Probablemente, el periférico más importante con el que complementar una consola o equipo gaming de última generación sea el monitor. Porque de nada nos sirve contar con la videoconsola más potente del mercado o el hardware más reciente si luego la imagen que obtenemos pierde calidad a través de un monitor que no esté a la altura.
Por este motivo, tras la propia consola u ordenador gaming, la mayoría de nuestro presupuesto debería ir destinado a la compra de un buen monitor. Uno no demasiado corto en prestaciones que nos lastre mientras jugamos, pero tampoco excesivamente top para no desaprovechar parte de su potencial si nuestro equipo no da para tanto. Lo ideal en este sentido es encontrar el equilibrio perfecto entre el rendimiento de dicho equipo y el potencial del monitor.
Para conseguirlo, claro está, debemos conocer bien qué nos ofrece nuestra consola o PC gaming; hasta donde es capaz de llegar en términos de calidad gráfica y fotogramas por segundo. De modo que podamos hacernos con una pantalla en consecuencia y que no implique gastar poco o mucho.
A día de hoy, y a pesar de los avances que ha realizado la industria del videojuego, el estándar en relación a la resolución sigue estando bastante claro: la mayoría de los jugadores sigue apostando por el 1080p. Pero con la vista puesta en lo que nos ofrecen las consolas de última generación, así como el hardware más reciente de AMD y NVIDIA, la tendencia va cambiando y girando en dirección al 1440p e incluso al 2160p.
Si contamos con PlayStation 5, Xbox Series X o una RTX de gama alta de la familia 4000 de NVIDIA, no es mala idea optar por un monitor 4K con el que exprimirlas al máximo. Pero sin duda, el mal llamado 2K o 1440p resulta un excelente punto medio entre Full HD y Ultra HD. Y resulta excelente para equipos ligeramente más modestos, como pudieran ser los que tuvieran una RTX de la serie 3000 o para los poseedores de la Xbox Series S.
A caballo entre 1080p y 2160p, el 1440p ofrece una buena resolución sin necesitar un hardware tan potente como para funcionar a altas tasas de fotogramas por segundo; los 60 FPS se van quedando atrás con la llegada de sucesivas generaciones en favor de los 144 FPS. Y uno de los mejores modos de aprovecharlo pasa por monitores 1440p.
De modo que, ya sea porque queramos dar el salto desde el Full HD, acabemos de hacernos con una Xbox Series S (que emite de forma nativa, como máximo, a 1440p) o no contemos con una tarjeta gráfica de última generación pero igualmente necesitemos ir un pasito más allá respecto a la resolución a la que jugamos, vamos a repasar qué aspectos resultan fundamentales en monitores 1440p para, a continuación, recopilar algunos de los modelos más interesantes que podemos llevarnos a casa en estos momentos.
Índice de Contenidos (3)
Nuestra selección de monitores 1440p
- BenQ MOBIUZ EX2710Q, un modelo muy equilibrado en todos los aspectos
- Samsung Odyssey G5, una opción económica de lo más interesante
- HP OMEN 32q, un salto en tamaño para los que busquen pantallas grandes
- AOC Gaming Q27G2E/BK, el monitor más barato de la lista
- ASUS TUF Gaming VG27AQ, un modelo económico para jugar con NVIDIA G-Sync
- ASUS ROG XG27AQ-W, una pantalla fantástica con compatibilidad para HDR 400
- ASUS ROG Strix OLED XG27AQDMG, un monitor OLED con unas características espectaculares
Monitores gaming 1440p: aspectos a tener en cuenta
- Diagonal de pantalla. Sabiendo que sí o sí vamos a movernos dentro del terreno de los monitores con una resolución 2160 x 1440p, toca decantarnos por un tamaño u otro. Dentro de este tipo de monitores encontramos modelos de 24, 27 y más de 30 pulgadas, por regla general. Aunque existen muchos monitores con diagonales intermedias (24,5 pulgadas, por ejemplo). Y decidirnos por una u otra es algo que depende de muchos factores: ¿a qué distancia nos situamos? ¿Vamos a usar una única pantalla o alguna más? ¿Cuánto espacio tenemos disponible en el setup? De modo que este aspecto pasa inevitablemente por las preferencias de cada usuario. Lo que sí que habría que tener en cuenta es la cantidad de píxeles por pulgada, ya que tiene un impacto directo en la nitidez que notaremos. A mayor diagonal e igual resolución los píxeles serán cada vez más visibles, lo que puede resultarnos irrelevante si nos sentamos alejados de la pantalla pero muy notorio si nos situamos cerca de ella. Entonces, ¿cuál es la relación correcta entre diagonal y resolución? No la hay, sino que algunas personas son más sensibles a ello que otras. Aunque se suele recomendar que en monitores 1440p no superemos las 27 pulgadas para no perder esa nitidez que buscamos. Aunque, como decimos, esto varía entre usuarios.
