A la vuelta de la esquina tenemos Suicide Squad: Kill the Justice League, lo nuevo de Rocksteady en el universo de DC. Sin embargo, la desarrolladora alcanzó un pico de excelencia fabuloso con las entregas de Batman: Arkham. Asylum, Origins y City fueron tres títulos más que recomendables y las aventuras del Caballero Oscuro vieron el final en 2016.
Fue con el lanzamiento de Batman: Arkham Knight, un título que tuvo un pobre recibimiento en PC, aunque fue un éxito en consolas y que luce de escándalo siete años después de su aparición. Disponible en Xbox Game Pass, aquí se nos presenta la obra más abierta del héroe, pudiendo utilizar todos los artilugios conseguidos gracias al dinero y el ingenio de Bruce Wayne.
Gotham City está completamente a nuestra disposición para recorrerla de arriba a abajo, con una gran profundidad de escenarios y mucho movimiento vertical. El Espantapájaros se presenta como el principal villano, junto a otros malhechores como Harley Quinn, el Pingüino, Dos Caras y Riddler, pero hay uno muy especial.
El Joker estará presente, pero esto es debido a que el payaso aparece en la mente de Batman continuamente y mantiene diálogos con el personaje, atormentándole. Habrá que aguantar sus pesados chistes mientras conducimos el Batmóvil por las calles, utilizamos el modo detective para actuar como forenses y realizamos todo tipo de misiones secundarias.
Hay muchos villanos ocultos que podemos descubrir en ramificaciones de la trama principal, otorgando mucho más contenido durante las 17 horas de partida que tienes aseguradas. Por supuesto, no se puede obviar el sistema de combate de Batman: Arkham Knight, uno de los más alabados de la anterior generación.
El Caballero Oscuro es capaz de ejecutar acrobacias imposibles, golpes que dejan noqueado a cualquiera y una combinación de movimientos ágil que será puntuada por el juego. Por otro lado, el sigilo también es fundamental inyectando el miedo en los oponentes usando os batarangs, la pistola ancla o el lanzacabos.