Los Dreadnought han protagonizado varias de mis conversaciones con amigos y conocidos durante nuestras partidas en Warhammer 40.000: Space Marine 2. He aprendido mucho acerca de ellos, pero nunca imaginé que me acabarían derivando a algo conocido como el Castigo del Penitente.
El lore sobre los Penitentes de Warhammer 40K es extensísimo (como todo en este universo), así que resumo: se trata de un antiguo hereje de cualquier tipo que es capturado por la Inquisición. La mayoría son quemados en piras, pero a algunos se les niega la muerte y deben sufrir la penitencia hasta que su alma se redima. También pueden ser sacerdotes o hermanas de batalla caídas en desgracia. Esto es un resumen muy resumido, así que perdonen mi herejía si dejo detalles en el tintero.
Aunque lo realmente perturbador no son los Penitentes en sí, sino el denominado Castigo del Penitente. Tuve que tomarme un respiro entre Operaciones de Space Marine 2 para contrastar la información que me estaba dando mi compañero. Y sí que llevaba razón. El Castigo del Penitente es la cosa más bestia, cruel y sanguinaria que he visto en cualquier universo de ficción.
Se trata de un bípode de combate, una plataforma remotamente similar a un Dreadnought, en la que el hereje es enclaustrado para sufrir y buscar la absolución mientras combate contra los enemigos del Imperio. Para acabar pilotando uno de estos hay que cometer un crimen que ni siquiera la cárcel, el exilio, la arcoflagelación e incluso la ejecución sean suficiente para castigarte.
Su descripción oficial en la wiki dice así:
Los Castigos del Penitente son imponentes vehículos bípedos que se lanzan a través de las líneas enemigas, dejando muerte y carnicería a su paso. Los lanzallamas instalados en sus brazos trazan una senda de ardiente destrucción mientras avanzan atronadoramente hacia sus enemigos, y sus gigantescas sierras afiladas como cuchillas atraviesan blindaje, carne y hueso con cada frenético golpe. Estas máquinas son reliquias sagradas en sí mismas y un potente aviso del innegable destino que todo hereje tiene reservado. [...]
Multitud de cables e inyectores químicos son implantados en los espinazos de los condenados, y cuando no están destrozando a sus enemigos, pinchazos de dolor e imágenes de culpa se clavan directamente en sus cerebros, recordándoles sus pecados. Empujados por la frenética necesidad de absolución de sus pilotos, los Castigos del Penitente cargan contra el enemigo más cercano sin preocuparse por el peligro, conscientes de que solo en la muerte (la suya o la del enemigo) pueden ganarse por fin el perdón.
El proceso de conocer el universo de Wahammer 40K está siendo lento, pero admito que no pasa un día sin que aprenda algo que me sorprenda... aunque no siempre la sorpresa es grata. Lo cierto es que informarme sobre los Penitentes ha sido una de las peores ideas que he tenido, pero también debo decir que me encantaría ver un Castigo del Penitente luchando contra las hordas interminables de Tiránidos. Todavía hay tiempo para que Saber Interactive los incluya en alguna Operación.
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