De un VHS casero a un clásico de culto: Jordan Mechner comparte el making of del Prince of Persia original y es alucinante

El creador de la saga de aventuras muestra cómo se dio vida al icono de los videojuegos hace más de 30 años

Pop 1989
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Hacer un videojuego de éxito requiere trabajo, tiempo, un golpe de suerte y una tecnología capaz de sostener todo lo anterior. A veces suena la flauta, pero ni siquiera las superproducciones lo tienen fácil. Hubo un tiempo en el que, más allá del talento, lo único que necesitabas para revolucionar el medio era un Apple II y un hermano dispuesto a hacer el mono. El año es 1986 y el juego se llamará Prince of Persia.

Creado por Jordan Mechner y lanzado oficialmente en 1989, el Prince of Persia original ofrecía una perfecta combinación de aventura, acción y plataformas aderezadas con un protagonista que se movía con un realismo muy pocas veces visto en los videojuegos domésticos. Y si bien cada pixel del príncipe había sido animado de manera artesanal, el secreto detrás de la magia no estaba en el ordenador que usaba, sino en la misma tecnología con la que Walt Disney creó sus clásicos: la rotoscopia.

En esencia, el proceso rotoscopico toma como referencia actores reales a la hora de hace animación tradicional. A veces superponiendo los resultados y otras usándolos de guía. Lo verdaderamente particular aquí es que Mechner no usó ni a profesionales, ni tampoco rodó en un estudio: de algún modo se las ingenió para que su hermano David, de 15 años, se pusiese delante de su cámara de vídeo y empezase a correr, a saltar y a colgarse de los muros. A cambio, una recompensa impagable: se convertirá en el auténtico Prince of Persia.

Lo cual no quita que el proceso acabase siendo tan curioso como peculiar. Sobre todo viendo ese VHS que sirvió de referencia para crear al personaje titular. Un método que, visto en retrospectiva, forjó un clásico de culto y destila esa complicidad entre hermanos. Algo que, de hecho, puedes ver desde el canal de YouTube del propio Jordan Mechner.

Las animaciones de Prince of Persia fueron transgresoras en su día. Y eso que fueron gravadas con una cámara casera en la zona de los aparcamientos del instituto en el que ambos hermanos Mechner estudiaron. Y si bien el juego sobresalió por su jugabilidad y su diseño de niveles, las piruetas y brincos del joven David tuvieron mucho que ver en su éxito.

No es que los movimientos o las referencias de actores reales no existiesen antes o dejasen de usarse. Apenas unos pocos años después Mortal Kombat usaría imágenes digitalizadas de actores reales y no fue el primer videojuego en utilizar esa tecnología. Pero es incuestionable que Prince of Persia supuso un nuevo estándar en los videojuegos, y su huella y su calado siguen muy presentes en los sistemas de captura de los juegos actuales. Especialmente, en todos aquellos que tratan de difuminan la narrativa del cine y los videojuegos.

¿Y qué pasa con la saga Prince of Persia? Actualmente, se trata de una de las licencias clave de Ubisoft. Y aunque seguimos esperando el remake de Las Arenas del Tiempo, a lo largo de estos más de 30 años hemos visto desde remakes del original (y reediciones) a reimaginaciones valientes de su universo. Incluyendo la siguiente apuesta por el formato de acción plataformera en 2D: Prince of Persia: The Lost Crown.

No se puede negar lo mucho que ha llovido entre aquel rubiales que pegaba saltos con la misma gracia de David Mechner y el nuevo Prince of Persia. Pero una cosa está clara: aquellos viejos píxeles han envejecido muchísimo mejor que la mayoría de juegos creados en 3D. Y posiblemente esto siga quedando patente dentro de otros 30 años.

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