Cuando los personajes de los cuentos de hadas como Blancanieves, Alicia en el País de las Maravillas o la Bella y la Bestia se vuelven demasiado reales, sus acciones y clichés tienen consecuencias menos predecibles. En según que caso, incluso pueden ser tratadas como crímenes. Adaptarse al mundo real no es fácil, sobre todo en Manhattan. Aunque, por otro lado, navegar a través de esa dualidad, siguiendo los pasos de un asesino, es lo que ha convertido The Wolf Among Us en la obra maestra de Telltale Games.
Basada en los cómics de Fábulas, publicados por DC Comics a través de su sello Vertigo, The Wolf Among Us representa como ninguna otra aventura el gran paradigma de la fórmula de Telltale Games: su jugabilidad se quedó estancada durante demasiados años, pero eran unos maestros contando historias. Sobre todo, cuando éstas se basaban en licencias potentes como Minecraft, Batman o Los Guardianes de la Galaxia. Pero el caso que nosotros mismos resolvimos como el Gran Lobo Feroz siempre fue especial.
En parte, porque The Wolf Among Us aprovecha ese giro de obras tan conocidas para sumergirnos en el mundo de Fábulas desde una perspectiva realmente interesante. Pero, sobre todo, por saber aprovechar tanto y tan bien los márgenes que le daban los videojuegos y la fórmula de Telltale en su beneficio para ofrecernos una precuela a los cómics en la que se entremezclan géneros tan curiosos como la novela negra y la fantasía. Consolidando ese formato serial, dividido en capítulos y temporadas; y llevándolo a su punto más alto.
Porque, como el resto de videojuegos de la compañía de Marin County, la experiencia de juego de The Wolf Among Us se reduce a un sistema de point'n click muy básico, escenas interactivas (Quick Time Events) que le añaden un más que necesario ritmo a cada punto de inflexión de la historia y diálogos que plantean bifurcaciones en el desarrollo de la historia. O, más bien, en cómo ven el resto de personajes a nuestro protagonista. Pero hay algo en esta incursión hacia el mundo imaginado por Bill Willingham que lo convierte en una obra especial. No solo a la altura de los cómics, sino dentro del propio legado de Telltale Games.
Lo cual nos lleva al punto de partida: ¿qué hace el Gran Lobo Feroz compartiendo un apartamento en Manattan con uno de los Tres Cerditos? Para ser más precisos, el cerdito más vago de los tres: nada menos que el hermano que tuvo la brillante idea de hacer una casita de paja. Bueno, la cosa viene de atrás.
Villa Fábula necesita más que nunca un sheriff con muy buen olfato: el mismísimo el Lobo Feroz
Es el año 1986. Los personajes de las fábulas y las leyendas del folklore popular deciden dejar atrás las Tierras Natales e instalarse en lo que ahora es Nueva York. Más concretamente en Villa Fábula, una comunidad en la que tratan con más o menos suerte de convivir y cada uno se adapta como pueden a la realidad (en el sentido más literal), aunque la mayoría no consiguen reprimir del todo su auténtica naturaleza.
La mayoría de los seres de las fábulas han adoptado un aspecto humano. Un encantamiento para poder habitar junto a los "mundys", los mundanos. Otros se han instalado en las afueras de Manhattan conservando su particular apariencia, ya bien sea animal o de criatura de fantasía y, siendo justos, muchos de ellos no lo hacen de manera voluntaria.
En este contexto, hay quien se ha adaptado mejor al mundo real y otros, por decirlo de algún modo, no parecen tener mucha prisa en hacerlo. Frente a este caos, la compleja convivencia entre las fábulas, y prevenir cualquier lío en el que de un modo u otro acabe llamando la atención de los mundys, una autoridad a la que muchos temen, otros respetan y algunos -de manera justificada- desconfían: Bigby Wolf. Es decir el Gran Lobo Feroz.
Y quizás ahora parezca un tipo corriente, pero en el fondo sigue teniendo esa paciencia y esos métodos poco ortodoxos con los que lo conocimos en cuentos como Caperucita Roja.
Lo cierto es que, en lugar de disfrutar de su posición de autoridad, Bigby está siempre a tres palabras de margen de liarse a puñetazos con casi todo el mundo. Quizás sea su forma de ser, pero por una cosa o por otra las Fábulas acaban sacándole de sus casillas, siendo una personalidad a medio camino entre el Wolverine de Hugh Jackman y el Harry el Sucio de Clint Eastwood. Lo cual incluye más de un ingenioso chascarrillo justo a tiempo para robarle una pequeña sonrisa al jugador.
