Tú y yo damos por hecho que Goku es el héroe más fuerte del mundo. De hecho, se nos ha recordado al principio de cada capítulo de Dragon Ball Daima emitido hasta la fecha. Pero, ¿también es el ser más poderoso del Reino demoníaco? Precísamente esa es la gran duda que deja planteada el séptimo capítulo de la serie. Un episodio que, a todos los efectos, sirve de prólogo para el primer gran combate de esta temporada y lo que hay en juego no es poca cosa: la bola de dragón de tres estrellas.
La fórmula que sigue el episodio "Collar" de Dragon Ball Daima no se descarrila de lo ya visto durante la mayor parte del metraje: entremezclar elementos que ya nos gustaban, nuevas ideas y, entre una cosa y otra, reinventar algo que dábamos por hecho. Todo ello convenientemente agitado y sin renunciar a dos elementos innegociables: ofrecerle al espectador al menos una batalla y al protagonista de la aventura una buena comilona que lo deje saciado. O dos.
Con todo, ni Akira Toriyama como guionista ni la Toei Animation como responsable de la animación pierden la perspectiva de lo que es y lo que debe ser Dragon Ball Daima: en "Collar" se empiezan a atar cabos planteados desde el episodio inaugural al tiempo que se encauzan en propiedad los acontecimientos hacia lo que siempre estuvo llamado a ser el proyecto: un nuevo viaje para encontrar las bolas de dragón en el que la acción improvisada y el humor sencillo siempre están al servicio del fan. Especialmente cuando eso supone meter al pequeño Son Goku en nuevos líos.
Porque es innegable sentir que los minutos de metraje de Dragon Ball Daima se agotan demasiado deprisa cuando va a estallar un gran y esperado evento y, de sopetón, se nos invita a seguir la trama semana que viene. Pero ante esas toca recordar lo esencial: así es como siempre ha funcionado la obra de Dragon Ball tanto en el papel, cuando se comenzó a publicar en el Shonen Jump hace cuarenta años, y no mucho después en la televisión a razón de un nuevo episodio cada siete días. Algo que los fans japoneses saben muy bien, pero una faena para quienes nos acostumbramos a ver un capítulo al día desde niños.
Ante eso, una duda razonable: ¿merece la pena acelerar los acontecimientos de esta serie y centrarse únicamente en la acción? Lo que tengo claro es que los rodeos de Goku y su particular "ruta gastronómica" por el Tercer Mundo Demoníaco son aquello que le da matices y novedad a toda la iniciativa. Logrando, sin querer, convertirnos en una especie de turistas en este gran escenario a través de sus ojos.
Porque, quizás, Goku sea el más fuerte del Reino Exterior y estamos a punto de averiguar si también lo será del Reino Demoníaco, pero al verlo hacer sus travesuras originales y recuperar ese espíritu inocente muchos de nosotros hemos vuelto a ser unos niños. Exactamente como él. Con esas sensaciones cubiertas, ahora también queremos sentir la emoción de sus batallas épicas en el siguiente episodio.
Lo ocurrido hasta ahora...
Lo creas o no, Goku se encuentra en mitad de un viaje por el Reino de los Demonios acompañado por Kaio Shin, el dios supremo del universo, pero lo más increíble de todo no es eso, sino que ambos han recuperado su aspecto infantil. Y pese a que el pequeño saiyan ha perdido algo de fuerza en el proceso, su apetito por luchar contra seres poderosos y su sed de nuevas aventuras está a punto de saciarse. Además de su estómago, claro.
La historia contada en corto es que no mucho después de la batalla contra Majin Bu, el nuevo regente de los tres mundos demoníacos inició una conspiración para usar las bolas de dragón la la Tierra. El recién nombrado Rey Gomah, que es un poderoso hechicero, empleó -o más bien malgastó- el deseo de estas esferas mágicas para transformar a todos los héroes de Dragon Ball en niños, pero se ha llevado al ser que les daba su poder a su mundo con la intención de crear unas propias.
Ante eso, Goku recupera su bastón mágico y, junto a Shin, comienza un rescate en este nuevo mundo. Pero, claro, ante esto se topan con dos problemas: ¿por dónde empezar y cómo es posible llegar allí? La divina providencia hace que su destino se cruce con el de dos habitantes del Reino de los Demonios: el piloto Glorio con grandes habilidades de combate y la joven princesa (y experta en mecánica) Panzy.
Como es de esperar, con un Goku fascinado ante las adversidades de este mundo, e e inquieto frente a las injusticias que llega a ver, este pequeño grupo no tarda en verse envuelto en líos, de modo que la guardia real de Gomah, la gendarmería del Reino demoníaco, ha puesto a nuestro pequeño héroe en búsqueda y captura. Y eso es sinónimo de problemas y contratiempos. Nada que nos e pueda resolver a base con un par de bastonazos y algunas patadas bien dadas, todo sea dicho.
