Debo reconocer que nunca he vivido una nueva generación en la que me sintiese realmente abandonado. Es cierto que las nuevas consolas copan todos los focos, pero si la consola anterior ha tenido éxito, puedes aguantar tranquilamente uno o dos años con lo que va llegando.
Recientemente el jefe de Xbox Game Studios aludía a esa máxima con la intención de llevarla un paso más allá. Asegura que los juegos de Xbox One podrán jugarse en Xbox Series X y los de la nueva Xbox también funcionarán en la anterior.
De Xbox One a Xbox Series X y viceversa
Ocurrirá, como mínimo, entre sus lanzamientos first party, así que si el día de lanzamiento de Halo: Infinite aún no tienes la nueva consola, no vas a quedarte atrás y podrás jugarlo en tu vieja Xbox One, en Xbox One S o, por descontado, en Xbox One X.
"Conforme vaya llegando contenido durante el próximo año, o los próximos dos años, todos nuestros juegos, tal y como ocurre en PC, podrán jugarse en un lado o en otro de nuestra familia de dispositivos.
Queremos asegurarnos que si alguien invierte en una Xbox entre ahora y el lanzamiento de Series X tengan la sensación de que han hecho una buena inversión y que vamos a comprometernos con ellos con contenido."
Las palabras de Matt Booty pueden parecer un tiro en el pie, al fin y al cabo para qué invertir en una nueva consola si voy a poder seguir jugando a todos los juegos grandes y pequeños que vaya a lanzar Microsoft, pero la estrategia es la más lógica que la compañía puede abrazar. Su negocio, después de todo, ya no es venderte consolas o juegos.
La nueva "nueva generación"
Es más bonito pensar que Matt Booty comenta eso porque tanto él como su equipo son hermanitas de la caridad y, aunque nadie descarta esa posibilidad, la idea de mantener a flote la estrategia comercial iniciada esta generación tiene más sentido.
Dejar atrás a los cerca de 50 millones de unidades vendidas de Xbox One también supone dejar atrás a 50 millones de clientes potenciales del servicio Xbox Game Pass. Si de esos 50 millones sólo 10 dan el sato a Xbox Series X, eso supone dejar de tener al resto como usuarios del servicio de descarga de juegos.
De la otra forma, aunque sea durante esos primeros años en los que la nueva Xbox empieza a coger algo de tracción, todos contentos y todos pagando religiosamente cada mes. No sólo eso, con la hipotética y esperable bajada de precio de las consolas de la actual generación, a los nuevos usuarios de Xbox Series X probablemente también se sumen los que lleguen por primera vez a una Xbox One.
La jugada es redonda, acercándose cada vez más al modelo de los móviles y el PC y abandonando las limitaciones que implica obligar al público a saltar de una máquina a otra. Ahora sólo queda por ver hasta qué punto Xbox Series X hace todo lo posible por llamar nuestra atención en invitarnos a dar el salto y, sobre todo, con qué juegos mantienen la estrategia. Esa, como siempre, es la llave que abre todas las puertas.
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