Estoy convencido de que a ti te pasa lo mismo: de la nada aparece un videojuego cuya ambientación y premisas te atrapan al instante y... ¡Puf! La ilusión se esfuma en tus narices al indagar un poquito. Esto te puede pasar con el enésimo Hero Shooter, con un RPG que en realidad es un juego de granjas con amplias capas de maquillaje o, ¿por qué no? con el próximo aspirante a comerle la tostada a Fortnite. En mi caso, entre tú y yo, pensaba que ya había cubierto de sobras el cupo de los Shooters de Extracción. No es algo reciente, que conste: llevo así desde hace meses. Y entonces jugué a Hunt: Showdown 1896.
A medio camino entre una gran actualización, un reseteo y una secuela (ya entraremos en detalles) su propuesta, por reducirla a la mínima expresión, va de vaqueros, monstruos y recompensas. De hecho, aquí no hay héroes sino temerarios cazadores dispuestos a mancharse las botas con barro, agua sucia y sangre. Sangre que a veces procede de criaturas desagradables de ver y difíciles de clasificar (zombis, arañas gigantes y chalados con poderes sobrenaturales), pero también de tipos que se han metido en los mismos lodos que nosotros y no tienen pensado regresar con las manos vacías. A partir de aquí, y como se suele decir, los lentos murieron en el Oeste.
Como te habrás dado cuenta, en Crytek no ha inventado la pólvora en lo que respecta a los Shooters de Extracción. No lo hizo en 2019 al salir de su acceso anticipado con el Hunt: Showdown original y tampoco aspira a hacerlo con su revisión y puesta al día actual. O, como lo llaman sus creadores y se insinúa por la coletilla de su nuevo título, la nueva era del juego. Una que tiene lugar un año después y nos traslada a unas Montañas Rocosas de Colorado no muy acogedoras. Es más, la que la mayoría de los ingredientes de terror y supervivencia del original siguen ahí. Son uno de sus mayores atractivos.
Sin embargo, la receta frente al juego de 2019 ha sido mejorada, su planteamiento jugable resulta más atractivo -especialmente en consolas- y su presentación y mapeado acaban siendo una demostración en bruto del poderío visual del motor Cryengine 5.1. ¿El precio a pagar? Para dar el paso hacia Hunt: Showdown 1896. Crytek se desentendió por completo de las versiones de PS4 y Xbox One eliminando su online para centrarse en lo que se puede lograr en PCs y sistemas de sobremesa actuales. El resultado que nos deja no acaba siendo ni un borrón y cuenta nueva, pero tampoco una secuela a lo Overwatch 2. De hecho, tengo que admitir que ahora es mucho más interesante.
Vaya por delante que no se trata de una simple cuestión gráfica, aunque ese salto está ahí, sino una sucesión de adiciones, cambios, ajustes en lo jugable y grandes avances en aspectos muy específicos empezando por el diseño y el juego que da Mammon's Gulch, el nuevo entorno. A lo que hay que sumar la tecnología de los sistemas actuales tanto al generar el ambiente como al introducir el sonido espacial en la dinámica de las partidas. O las sensaciones a los mandos. Aspectos que hacen que la experiencia general esté más definida. Que sea mucho más satisfactoria. Dando una serie de pasos en la buena dirección que, sumado a los aciertos heredados, lo convierten en algo demasiado interesante como para mirar hacia otro lado.
Cómo es jugar a Hunt: Showdown en 2024. O, más bien, en 1896
Si vienes del Hunt: Showdown original tienes que tener en cuenta dos elementos básicos: su alucinante ambientación, a caballo entre el western y la fantasía oscura, sigue jugando a su favor. Es su gran seña de identidad. Sin embargo, es absolutamente normal que te quedes desubicado al volver al juego: Crytek se ha cargado la interfaz para hacerla más sencilla y atractiva en Hunt: Showdown 1896. Especialmente para los jugadores de consola. Un primer paso en la buena dirección ya que, eso fue lo primero que me echó para atrás la primera vez que me puse el sombrero de cowboy.
Ya puestos a hacerte confesiones, te tengo que decir que esto de meterme a repartir plomo en Hunt: Showdown 1896 viene de atrás. Es decir, que no ha sido un descubrimiento, sino que supone un reencuentro. En cierto modo una nueva oportunidad. Desde el lanzamiento del Hunt: Showdown original sus creadores han dado infinidad de oportunidades de probarlo en Steam y los servicios de suscripción de PlayStation y Xbox, a veces a través de días de juego gratuito. Dicho eso, en ninguna de esas ocasiones el juego de Crytek logró atraparme. Hasta ahora.
En parte porque su dinámica de PvPvE (jugadores contra jugadores y entornos) convertía mi sombrero de cowboy novato en una diana para prácticamente todo ser vivo o no tan vivo a este lado del río Pecos, pero fundamentalmente porque siempre tuve la sensación de estar simplemente de paso en un juego que me intrigaba, pero no me retenía. Y, siendo justos, el hecho de no tener nadie con quien jugar tampoco hacía que durase demasiado instalado.