¿Y ahora qué? Dado que el reino de los Demonios se divide en tres mundos y nuestros protagonistas tienen mucho viaje por delante, Goku y sus acompañantes deciden atajar, tomar la iniciativa y reunir las tres bolas de dragón originales de esta extraña y hostil dimensión. ¿Funcionan igual que las de la Tierra? De entrada no basta con encontrar su paradero, que que unos poderosos seres llamados Tamagamis las custodian y hasta ahora nadie ha podido vencerlos. Y eso, quieras que no, hace que el héroe de esta aventura se emocione un poquito más.
Si eres fan de Dragon Ball, la siguiente pregunta se hace sola: ¿dónde están Vegeta o Piccolo? Lo cierto es que el pequeño Goku inició el viaje de manera apresurada, pero tras varias complicaciones ambos, convertidos en niños, han llegado al Reino de los demonios junto a una Bulma que parece estar contenta de haber rejuvenecido de sopetón. Y pese a que los dos primeros han perdido una parte de su asombrosa fuerza, ella sigue siendo esa aventurera y científica capaz de marcar la diferencia. Algo que, asumimos, será esencial en esta nueva historia.
Enciclopedia Daima: los collares mágicos del reino demoníaco
Cada semana añadimos una nueva entrada a la enciclopedia de Dragon Ball Daima que acompaña nuestras críticas, y si hemos hablado de seres poderosos, dioses del universos y conceptos algo abstractos, hoy toca abordar un tema relativamente sencillo pero sustancial para entender cómo son los habitantes del Reino demoníaco: los collares mágicos.
Todos los Majin y cada uno de los habitantes civilizados (las bestias no cuentan) del Tercer Mundo demoníaco llevan un collar. Algunos lo tienen a la vista y otros, como Panzy, prefieren ocultarlo con bufandas o con la ropa. Sin embargo, todos deben mostrarlo por disposición y orden del ejército Real. ¿El motivo? Es un dispositivo de control que se les coloca al nacer.
"A los Majins que nacen en el tercer mundo, el ejército los coje y les pone estos collares. Si no te dejas, te matan. Son unos collares extraños. Aumentan de tamaño conforme crecemos." Panzy. Dragon Ball Daima 1x07.
Usando sus báculos sobre estos collares, los miembros del ejército de Gomah pueden localizar y rastrear a cada habitante del Reino de los Demonios, así como identificarlos o tenerlos registrados. Sabemos, además, que pueden usarlos en contra de sus portadores sirviendo como elementos de presión y castigo. Precísamente por ello, a nadie le gusta llevarlos puesto y son un símbolo de sometimiento involuntario. Entonces, ¿por qué no se los sacan?
Se atribuye la creación de los collares mágicos a la Dra. Arinsu, la científica hermana de Kaio Shin y que, además, pertenece a la raza de los Glind. Sin embargo, y tal y como se adivina por su nombre, no usan la tecnología, sino la magia. Como resultado, éstos no se pueden soltar ni extraer por la fuerza ni por las artes mágicas comunes. ¿El motivo? Todos están hechos del material más duro del universo.
Los collares mágicos están hechos del metal Katchin, también llamado Katchintita, que fundamentalmente se extrae del planeta Kaishin. A modo de referencia, es el mismo material que Goku y los Kaios lanzaron a Son Gohan durante su entrenamiento con la espada sagrada antes del clímax de la saga de Majin Bu.
Con todo, y pese a que la Katchintita es un metal durísimo, estos collares mágicos que llevan los habitantes del tercer mundo demoníaco siempre se ajustan al cuello su portador desde que éste nace y durante crecimiento. Algo así como las armaduras del ejército de Freezer. Sin embargo, pese a que se pensaba que eran indestructibles, hay un modo de romperlos.
En Dragon Ball Daima se indica que los habitantes del Reino de los demonios ya estaban condenados a usar collares mágicos antes del ascenso del Rey Gomah y que incluso los llevaron cuando el anterior Rey Dábra estaba en el trono. Y pese a que se pensó que era imposible anular su magia o destruirlos, el Kaio Shin de la Tierra demostró que hay un simple conjuro Glind que cualquiera puede dominar y es capaz de destruirlos. Algo que, con toda probabilidad, prenda la chispa de una rebelión que ya es latente.
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Ficha de Dragon Ball Daima 1x07: Collar
- Dirección: Aya Komaki y Yoshitaka Yashima
- Guión: Akira Toriyama y Yuko Kakihara
- Estreno: 22 de noviembre de 2024 (internacional)
- Estudio / Productora: Toei Animation / Toei Company
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