Análisis de Dragon Quest Treasures, el spin-off con el que salí en busca de tesoros y me encontré con oro y baratijas

El catálogo de Nintendo Switch está a punto de cerrar un 2022 inolvidable, aunque antes de que llegue ese momento tiene pendiente el recibir dos RPG muy importantes, siendo uno Crisis Core -Final Fantasy VII- Reunion, la remasterización del clásico de PSP, al que se unirá también Dragon Quest Treasures.

De este último he tenido la oportunidad de hablaros de él en un par de ocasiones, siendo la más reciente hace tan solo unos días para dejaros unas impresiones tras jugar las primeras horas, pero ahora ha llegado el momento de dar el veredicto final tras probar a fondo este spin-off de la franquicia que llegará mañana mismo a la consola de Nintendo.

Las otras veces comenté que el juego tenía aspectos muy positivos y otros que me generaron algunas dudas y provocaban que la propuesta no llegara a ser sobresaliente. Por lo tanto, a continuación podéis leer si la búsqueda de tesoros ha acabado mejorando con el tiempo o no.

El trepidante viaje de Erik y Mía

Los protagonistas de esta aventura de fantasía son Erik y Mía, una pareja de hermanos que probablemente os resultarán muy familiares si sois seguidores de la franquicia, ya que en realidad este título se trata de una precuela de Dragon Quest XI en la que tomaremos el control de las versiones más jóvenes de estos personajes.

El objetivo de ambos ha sido siempre el de salir de viaje por todo el mundo en busca de lujosos tesoros y el llegar a encontrar todos los posibles. Eso les lleva a escapar de un barco vikingo en el que se encuentran, momento en el que se topan con Porcus y Púrsula, unas criaturas sobrenaturales en forma de cerdo y gato alados, respectivamente, que se unirán a nuestro dúo de protagonistas en esta travesía.

Al poco de conocer a estas peculiares criaturas serán transportados por un portal a otro mundo, Draconia, donde comenzará realmente la aventura con la que siempre habían soñado, ya que se trata de una tierra repleta de tesoros ocultos y que en realidad está dividida en una serie de islas flotantes, con sus propios biomas, enemigos, desafíos y mucho más que tocará ir descubriendo con el paso de las horas.

Para todo ello el grupo establecerá su propia base en una de las islas desde la que podrás realizar diferentes gestiones, aunque no todas ellas estarán disponibles desde el principio de la partida. De hecho, la mayoría de ellas requerirán haber jugado un buen puñado de horas por el hecho de que será necesario haber recolectado previamente algunos artículos muy rebuscados o haber cumplido con ciertos objetivos.

Por eso mismo, en los primeros compases tendréis la sensación de encontraros con materiales que no sirven para nada, pero con el tiempo serán muy útiles para fabricar munición, preparar platos de cocina u otras funciones que se van activando poco a poco. Aun así, una de las características principales de esta entrega es que Erik y Mía se aliarán con los propios monstruos a la hora de salir a buscar tesoros.

Unos compañeros muy variopintos para buscar botines muy codiciados

Como he señalado, a lo largo del juego la pareja de héroes entablará amistad con otros monstruos que irán apareciendo, así que no os preocupéis por su aspecto o penséis que simplemente se tratan de enemigos, porque nunca se sabe cuál de ellos pasará a ser vuestro mejor compañero de batallas. Y es que los propios monstruos serán los que en la mayoría de ocasiones se encargarán de realizar el trabajo sucio.

Al mismo tiempo puedes llevar un máximo de tres monstruos, pero al único que se puede controlar en todo momento es a Erik o también a Mía, dependiendo del que prefiera cada uno, pudiendo alternar entre ellos en cualquier momento desde la base principal. En cambio, el grupo de monstruos no valdrá con elegir a los que sean vuestros favoritos por su aspecto, habilidades o nivel, porque en ocasiones las misiones requerirán que seleccionéis a unos en particular.