- ¿Panel curvo o panel plano? De la mano del tamaño que tenga nuestra pantalla va el hecho de que sea curva o plana. Vaya por delante que con cualquiera de las dos modalidades podremos jugar con el monitor sin problema alguno. Y este aspecto también es tremendamente personal. Pero es cierto que a mayor diagonal de pantalla, más tendremos que girar la cabeza a izquierda y derecha para abarcar toda su superficie. Lo que se acrecienta en modelos ultrapanorámicos (como veremos a continuación). Y aquí es precisamente donde la curvatura juega un papel fundamental: en monitores alargados se agradece contar con cierta curvatura para evitar girar el cuello en exceso. Y con monitores curvos, de paso, ganamos en inmersión mientras jugamos, que nunca está de más.
- Tecnología del panel. Una característica de todos los monitores (no exclusivamente de los 1440p) es el tipo de tecnología que empleen para su panel. Actualmente existen cuatro: TN, VA, IPS y OLED. Y en el mercado encontramos modelos de todo tipo con todas ellas. Entonces, ¿cuál es mejor? Y la respuesta es siempre: depende. Cada uno de estos paneles tiene sus ventajas e inconvenientes, y que vayamos a por uno u otro dependerá en gran medida del uso mayoritario que vayamos a darle al monitor. En líneas generales, los TN son más económicos, con peores ángulos de visión, colores más apagados y tiempos de respuesta más reducidos (algo positivo). Los IPS estarían en el polo opuesto: cuentan con unos colores mucho más saturados, más vivos, con unos ángulos de visión geniales a cambio de costar más caros y acusar un mayor efecto ghosting por tiempos de respuesta grey to grey más elevados. Los VA, en cambio, se encuentran a medio camino entre los TN y los IPS: resultan un excelente equilibrio entre saturación de colores, ángulos de visión, contraste y precio. De modo que, a modo general, los TN suelen estar más recomendados para e-sports, donde el desempeño prima sobre la calidad visual. Los VA son unos buenos todoterreno y los IPS, por su parte, son la mejor opción si valoramos la representación de colores por encima del resto de aspectos. Por último, los OLED son los mejores en todos los sentidos, pero son bastante caros.
- Relación de aspecto. Hasta hace poco prácticamente todos los monitores del mercado tenían una relación de aspecto de 16:9. E incluso años atrás, el estándar eran los 4:3. Pero a día de hoy existe una gran variedad de monitores en relación a lo alargada que sea su pantalla, siendo los panorámicos e incluso ultrapanorámicos sus máximos exponentes. Para que nos entendamos, a mayor diferencia entre los números que establecen este particular ratio, más alargado será el panel. Y aunque esos ultrawide suelen estar muy recomendados para tareas de productividad y trabajar con ellos por el amplio espacio que ofrecen, no ocurre así cuando hablamos de jugar. Aquí, dependiendo del tipo de jugadores que seamos y de los juegos a los que juguemos habitualmente, deberíamos ir a por monitores de un tipo u otro. Por ejemplo, si sobre todo jugamos a competitivo, sería recomendable quedarse en los 16:9. Pero si somos más de disfrutar de títulos triple A de un jugador como Death Stranding, Red Dead Redemption 2 o Days Gone, por citar sólo algunos, con un monitor alargado ganaremos en inmersión y en experiencia de juego. Sin olvidarnos, claro está, si queremos usar más de un monitor, si tenemos espacio suficiente en la mesa o la distancia a la que nos situamos de la pantalla, entre otros aspectos.
