de la destrucción Beerus y Whis, los anfitriones del planeta en el que entrenan los saiyans, contemplan el espectáculo mientras ven cómo todo lo que les rodea acaba reduciéndose a escombros. Y no solo eso: Beerus descarta a Gohan como su sucesor ya que alguien tan honrado es incapaz de destruir. Entendemos que se refiere a planetas y civilizaciones enteras.
Con los saiyans completamente satisfechos del encuentro y tras desatar sus máximos niveles de poder, este variopinto grupo decide darse un homenaje y, como hace tantos años, recuperan fuerzas con un festín digno de un saiyan. Compartiendo mesa con los restos de una Red Ribbon que, tras presenciarlo todo por casualidad, descartan sus planes de conquista mundial y se dedicarán únicamente a la producción de medicinas. Algo con lo que sí se gana dinero.
¿Y después qué? Digamos que los astros se alinean y, tras quedarse debidamente despachados con la batalla, tanto a Goku como a Vegeta deciden regresar sus casas para pasar algo de tiempo con sus familias. Es más, ya en la Tierra le tienen que recordar a Goku que tiene una nieta llamada Pan. Algo muy propio de él: es un prodigio en las artes marciales, pero posiblemente uno de los personajes más despistados del universo Dragon Ball.
Las últimas páginas del capítulo son, de largo, las más significativas. Toyotaro dibuja el reencuentro entre Goku y Pan, que pasará a ser su ojito derecho durante los próximos años. Algo que queda patente en el episodio final de Dragon Ball dibujado por Toriyama hace casi tres décadas: la hija de Gohan heredará las mismas ganas de pelear de su abuelo. Y eso le encanta al despistado de Goku.
El episodio 103 concluye de un modo especial: Goku y Pan salen volando sin despedirse de nadie y a Gohan le toca ir detrás de este par de revoltosos. Mientras tanto, Piccolo -a quien la familia de Goku tiene de niñera- decide despedirse de lector antes unirse a los saiyans y dar finalmente por concluida la Saga de los Súper Heroes de Dragon Ball. ¿Despedirse hasta cuando?
Son Goku y la Herencia del Futuro
El episodio 103 es un punto y aparte para todo lo que tiene que ver con Dragon Ball. Oficialmente cierra la última saga escrita e imaginada por Akira Toriyama, así como todo su trabajo durante décadas y la dedicación puesta en crear el mundo de Goku y sus amigos. Pero también sirve de puente hacia los últimos capítulos del manga original. En muchos aspectos, todo podría quedar todo tal cual y las aventuras de Son Goku quedarían perfectamente cerradas y conclusas. Sin embargo, todavía queda margen para algo más.
Como ya comentamos en VidaExtra, incluso tras lo mostrado en e capítulo hay un año de margen (a juzgar por la edad de Pan) hasta la celebración del Gran Torneo de las Artes Marciales en el que el propio Goku se despedirá sin dar explicaciones de sus familiares y amigos para entrenar a un joven prodigioso. Remitiéndonos de manera directa a las páginas que Toriyama publicó en el Shonen JUMP en mayo de 1995. Pero también hay espacio para al menos una gran aventura. O dos.
Pese a que Akira Toriyama ya no está entre nosotros, actualmente hay planificados diez años de contenidos y el propio Toriyama dejó a sus personajes en las manos de dos personas muy cercanas a él: su discípulo Toyotaro se encargará del manga sin su supervisión y Sasuke Toriyama, su propio hijo, cuidará del legado de su obra. Y eso, precisamente, hace que una de las últimas páginas del episodio 103 cobre un nuevo matiz más especial.
Como comentamos, tras comprobar la fuerza de su hijo Goku deja el combate sin resolver estando totalmente seguro de que lo que ocurra de aquí en adelante seguirá estando bien en su ausencia. Y pese a que Gohan no es como su padre, ha heredado mucho de él. Quizás, con suerte, los fans de Dragon Ball tengamos la misma suerte con lo que pase con el dragon world de aquí en el futuro.
Como ocurrió antes de Dragon Ball GT, el panorama dispuesto por capítulo la herencia del Futuro deja en manos del lector si la historia se queda hasta dónde imaginó Akira Toriyama o si continúa en manos de sus herederos. A sabiendas que entre lo ya publicado y el final original del manga no quedan cabos sueltos, pero todavía quedan enemigos más fuertes por el universo. Sin embargo, y siendo justos, lo cierto es que todavía queda por descubrir una última aventura para Son Goku y sus amigos. Una que ha sido escrita por el propio Toriyama.
Dragon Ball regresará tras una pausa con nuevas páginas que se publicarán en el V-Jump. Ahora bien, el último proyecto en el que se embarcó el papá de Goku verá la luz en otoño de 2024: Dragon Ball Daima ha sido imaginado y escrito por un Akira Toriyama que se ha implicado totalmente en el proyecto. Al punto que sus personajes, los ya conocidos y los nuevos, llevan sus diseños. Porque, a todos los efectos, la herencia del Futuro supone el final de una era para Dragon Ball. Pero, viendo lo que hay en el horizonte, estamos a punto de descubrir el inicio de otra nueva.
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