Y es que no todos ellos son iguales, sobre todo por sus habilidades principales que son las que podremos emplear para ir de un lado a otro. De este modo, los limos harán la función de muelle para mandarnos por los aires y así trepar por montañas. También habrá monstruos alados para que podamos planear o caer por sitios a gran altura, pero también habrá otros que nos servirán para desplazarnos más rápido o para movernos en sigilo sin que nos detecten.

A su vez, los hechizos que pueden emplear también son distintos y cada uno cuenta con sus propias fortalezas y debilidades frente a ciertos tipos, así que también es importante establecer un grupo lo suficientemente equilibrado. Aun así, ahí no queda todo, porque la presencia de unos u otros también influirá a la hora de salir a buscar tesoros, lo que viene a ser el objetivo principal de este viaje al tener que reunir toneladas de cofres ocultos.

Los propios monstruos serán los que nos irán dando indicaciones cuando estemos cerca de alguno de ellos, aunque Erik y Mía podrán hacer uso de un poder especial en forma de brújula que también señalará el camino correcto a seguir para dar con alguno de estos premios tan codiciados. Así pues, cuando estás lo suficientemente cerca de alguno los monstruos empezarán a volverse locos para avisarte de que estás en la zona correcta.

En ese momento es cuando comienza la verdadera búsqueda, porque cada uno de nuestros peculiares compañeros nos mostrará una imagen del lugar en el que se encuentra el tesoro. Lo curioso es que las capturas estarán basadas en sus puntos de vista, por lo que puede que algunas nos enseñen un punto de vista aéreo, otras en blanco y negro, a través de unas rejas o llenas de barro, dependiendo del monstruo.

Dicho así podría dar la impresión de que es complicado encontrar los cofres, pero nada más lejos de la realidad. Las fotografías siempre están inspiradas en lugares que se encuentran a pocos pasos de nuestra ubicación actual y el lugar que indican es bastante evidente, así que no deja mucho hueco al misterio, de ahí que sea realmente fácil hacernos con cualquier botín que queramos, lo que es una pena porque habría estado mejor que esta tarea nos forzase un poco más a investigar.

El único problema que podéis encontrar cuando os pongáis manos a la obra es que no siempre seréis los únicos que andaréis tras la búsqueda de tesoros, así que puede darse el caso de que otra banda aparezca en escena dispuesta a arrebataros vuestro premio y dé comienzo una batalla entre monstruos. Asimismo, otro inconveniente es que no podréis llevar encima todos los que queráis, dado que serán los compañeros los que cargarán con ellos y tan solo podrán soportar un cierto límite.

Esto implica que cada vez que encuentras tesoros muy valiosos tienes que estar volviendo a la base para depositarlos o de lo contrario los perderás. De todos modos, también se pueden abandonar en cualquier momento, porque no todos son igual de lujosos y en ocasiones os toparéis con simples baratijas, así que a la hora de escoger entre cuáles llevar encima la elección es un tanto evidente.

Los diferentes desafíos que aguardan por Draconia

A medida que se va avanzando por la aventura irán apareciendo numerosos monstruos con niveles que dejarán claro si estamos yendo por el lugar correcto o por el contrario nos hemos adentrado en zonas que tocará visitar más adelante. Eso sí, todas nos invitarán a explorarlas a fondo por la inmensa cantidad de recursos que estarán esparcidos por todas partes y por otros cofres que no estarán enterrados como la mayoría, pero sí ubicados en lugares de los más recónditos.

A los monstruos los podremos convertir en aliados al derrotarlos o también con el tirachinas que pueden utilizar Erik y Mía. No obstante, no se pondrán de nuestra parte al instante, dado que habrá que regresar a la base para ello y canjear determinados materiales en el proceso, aunque algunos de ellos serán extremadamente raros de obtener, por lo que no es una tarea fácil ponerlos de nuestra parte y ganar más aliados.

El mejor método para obtener esos artículos tan raros es invitando a algunos de nuestros monstruos a que viajen por su propia cuenta a las islas para conseguir más objetos e incluso cofres. Sin embargo, para que no regresen con las manos vacías es necesario que tengan un nivel determinado y cumplan con una serie de requisitos, de manera que cuanto mejor sea el equipo que escojamos, mejores recompensas recibiremos a cambio.