- Tasa de refresco y tiempo de respuesta. Entramos de lleno en aspectos puramente gaming, como son el tiempo de respuesta y la frecuencia de actualización. La primera, medida en milisegundos, se refiere al tiempo que tardan en cambiar de color los píxeles cuando la pantalla representa imágenes en movimiento. El valor ha de ser lo más bajo posible, a poder ser de 5 milisegundos o menos si somos jugadores exigentes. De lo contrario, podríamos sufrir ghosting: una molesta estela en el borde de los elementos de los videojuegos. La tasa de refresco, por su parte, nos habla de la cantidad máxima de fotogramas por segundo que la pantalla es capaz de representar, independientemente de los que nuestro equipo o consola generen. Al contrario que con el tiempo de respuesta, mejor cuanto más alto sea el valor. Así, lo más habitual a día de hoy es ir a por un panel de 144 Hz por el gran equilibrio entre coste y rendimiento que ofrece; atrás quedaron los 60 Hz, que aunque son perfectamente válidos para jugar, pueden lastrar la potencia del hardware de última generación. Lo que no quita que podamos jugar perfectamente con 60, 75 o 120 Hz.
- AMD FreeSync vs. NVIDIA G-Sync. Otros detalle pensado especialmente para jugar es el de la tasa de refresco variable. Dicho de otro modo, estas tecnologías se encargan de sincronizar en tiempo real los fotogramas por segundo del juego con los hercios de la pantalla (dentro del rango máximo de la misma, claro), evitando así molestias visuales como el tearing (rotura de la imagen) y consiguiendo una mayor fluidez ante la variación del framerate. Actualmente, encontramos dos grandes rivales en este ámbito: FreeSync, de AMD y G-Sync, de NVIDIA. Como podremos imaginar, cada uno ellos es compatible con tarjetas gráficas de sus respectivos fabricantes. Aunque muchos monitores FreeSync pueden usarse perfectamente con gráficas NVIDIA, siempre y cuando sean compatibles. Prácticamente cualquier monitor gaming del mercado en la actualidad cuenta con una, otra e incluso ambas tecnologías, por lo que lo habitual es contemos con ella de cara a nuestra nueva adquisición.
- Diseño y RGB. Finalmente, algo que no resulta de vital importancia a la hora de escoger un monitor gaming, pero que también hay que tener en cuenta es su diseño y si cuenta o no con retroiluminación RGB. El monitor es un periférico grande, llamativo, que siempre está a la vista coronando nuestro setup. De modo que quienes buscan cierta coherencia decorativa entre sus equipos, componentes y periféricos deberán fijarse en cómo es el monitor que se quieren llevar a casa. Prácticamente todo lo "gaming" se caracteriza por unas líneas de diseño agresivas, o por lo menos que no pasan desapercibidas. Así que no está de más que el monitor nos entre por los ojos... nunca mejor dicho.
Monitores 1440p para jugar: modelos recomendados
Monitor BenQ Mobiuz EX2710Q
Empezamos con un monitor que no dejará indiferente a nadie. Se trata del Mobiuz EX2710Q, un monitor que cuenta con 27 pulgadas y una resolución 2560 x 1440 píxeles. En este caso opta por un panel IPS, y ofrece una frecuencia de actualización de 165 Hz y un tiempo de respuesta de 1 ms. Es compatible con FreeSync Premium e incorpora dos altavoces de 2W junto a un woofer de 5W. Su precio es de 259,00 euros al momento de escribir este artículo.
BenQ MOBIUZ EX2710Q Monitor Gaming (27 pulgadas, IPS, 2K, 165 Hz 1ms HDR 400, FreeSync Premium, 144 Hz compatible)
Samsung Odyssey G5
Con el sello 'Amazon's Choice', el cual suele ser garantía de éxito de ventas y a un precio de 197,52 euros al momento de escribir este artículo, tenemos esta alternativa de Samsung: el Odyssey G5. Se trata de un excelente monitor 1440p que viene cargado de extras, lo que lo hacen una gran opción de compra para jugar tanto en consolas como en PC. También con un ratio de 16:9 y un panel curvo, incorpora una frecuencia de actualización de 144 Hz y un tiempo de respuesta de 1 milisegundo. Además, cuenta con FreeSync Premium de AMD y su diagonal es de 27 pulgadas.
