¿Son Goku tiene mala memoria? El protagonista de Dragon Ball es un completo desastre en determinados aspectos. Su último gran despiste: en el último capítulo escrito por Akira Toriyama incluso llegó a olvidar que tenía una nieta. ¿Incorregible? Desde luego. Pero eso no significa que únicamente piense en derrotar sus rivales y enemigos. Ni siquiera cuando está en juego el destino de todo el universo.
Pongámonos solo un poquito en situación: el último arco de la serie Dragon Ball Super gira en torno a un gran evento de artes marciales llamado el Torneo de Poder. En él, una selección de los mejores guerreros de 12 universos competirán en una única batalla campal con el objetivo de obtener un premio insólito: el equipo que gane podrá pedir cualquier deseo de las Súper Dragon Balls... Y todos los demás universos serán eliminados al instante.
Goku delegó a su hijo Gohan reunir al equipo de su universo y, en base a eso, la Toei Animation se sacó de la chistera varios capítulos de Dragon Ball Super previos al Torneo de Poder con momentos de emoción y risas. Y así fue hasta el capítulo 94, titulado ¡El Emperador del Mal revive! ¡El recibimiento de unos misteriosos asesinos! En él vemos que, momentos antes de partir, Goku se ha ido a entrenar solo al Palacio de Babá la Adivina. Más concretamente a un escenario que solo pisó una vez en su vida: cuando era niño y se reencontró con su abuelo Gohan.
El inesperado reencuentro con el abuelo Son Gohan
Goku nació en el Planeta Vegeta y, como Superman, fue mandado por sus padres a la Tierra y adoptado por un anciano que le enseñó valores, artes marciales y a ser amable con las chicas. Ayudó que se diese un coscorrón para aliviar la cólera innata de los saiyans, desde luego, pero gracias al viejo Gohan también perfeccionó un estilo muy característico de lucha, dedicando el resto de su vida a perfeccionarlo.
Desafortunadamente, antes de los eventos del manga y el anime de Dragon Ball el abuelo Gohan murió dejando a su nieto adoptivo Goku solo en el mundo hasta que, gracias al destino y las Dragon Balls, viajó en busca de aventuras rivales fuertes. Precisamente esos dos factores le acabaron llevando por primera vez al Palacio de Babá la Adivina.
Babá es la hermana mayor del maestro Roshi y puede averiguar el futuro, pero no lo hace gratis: o le pagas una cantidad desorbitada de dinero o la satisfaces con un espectáculo de artes marciales contra rivales monstruosos y los mejores luchadores del más allá. Así, con más o menos dificultad, Goku se enfrentó a un misterioso enmascarado con un estilo de lucha muy parecido al suyo, derivando en un combate que recordará toda su vida.
Tras un acalorado intercambio de golpes, patadas y cañonazos de energía, y lleno de orgullo, el misterioso enmascarado reveló su rostro al pequeño Son Goku dándole una de sus mayores sorpresas: era el abuelo Son Gohan.
Antes de ir al más allá, el anciano Gohan le pidió a Babá que viese el futuro por su alguna vez fuese su nieto a pelear. En caso de que sucediese, él mismo regresaría y se sumaría a sus extraños luchadores por tiempo limitado, y de manera excepcional, para ver lo fuerte que se había vuelto aquel niño que encontró y darle alguna que otra nueva lección que atesorará toda su vida.
El mejor Easter Egg de Dragon Ball Super
Pasaron los años y aquel niño con cola de mono creció, se hizo todavía más fuerte, se casó y le puso a su primer hijo el nombre de Son Gohan, su abuelo. Tal y como vió Babá, logró salvar el planeta Tierra en numerosas ocasiones y, ya siendo abuelo (aunque no lo aparenta) Goku acabará teniendo el destino de su universos en sus puños ante la mayor batalla de Dragon Ball Super: el Torneo de Poder.
Para entonces Goku había vuelto a ver a Babá la Adivina en numerosas ocasiones, pero no volvió a luchar para ella. De hecho, por regla general ha entrenado antes de cada batalla en lugares próximos al monte Paoz (donde vive), la habitación del Espíritu y el Tiempo en el palacio de Kami Sama o el planeta de Bills, el Dios de la destrucción. Sin embargo, ante la que sería la batalla más decisiva escogió subirse a aquel escenario una vez más. En concreto en el referido capítulo 94 de Dragon Ball Super.
Y es entonces cuando Toei Animation colocó un guiño muy sutil, pero enormemente emotivo: como puedes ver a continuación Goku no estaba estirando las piernas y lanzando puñetazos al aire de manera caprichosa, sino que revivió la última pelea con su abuelo Gohan golpe a golpe. Esquive a esquive. Salto a salto.
Algo que, por cierto, se aprecia mucho mejor si ponemos la secuencia de Dragon Ball Super y la del anime original juntas.
No es el único gesto que Goku, ya adulto, tuvo en referencia a su abuelo. En el episodio Son Goku vs. Son Gohan, de la Saga de los Super Héroes, el manga escrito por Toriyama y dibujado por Toyotaro, saluda con una reverencia a su hijo Gohan antes de iniciar un combate amistoso. Una lección aprendida de su abuelo con el mismo nombre y que, por cierto, le tuvo que recordar en aquella ocasión.
El abuelo Son Gohan no volvió a asomar en los acontecimientos del manga, aunque tuvo alguna aparición más en el anime, además de otras menciones especiales. Por descontado, la historia de Goku habría sido muy diferente si no lo hubiese adoptado y entrenado. Y pese a que dentro de la gran obra de Toriyama ha sido un personaje que ha asomado muy poquito, su huella y su calado siempre han sido enormes.
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