He pasado mis vacaciones jugando sólo desde el móvil y en la nube. Así ha sido mi experiencia con el demencial Redmagic 8S Pro

Dicen que el futuro ya no pasa por los dispositivos, que el jugar desde cualquier parte es la nueva generación y que, gracias a la nube y la explosión técnica de los móviles y el juego en portátil, el mundo del videojuego pronto le dirá adiós a carísimas consolas y PC. Durante estas vacaciones me he puesto el reto de vivir en ese futuro de la mano del RedMagic 8S Pro.

Con la ola de calor imposibilitando jugar a nada medianamente exigente en Switch por los recalentamientos y aún a la espera de que alguien me regale una Steam Deck, la idea de cargar con consolas o PC estaba más que descartada. Así que, para seguir jugando y poner a prueba el futuro del videojuego, lo único que he guardado en la maleta es el Nubia Redmagic 8S Pro.

Apodado como el móvil Android más potente hasta la fecha, lo cierto es que estas últimas semanas se han encargado de demostrarme que, si el día de mañana esto es lo que nos espera, pues… no creo que haya mucho hueco para quejas en lo que a disfrutar de los videojuegos se refiere.

Ficha ténica del Nubia Redmagic 8S Pro

Así es el Redmagic 8S Pro

Disponible desde 649 euros para su modelo de 12 GB de RAM y 256 GB de almacenamiento, 799 euros para la que sube hasta los 16 y 512 GB respectivamente, lo primero que sorprende del Nubia Redmagic 8S Pro es lo cómodo que resulta para jugar.

Con 228 gramos de peso y una carcasa de ángulos cerrados, cualquiera podría llegar a pensar que entre unos y otros terminarían aportando una experiencia farragosa y fácilmente agotadora al pasar mucho tiempo con el móvil en las manos. Mis horas de vicio a Call of Duty Mobile tirado en el sofá tienen una opinión completamente distinta.

Con unas dimensiones de 163,98 x 76,35 x 9,47 mm para ofrecer una pantalla AMOLED de 6,78 pulgadas con resolución Full HD+ (1116 x 2480 píxeles) y tasa de refresco de 120 Hz, la experiencia del móvil en mano frente a ese pantallazo sin notch y cámara frontal que arruine el conjunto  (luego vamos a eso en más profundidad) es una auténtica gozada. Los 1.300 nits de brillo para que puedas jugar sin problemas de visión terminan de redondear el conjunto.

En lo estético ya sabéis que esto es cuestión de gusto, pero personalmente la trasera metalizada me parece de lo más acertada (hay dos versiones más, una negra y otra transparente), pero donde me ha ganado por completo es en la disposición de botones y sensores que tiene a su alrededor.

Una bestia para jugar

Con un Qualcomm Snapdragon 8 Gen 2 mejorado y pudiendo llevar la GPU hasta los 3,36 GHz, queda bastante claro que el Nubia Redmagic 8S Pro no va en chanclas a ganar las carreras. De hecho los benchmarks lo sitúan como el móvil más potente para jugar que puedas echarte actualmente a la cara.

Pero lo que realmente marca la diferencia más allá de potencia está en sus botones laterales. El principal, un slider marcado en rojo, será el que nos permitirá saltar a una pantalla de carga en la que se cargarán todos los juegos que tengamos disponibles y, si así lo deseamos, también nuestras aplicaciones de streaming.

Es el HUB de juego que lo convierte en consola portátil y desde donde podrás configurar cada juego a tu gusto para que el terminal vaya a por todas en rendimiento frente a los juegos más tochos, que afloje el ritmo en otros menos exigentes o que modifique el aspecto de color y contraste para ofrecer imágenes más realistas en unos títulos y más saturadas en otros.

Un completísimo menú de opciones y configuración que, además, nos permitirá abrir la configuración básica desde cualquier juego arrastrando un menú desde la esquina superior izquierda para realizar los últimos ajustes cuando estemos a mitad de la partida, entre ellos configurar los dos sensores que actúan como gatillo izquierdo y derecho para poder llevar los controles táctiles desde la pantalla al marco ganando comodidad y espacio de visión.