Sin embargo, más allá del nuevo entorno de juego, su alucinante aspecto y una interfaz mucho más sencilla y atractiva, Hunt: Showdown 1896 acierta de lleno al dar un doble salto de fe: pese al enorme riesgo que supone enfrentar a los jugadores de PC más fieles a sus cambios, siempre se entiende de dónde viene cada decisión y a dónde se quiere ir. Porque pese a que tu y yo tenemos implícito que los Shooters de Extracción son prácticamente sinónimo de Juego Como Servicio, no está de más recordar que es exactamente ahí dónde todo el proyecto y su futuro se la juegan.
La dinámica de las partidas no varía, que conste: entras en un escenario, sigues el rastro de un Jefe o una presa con el suficiente cuidado de no ser detectado por otros enemigos y jugadores y, si consigues eliminarlo, pasarás a tener una serie de sentidos mejorados de cara a tu regreso al punto de extracción. Algo sustancial dado que todos los demás jugadores de la partida te podrán detectar mucho más rápido, intercambiando por completo tu rol de cazador a presa.
Sobra decir que también podemos optar por ser uno de esos cazadores que aparecen en el último minuto y ya con el contrato despachado, pero ahí es donde entran en juego los poderes ocultos, lo que llevamos encima y las mejoras y habilidades del cazador que llevemos. Además, claro, de nuestros acompañantes.
Pero al final todo se reduce a lo más esencial: entrar en el mapa, cumplir el objetivo, llenarnos los bolsillos y tratar de escapar con las botas puestas -y sin parecer un colador- para seguir progresando y desbloqueando contenidos y poderes. A sabiendas de que en Hunt: Showdown 1896 cada partida se vive con una emoción especial: hay Permadeath. Es decir, que cada vez que un cazador muere es permanente
... Y entonces el Western de Crytek me hizo "click"
Vaya por delante que en Hunt: Showdown 1896 hay un modo para un solo jugador llamado El Último Superviviente. Pero, entre tú y yo, no es lo mismo. Sin embargo, lo que hizo que me tomase esta nueva oportunidad con el juego fueron un cúmulo de circunstancias.
De entrada las novedades eran potentes, las premisas mucho más atractivas y la ambientación siempre ha jugado en favor tanto de la iniciativa original como en esta nueva etapa. Es más, se han introducido novedades realmente interesantes. Ahora hay unos grandes monstruos feísimos y enormes que hacen un montón de ruido y que, cuando empiezan a combatir, atraen a los jugadores como chiquillos detrás de una piñata, derivando todo en esas escenas de tensión y tiroteos tan propios de Westerns.
Pero, en el proceso, hay pequeños grandes cambios que me atan más al juego. Uno de los más simples es el nuevo sistema de objetivos semanales y el rediseño de los progresos que logra que vea que cada iniciativa cuenta. Que en cada tiroteo hay algo más en juego que acabar la partida y que mis intenciones y las de mis rivales no solo entran en conflicto, sino que es le da un matiz mayor y más peso a mis aciertos y mis pifias.
Al sentir y ver como la espantada de unos pájaros no muy lejos de dónde estoy me revela las intenciones y la localización de alguien y hace que redefina mi estrategia o mis prioridades. Que repase mi inventario porque en ese momento de tensión y genuina incertidumbre no tengo claro si voy a pasar a ser el cazador o ya estaba siendo la presa. Momentos como esos son los que, casi seis años después, han logrado que el Western de Ctytek por fin me haga "click" y, en consecuencia, mandé al carajo todos mis prejuicios sobre los Shooters de Extracción. Al menos, de momento.
El renacer de Hunt: Showdown 1896 se produjo el pasado 15 de agosto en PC y consolas Xbox Series X / S y PS5. Los jugadores de ratón y teclado recibieron el juego como una mega-actualización mientras que en consolas supone una especie de regreso, habilitando que los que ya tuviesen su copia en la generación anterior dispongan de una actualización generacional gratuita y, de paso, poder importar los progresos.
El punto flaco viene con los jugadores nuevos, eso sí, al tener que competir contra títulos similares que apuestan por el Free-To-Play y, a la vez, cuatro pestañas a la derecha de la selección de modos, desplegar una enorme tienda llena de artículos que no son precisamente baratos además de pases de batalla y más contenido de pago. ¿Merecen la pena? Eso ya depende de cada uno, pero con mi copia del juego tengo lo que necesito. Y es más de lo que esperaba.
Era cuestión de tiempo que entre tanto Shooter de Extracción me acabase enganchando a uno. No te diré si es el mejor, ni tampoco el más ambicioso: sencillamente es el único que me ha hecho regresar. Entre pequeños y grandes cambios, en Crytek han dado los suficientes pasos en la buena dirección para que ya no lo vea como ese juego al que alguna vez me asomé, vi lo que había y luego seguí con otra cosa. Ahora es ese retorcido Western al que vuelvo para mancharme las botas.
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