La ruta hacia El Dorado jamás tuvo una secuela, pero el videojuego revela qué le pasó a Tulio y Miguel tras los créditos

El dúo protagonista se dirigió junto a Chel y Altivo hacia un lugar desconocido al final de la cinta

El Dorado Dreamworks
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Dentro del cine de animación también existen cintas de culto y una de las más recordadas de principios del siglo XXI es La ruta hacia El Dorado. La película de DreamWorks fue un batacazo en taquilla, ya que apenas se consiguieron recaudar 76 millones de dólares que no bastaron para sufragar los 95 millones de dólares que costó producir la aventura de Tulio y Miguel.

Los dos protagonistas provenían de España y de allí partían, por error, hacia la legendaria ciudad dorada en el continente americano. La encontraron, pero debido a la aparición de las tropas conquistadoras de Cortés, tuvieron que bloquear el acceso a través de una cueva. Así pues, Chel, Altivo, Tulio y Miguel partieron hacia un destino desconocido que jamás supimos cuál era.

¿Jamás? Lo cierto es que sí obtuvimos la respuesta, pero para ello había que recurrir a Oro y Gloria: La ruta hacia El Dorado, la adaptación al mundo de los videojuegos que vio la luz en PS1 y PC en forma de aventura gráfica. Existió una versión para Game Boy Color, pero su desempeño narrativo era muy pobre, por lo que hay que fijarse en las versiones principales.

La trama comienza de una forma extraña, pues podemos ver a Tulio y Miguel en lo que parece ser la barra de un bar charlando y ejerciendo como narradores para contarnos los eventos de la película. La obra se desarrolla con normalidad, reproduciendo algunos de los acontecimientos vistos en el cine e intercalados con intervenciones del dúo protagonista ofreciendo el clásico toque cómico.

Lo sorprendente llega al final, ya que cuando la historia termina, una cinemática muestra que los personajes se encuentran en un bar, sí, pero flotante. Y es que Chel, Tulio y Miguel fabricaron un bote especialmente grande con el que navegan hacia España, aunque el regreso parecer ponerse en duda. A partir del minuto 1:58:04 de este vídeo podéis ver la secuencia.

Chel se encuentra en la parte derecha de la embarcación lavando la ropa, al mismo tiempo que Altivo tiene su propio bote que es arrastrado por una cuerda. Para felicidad de Tulio, llevan consigo bastantes tesoros de oro, los cuales seguramente sí que consiguieron pasar más allá de la entrada hacia El Dorado. Eso sí, la discusión que mantienen sobre qué dirección tomar hacia España parece que tiene difícil resolución.

DreamWorks no dio luz verde a una secuela y, tras el tropiezo de Simbad, abandonó por completo la animación 2D. Dado que el Océano Atlántico no es precisamente como cruzar un charco, quizás no llegaron muy lejos en mitad del mar.

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