Además de ser francamente útiles para enfrentarte a un multijugador online o un juego como Gears para apuntar y disparar de forma cómoda y sin preocuparte de botones, la configuración de los mismos es completamente personalizable para que requieran varios toques o ajustes similares si buscas una experiencia más ajustada a tus necesidades.

Lo mejor y lo peor del Nubia Redmagic 8S Pro

Más allá de todas las bondades anteriormente mencionadas, la última gran sorpresa de este terminal ha sido que, pese a intentar exprimirlo al máximo, su ventilador y refrigeración líquida hacen brujería para que la carcasa no se caliente en exceso.

No me malinterpretéis, ponerlo a tope y cogerlo con las manos hace que el calor se note, pero estoy acostumbrado a ver cómo mis móviles se calientan una barbaridad con el paso del tiempo y aquí la temperatura se mantiene en unos mínimos muy de agradecer cuando tienes el cacharro en las manos durante mucho rato.

Y si pese a ello quieres una experiencia aún más cómoda, pues el propio menú de juego del terminal se encargará de ayudarte a configurar la conexión de un mando y la conexión al televisor para poder jugar en pantalla grande. Pocas pegas se le pueden poner si lo que buscas es un móvil para jugar, la verdad.

Si quieres ir más allá de eso, pues para un precio como el que ofrece hay que terminar recortando de algún lado, y en este caso es la cámara la que sale peor parada. La frontal, bajo la pantalla, es la que peor parada sale, especialmente si eres fan de los selfies (no es mi caso), pero la trasera hace un trabajo notable para tomar fotografías de aficionado.

Donde sí hay hueco para una última sorpresa es en la posibilidad de grabar vídeos a 8K con una calidad fantástica, así que si buscas aprovechar el terminal también en ese sentido puedes dar buena cuenta de que no tiene planes de dejarte tirado.

Jugando sólo desde el móvil en 2023

Para dejar clara mi posición antes de iniciar el reto diré que habitualmente mi móvil sólo se limita a lo básico, a redes sociales y a alguna que otra fotografía. Hacía años que no me acercaba a un juego de móviles más allá de alguna prueba puntual, sigo siendo bastante escéptico respecto a lo del futuro en la nube y mi pasión por el formato físico desapareció al tenerme que comer tres mudanzas en cinco años.

Digamos que, en base a todo eso, mi posición respecto a lo que el futuro de la industria del videojuego promete no estaba cerca de ser completamente entusiasta. La entiendo y me parece lógico que vayamos encaminados a ello, pero hay más dudas que certezas frente a todo lo que propone un cambio tan drástico.

Al momento de escribir estas líneas, tras tres semanas ciñéndome únicamente a jugar juegos de móvil y tirar de la nube de Xbox y GeForce Now para ir en busca de experiencias más exigentes, no sólo me ha sorprendido lo bien que es capaz de responder un terminal como el Redmagic 8S Pro en cuanto a rendimiento.

También hasta qué punto muchos seguimos siendo completamente ajenos a las cómodas posibilidades que ofrece tirar del juego en la nube con un móvil como este. Ya no sólo por lo bien que funcionan las citadas plataformas, sino también por la opción de poder conectar un mando y enviar la señal a la tele para jugar en pantalla grande.

Mi percepción de hasta qué punto necesito una consola o un PC potentísimos para jugar siguen sin abandonar el barco desde el que empecé. No depender de velocidades de conexión y un ya casi imperceptible input lag siempre será un plus, pero el fantástico rendimiento de la nube y lo bien que pueden llegar a verse los juegos que más apuestan por los gráficos en un móvil como el Redmagic 8S Pro hacen que ese salto, de producirse algún día, parezca hoy mucho menos crítico de lo que parecía hace unas semanas.

En VidaExtra | He pasado años buscando el mejor juego de zombies y siempre lo he tenido delante de mis narices