Lo cierto es que todo este proceso es un poco la pescadilla que se muerde la cola, porque para conseguir materiales habrá que enviar monstruos, pero si no se consiguen más compañeros adicionales no podremos llevar a cabo este tipo de misiones. Por eso mismo, en las primeras horas el proceso resulta bastante lento hasta que pase un buen tiempo, ya que estos mismos objetivos también conllevan un cierto tiempo de espera que puede ser de unos pocos minutos o irse hasta una media hora o más.

Entre medias de todo esto habrá numerosas misiones principales, secundarias y diarias que podremos ir cumpliendo al ritmo que queramos. Por suerte, todas ellas nos indicarán en el mapa el lugar al que deberemos de dirigirnos, algo que hay que reconocer que viene de maravilla porque te puedes llegar a juntar con bastantes al mismo tiempo para así tener presente en todo momento lo que podemos hacer o dónde nos aguarda algo interesante.

Con respecto a los propios escenarios, por todas partes habrá enemigos contra los que podremos combatir, algunos incluso en forma de jefes finales. Las distintas islas llaman la atención por su colorido diseño y por el hecho de que desprenden su propia personalidad, desde prados a desiertos o pasando por montañas heladas y hasta un volcán. Lo malo es que durante las primeras horas se hace bastante agotador ir de un lado para otro por el tema de los tesoros ocultos.

El motivo es que no hay una función de viaje rápido, a no ser que se utilice un objeto un tanto raro para ello. Por lo tanto, la única forma de viajar por las islas para volver a la base principal es con unas vías de ferrocarril que habrá que ir activando y que requieren cumplir primero con unas misiones en concreto, además de conseguir ciertos materiales, así que también se tarda en ir desbloqueándolas todas ellas. Es por ello que quizás se hace un tanto tedioso el tener que estar recorriendo los inmensos escenarios de un lado a otro para no perder los tesoros por el camino.

En cuanto al sistema de combate, la mecánica es muy sencilla, porque Erik y Mía tan solo se limitarán a repartir tajos con su daga o disparar con su tirachinas, mientras que los monstruos serán los que se encargarán de los enemigos principalmente. Se habría agradecido un poco más de variedad o de formas de interactuar en el combate, pero a los aliados tan solo les podremos decir que ataquen o se retiren, nada más, por lo que el resto de acciones las realizarán ellos por su propia cuenta.

La verdad es que la dificultad está muy equilibrada, pero en ciertos tramos puede resultar un tanto sencilla, dado que los monstruos se bastan ellos solos para librarse de los enemigos, así que no serán especialmente pocas las ocasiones en las que te puedes quedar de brazos cruzados y tan solo dispararles proyectiles curativos a los compañeros para que sigan repartiendo estopa.

La opinión de VidaExtra

Tras jugar a fondo a Dragon Quest Treasures he de reconocer que mis impresiones han mejorado considerablemente. En general el principal problema que he apreciado es que las primeras horas se hacen bastante lentas y tarda lo suyo en mostrar sus mejores cartas, lo que en ocasiones puede resultar un proceso un tanto lento y echar atrás a más de uno.

Más adelante la situación va mejorando, porque la búsqueda de tesoros, los combates y el llevar a cabo las misiones son tareas que entretienen lo suyo y desde luego no será por variedad de actividades para realizar. No obstante, hay que reconocer que todo ello también es muy sencillo por las facilidades que ofrece el juego a la hora de encontrar cofres, al librar batallas y por toda la cantidad de hogueras que hay por el camino para descansar y recuperar puntos de vida y magia.

En resumidas cuentas, Dragon Quest Treasures es un buen spin-off a nivel general y un juego que os puede mantener enganchados durante decenas de horas durante estas navidades, pero requiere que tengáis paciencia, porque todas las características principales del título tienen sus puntos fuertes junto con otros aspectos que chirrían un poco. Por lo tanto, la sensacional búsqueda de tesoros y el épico viaje de Erik y Mía se ve un poco mancillado por algunos aspectos que se podrían haber perfeccionado un poco más.