La retrocompatibilidad de las consolas de la próxima generación con las actuales ha sido uno de los aspectos que más temas de conversación ha generado. Microsoft se está tomando muy en serio todo este asunto para hacer que los títulos de todas las consolas de Xbox funcionen perfectamente en Xbox Series S y Xbox Series X, incluyendo mejoras significativas.
Esto llevó a los de Redmond a afirmar hace unas semanas que durante todo este tiempo han empleado más de 500.000 horas de trabajo en probar todo los juegos que serán retrocompatibles. Por concretar un poco más esta cifra tan llamativa, Jason Ronald, director de gestión de programas de Xbox, ha señalado que con cada título se han llevado a cabo pruebas de entre 16 y 24 horas.
Para que esto sea posible se le ha encargado esta tarea tan importante a unos 500 empleados de la compañía, quienes han estado trabajando en la retrocompatibilidad desde hace unos cuantos meses.
Hemos realizado pruebas durante todo el último año, lo que puede llevar de 16 a 24 horas de trabajo para un solo juego. Tuvimos a un buen ejército de testers, aproximadamente unos 500 de ellos, que han estado revisando todos los juegos según un orden de prioridad. Si encontraban problemas, nuestro equipo de retrocompatibilidad lo solucionaría sin que los desarrolladores tuviesen que hacer algo.
En un principio, todo esto servirá para que todos los juegos de Xbox One, excepto los de Kinect, se puedan jugar sin problemas en Xbox Series S y Xbox Series X junto con más de 600 títulos de las bibliotecas de Xbox 360 y la primera Xbox. Y lo mejor es que todo esto será posible en menos de una semana, ya que las nuevas consolas llegarán el próximo 10 de noviembre.
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