El exceso de ira acumulado por Bigby (y con razón) acaba transformando al sheriff de la comunidad de Villa Fábula en una bestia en el sentido más literal de la expresión. Compartir piso con uno de los Tres Cerditos y que el propio Ichabod Crane sea lo más parecido a tu superior tampoco mejora sus expectativas de cara al futuro. Y que haya aparecido el cuerpo sin vida de una fábula delante de tus narices, tampoco.
The Wolf Among Us es una novela negra protagonizada por una versión humana del Gran Lobo Feroz y contada a través de la narrativa consolidada por los juegos de Telltale Games. En buena parte, porque fue uno de los dos puntos de inflexión para el estudio.
Como jugadores, descubriremos el mundo de Fábulas y tomaremos parte en una investigación en la que, lejos del tono de los cuentos de hadas, se abordan temas complejos y con un punto de vista más adulto en el que hay asesinatos, clubs de alterne y dilemas morales. Hay margen para dar puñetazos y diálogos incisivos. Siendo nosotros mismos el cazador y, como descubriremos poco a poco, la pieza clave de todo el proceso. Y pese a que salvar a todo el mundo es imposible, más de un personaje podrá vivir en base a nuestras nuestras decisiones.
La obra maestra de Telltale Games
Telltale Games ya había afianzado muy bien su fórmula en 2013, resucitando franquicias clásicas de LucasArts con dos nuevas aventuras de Sam & Max o Tales of Monkey Island; así como atreviéndose a darnos una legítima cuarta entrega de Back To the Future en forma de videojuego (muy resultona, todo sea dicho).
Sin embargo, fue en 2012 cuando nos sorprendió con su propia incursión original en el universo de The Walking Dead, conquistando a nuestros lectores, logrando decenas de millones de descargas y alzándose como GOTY en los VGA. Aquello sería un antes y un después para el estudio y expandirá su manera de crear historias inéditas sobre sagas archiconocidas, pero también acotaría su manera de hacer y producir videojuegos. Al menos, hasta que fue demasiado tarde para reaccionar.
The Wolf Among Us llegará justo a tiempo para Halloween del año siguiente y su premisa fue mucho más interesante. De partida, porque se inspira en el cómic homónimo Fábulas -es posible ver la historia en papel a través de Fábulas: el lobo entre nosotros, publicado por ECC en 2016-, pero también porque supone a muchos niveles una precuela de la obra de Bill Willingham, ambientándose décadas antes del primer número. Lo cual les daba carta blanca para crear buenas historias originales y hacer al jugador partícipe y protagonista de las mismas.
Siendo justos, para la época The Wolf Among Us se veía como un auténtico cómic en movimiento gracias a su empleo del color y su uso del sombreado para crear una atmósfera perfecta, tanto a la hora de mostrar una trama muy influenciada por el cine negro, como personajes de fantasía con estética de historieta de papel. Si a esto le sumamos una labor actoral de diez y una trama que sabía encontrar la original y la sorpresa dentro de los clichés de los cuentos de hadas -incluyendo los menos conocidos- nos topamos con una sucesión de aciertos con una presentación exquisita.
Como las anteriores aventuras gráficas de Telltale, un término que siempre se prestaba a matices para quienes jugamos a los clásicos de Lucas o Sierra, The Wolf Among Us apostó por un formato serializado de modo que se estructuró la historia en base a cinco episodios cuya duración estaba entre las dos horas y algo más de una hora. Lógicamente, al final de cada uno se nos dejaba con el correspondiente suspenso para que esperásemos la llegada del siguiente con cierta anticipación.
Ahora bien, el misterio de The Wolf Among Us propone montones de incógnitas y un tono adulto y poco edulcorado, pero carece de esa complejidad atada a los puzles propios del género. El motivo es simple: la narrativa se impone a los desafíos de lógica y la gracia de cada episodio reside tanto en nuestra manera de reaccionar a los eventos (muchos en base a reflejos en determinadas secuencias) como en una sucesión de toma de decisiones.
Es más, la vida de hasta tres personajes, incluyendo el malo malísimo del juego, dependía de nuestras respuestas y decisiones.