SAMSUNG LS32CG552EUXEN - Monitor Curvo Gaming 32'' WQHD, 2560x1440, 16:9, 2500:1, 1000R, 165 Hz, 1 ms, 300 CD/m², HDMI, AMD FreeSync, Negro
HP OMEN 32q
En el caso de buscar un monitor de mayor tamaño, tenemos este modelo OMEN de HP. Cuenta con un panel IPS con tecnología antirreflejos de 32 pulgadas, y es la opción perfecta para jugar en 1440p. Este modelo cuenta con una frecuencia de actualización de 165 Hz y un tiempo de respuesta de 1 ms. Además, es compatible con AMD FreeSync Premium, y su peana permite ajustar la altura y la inclinación. Su precio es de 279,00 euros en Amazon al momento de escribir este artículo.
HP OMEN 32q - Monitor Gaming de 32" QHD (2560 x 1440 a 165 Hz, IPS, 16:9, 1ms, HDMI, Antirreflejo, DisplayPort, AMD FreeSync Premium, Compatible con Consolas) Negro
AOC Gaming Q27G2E/BK
Si lo que buscamos es otro modelo económico, este AOC Gaming cuenta con un precio de tan solo 174,98 euros al momento de escribir este artículo. Monta un panel de 27 pulgadas, pero además cuenta con 155 hercios, un tiempo de respuesta de 1 milisegundo y en este caso se decanta por la tecnología VA. A todo esto hay que sumarle AMD FreeSync, adaptative sync y el menú dedicado de AOC para configurar diferentes cosas.
AOC Gaming Q27G2E/BK - Monitor QHD de 27", 155 Hz, 1 ms MPRT, Plano, FreeSync Premium (VA, 2560x1440, HDMI, DisplayPort) negro/rojo
ASUS TUF Gaming VG27AQ
Nos acercamos al final con esta alternativa de Asus, concretamente de su familia gaming TUF. También cuenta con la etiqueta 'Amazon's Choice', además de con unas excelentes valoraciones por parte de la comunidad gamer. Cuesta 249,00 euros al momento de escribir este artículo y es bastante completo. Incorpora una frecuencia de actualización de 165 hercios, HDR, un tiempo de respuesta de 1 milisegundo y, ojo, NVIDIA G-Sync. Todo ello con un panel de 27 pulgadas, plano y con un diseño alejado de los productos para jugar.
ASUS TUF Gaming VG27AQ - Monitor de 27 pulgadas, WQHD (2560x1440), 165 Hz, Extreme Low Motion Blur Sync, G-SYNC, Adaptive-sync, 1 ms (MPRT), HDR10
ASUS ROG XG27AQ-W
Por último, y aun precio de 538,99 euros al momento de escribir este artículo, tenemos a este otro Asus aunque de la familia ROG. Ideal para jugadores que busquen un buen rendimiento con un tamaño de 27 pulgadas. Monta un panel Fast IPS, que nos permite alcanzar una frecuencia de actualización de 170 hercios y un tiempo de respuesta de 1 milisegundo. Es compatible con NVIDIA G-Sync y con HDR 400, por lo que será una pantalla extraordinaria para jugar a cualquier título actual.
Asus XG27AQ-W ROG Strix Monitor de Gaming, Fast IPS, 27 Pulgadas, WQHD 2560 × 1440, hasta 170 Hz, 1 ms GTG, ELMB Sync, G-Sync Compatible, Display HDR 400
ASUS ROG Strix OLED XG27AQDMG
Por último, tenemos el que probablemente sea uno de los mejores monitores gaming QHD del mercado. En este caso, volvemos a repetir de la mano de ASUS, pero que ofrece algo totalmente diferente. Con un tamaño de 26,5 pulgadas, nos encontramos con un panel OLED que nos dejará unos colores espectaculares. Además, ofrece una tasa de refresco de 240 Hz, así como un tiempo de respuesta de tan solo 0,03 ms. Es compatible con NVIDIA G-Sync, AMD FreeSync Premium y con HDR 10. Tiene un precio de 699,00 euros al momento de escribir este artículo.
ASUS ROG Strix OLED XG27AQDMG - Monitor Gaming WOLED 27 Pulgadas 1440P, 240 Hz, 0,03 ms, disipador Personalizado, OLED Antiparpadeo, OLED Care, Brillo Uniforme, G-Sync, DisplayWidget Center
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