El capítulo final, Episode 5: Cry Wolf, se estrenó en verano de 2014. tardó algo más en llegar a todos los sistemas y lo cierto es que incluso se pudo jugar en los dispositivos móviles de entonces. El caso de Bigby se hacía cada vez más interesante y su resolución dejó al jugador con un estupendo sabor de boca. Incluso, cuando la producción del juego obligó a dejar en el tintero tramas paralelas como el asesinato de una de las hermanastras de Cenicienta o escenas que fueron reducidas a última hora.
Ahora bien, como en todos los juegos de Telltale, no solo había elementos que dependían de nuestras decisiones, sino que podíamos cotillear lo que habían hecho la mayoría de jugadores. Si habían elegido resolver la historia como lo habíamos hecho nosotros o nos gustaba ir a contracorriente. Lógicamente, en The Wolf Among Us las únicas opciones equivocadas son las que dan forma a la propia historia, con lo que podemos elegir con libertad, aunque con el recordatorio de que una palabra de más derivará en consecuencias.
La otra cara de la moneda, ese mismo año Telltale Games había arrancado una dinámica de la que no saldría. En 2014 estrenó la segunda temporada de The Walking Dead: The Telltale Series, junto con Tales from the Borderlands y un no tan acertado aunque muy interesante Game of Thrones: The Telltale Series. Un año después veríamos Minecraft a través de su fórmula. En septiembre de 2018 se anunció el cierre de sus oficinas y la cancelación de todos sus juegos en curso. Incluyendo la anunciada y muy esperada secuela de The Wolf Among Us.
El retorno de Bigby ( Telltale Games)
El desarrollo de The Wolf Among Us fue complicado desde el principio. Originalmente se anunció en conjunto y a la vez que The Walking Dead: The Telltale Series, y es imposible negar que parte del éxito -merecidamente amasado- se debió al rebufo de la serie de televisión, heredando su tono, su dramatismo y sus dilemas morales en un mundo apocalípticos. Con Fable las únicas referencias eran los cómics y lo cierto es que llegados a cierto punto incluso se tanteó que fuese una comedia. Hicieron bien en no ir hacia esa dirección.
El juego de The Wolf Among Us fue retrasado en numerosas ocasiones, y su desarrollo fue inusualmente largo, obligando a sus creadores a tratar de ver qué podían hacer mientras se planteaban qué clase de experiencia dar. El éxito de The Walking Dead se convirtió en ese faro que estaban buscando y a partir del mismo se implementaron sus mecánicas, su desarrollo y ese afán por llevar las narrativas y las temáticas de los videojuegos hacia un punto mucho más interesante y prometedor.
Lo único que no era negociable es que debían ser fieles a los cómics de Fábulas, y en Telltale acertaron tanto que, aprovechando la Comic Con de Nueva York de 2014, Vertigo Comics anunció que el videojuegos sería llevado al papel por Lilah Sturges (quien ya había trabajado en los cómics originales) aprovechando las ventajas del medio impreso en su beneficio. Junto al merecido éxito del juego se podría decir que se había completado el ciclo, pero todavía quedaba margen para una nueva historia.
La serie Fábulas fue descontinuada de Vertigo en 2015 (DC Comics acabó cerrando el sello), pero en julio de 2017 se anunció la secuela del videojuego durante la Comic Con de San Diego, volviendo a reunir a las voces principales de la primera temporada. Algo que, como ya comentamos, se vio truncado con el cierre de Telltale Games. Ahora bien, también fue el primer proyecto anunciado tras la resurrección del estudio. Para alegría de los fans.
La nueva temporada de The Wolf Among Us (o secuela) no solo dará continuidad al original, sino que también parte con las nuevas lecciones aprendidas por Telltale: además de emplear un nuevo motor Unreal Engine y retener su toque único a la hora de hacer historias, también más énfasis en lo que respecta a la hora de ofrecer una experiencia jugable. Algo que ya pudimos ver con The Expanse: The Telltale Series.
¿Hay margen para la predecible fórmula de Telltale en pleno 2024? En muchos aspectos, el regreso de Bigby diez años después bien merece ese margen para la duda. Convirtiendo la continuación de The Wolf Among Us en la revalidación de todos los aciertos de Telltale Games, que son muchos. Pero también, en esa más que merecida oportunidad para superar la que es, por méritos propios, su obra maestra.
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