La historia de Night City comienza con el sueño de un hombre: el visionario industrial Richard Night. A finales del siglo XX, Night tuvo una visión de la ciudad del futuro, una ciudad que no estuviera corrompida por las ideas antiguas y libre de rígidas regulaciones.
En el año 2077, Night City celebrará el ochenta y tres aniversario de su fundación, y eso convierte el mundo abierto de Cyberpunk 2077 en una megalópolis relativamente joven. Al menos, si la comparamos con Los Ángeles, San Francisco o prácticamente cualquier ciudad de los Nuevos Estados Unidos.
Sin embargo, en ese lapso de tiempo su gente ha conocido el colapso, sufrido los efectos colaterales de varias guerras e incluso ha presenciado la explosión de una bomba nuclear en pleno centro urbano.
Pese a todo, Night City se ha reconstruido a sí misma hasta convertirse en lo que es hoy. No solo en lo relativo a esas ruinas que hoy sirven de cimiento para los grandes rascacielos corporativos, clubes controlados por las mafias y esos discretos rincones en los que puedes obtener implantes de vanguardia a precios misteriosamente razonables. Nos referimos al propio espíritu de la ciudad.
A cómo las calles de la ciudad que vive al límite son una fuente inagotable de emociones, peligros, riqueza y matices de tonos grises tirando a oscuros. Pero, también, a ese lugar de grandes y lucrativas oportunidades que no conviene desaprovechar.
Se ha llegado a rumorear que el mismísimo Johnny Silverhand estuvo implicado en el atentado nuclear de las Torres Arasaka junto a otros miembros del Grupo Atlantis, incluyendo a Morgan Blackhand. Y conociéndolos, no es descartable. Lo único seguro es que ya han pasado varias décadas desde la bomba y seguimos sin saber qué ha sido de estas leyendas de la edad dorada de Night City.
Pero, como decimos, su espíritu sigue muy presente en las calles.
Basado en el juego de rol creado por Mike Pondsmith, Cyberpunk 2077 nos presenta una distopía que transcurre en una realidad paralela a la nuestra. Es más, el juego de papel y dados original -publicado en 1988- no era demasiado optimista con respecto a lo que sería 2013, aunque el verdadero revulsivo llegará con la reedición del manual de 1990 y su particular visión del año 2020.
Porque si nuestro 2020 es una locura, lo que se vivió en las calles de Night City fue sencillamente demencial.
En este aspecto, el juego de CD Projekt RED es, a su vez, la versión definitiva de la distopía de Pondsmith. En cierto modo, la partida definitiva de rol. Un viaje a la misma megalópolis que fascinó a generaciones enteras de jugadores de papel y dados con un matiz especial: Johnny Silverhand lleva más de 50 años desaparecido y el mundo actual es un lugar muy diferente.
Lo cual nos deja muchas incógnitas especialmente interesantes para fans del juego y aquellos que todavía no han pisado Night City. ¿Cuál fue la piedra de toque de esta realidad alternativa? ¿Qué son las guerras corporativas? ¿Qué ha pasado en Night City y el resto del mundo durante estas últimas décadas?
En VidaExtra resolveremos todas esas incógnitas (y varias más) a través de una nueva entrega de Rumbo a Cyberpunk 2077.
Del sueño de Richard Night al Colapso de los viejos Estados Unidos
A finales del siglo XX las afiliaciones entre los políticos y las megacorporaciones eran cada vez más frecuentes. En lugar de estar regulados por la ley y los principios de los conflictos de interés, los negocios corporativos respaldados por la propia política se consideraron como algo sencillamente beneficioso para el bien común, el progreso, la economía y la ciencia.
A consecuencia de estas afiliaciones, y de manera gradual, las corporaciones fueron adquiriendo cada vez más poder e incluso llegaron a tener más autoridad de los propios gobiernos. La siguiente consecuencia directa fueron las guerras corporativas: entre 1990 y 2016 tres grandes guerras que azotaron el mundo. Y lo peor es que se estaban alineando las piezas para la cuarta y más terrible de todas.
Entre las tres primeras guerras, un proyecto inusual: Richard Night, un rico empresario que acababa de separarse de sus socios, adquirió por un precio razonable un pequeño asentamiento olvidado ubicado entre las fronteras de California del Norte y California del Sur. Tras una intervención del ejército, aquel terreno quedó despoblado y devastado. Como una página en blanco.
Aquello era todo lo que necesitaba Night para dar forma a su sueño: en 1994 comenzará la construcción de la ciudad de Coronado City.
Night no podía permitirse costear la fundación de una ciudad. Al menos, no la que tenía en mente: Coronado City sería una ciudad segura, próspera y libre de criminalidad. Así que invitó a su proyecto a grandes corporativos motivados por los mismos ideales o tentados por unas concesiones irresistibles, incluyendo lucrativas ventajas fiscales.
Mientras tanto, el propio mundo ya había comenzado a desmoronarse.
Las cada vez más poderosas megacorporaciones acabaron teniendo una suerte de acceso ilimitado a los recursos naturales del propio planeta, con lo que se provocó un severo cambio climático. La deforestación extrema fue sucedida rápidamente por una lluvia ácida y tormentas de polvo. El colapso climático fue inevitable y vino acompañado por catástrofes políticas en todos los rincones del mundo.
Tras una guerra termonuclear, Oriente Medio pasó a convertirse en un erial radiactivo. Y las consecuencias fueron más allá: la crisis petrolífera derivada desencadenó la caída de las economías de la mayoría de los países de la Tierra. Mientras tanto, grandes corporaciones sacaban tajada de la situación controlando los recursos y amasando la riqueza existente.
En el proceso, incontables pueblos y ciudades quedaron desiertos.
Mientras tanto, y como resultado de una soberbia planificación, y una visión muy clara del proyecto por parte de Richard Night, Coronado City comenzó a prosperar, generando una base económica estable para sus primeros ciudadanos dentro de la crudeza de la época posterior al colapso. Y así fue hasta el día en el que Night fue asesinado.
Richard Night y su sueño de una ciudad próspera y segura fueron eliminados antes del cambio de milenio. Algunos atribuyen el asesinato a constructoras, corporaciones y sindicatos que Night había excluido de su proyecto. Sea como fuere, sin la gestión de Richard Night, la ciudad de Coronado City no tardó en quedar a merced del crimen organizado y el ciberterrorismo.
Paradójicamente, aquel paraíso del crimen fue rebautizado por los propios ciudadanos como Night City en honor al propio Richard Night.
La Cuarta Guerra Corpo y la explosión nuclear de 2023
El colapso fue el inicio de una etapa todavía más oscura para la propia humanidad. A finales de 2021 dos grandes corporaciones se disputaron el control de una tercera, lo cual derivó en la contratación de los servicios de las agencias de seguridad rivales Militech y Arasaka para eliminar personal clave, robar información comprometedora y sabotear las operaciones contrarias. Aquel conflicto se les fue a ambas corporaciones de las manos y, tras una mediación externa se negoció una tregua.
Lo cual no impidió que tanto Militech como Arasaka continuasen expandiendo el conflicto hacia una nueva fase, ya sin sutilezas, conocida como la Cuarta Guerra Corpo mundial.
El alistamiento constante de mercenarios y edgerunners por parte de ambas facciones elevó el grado de brutalidad de la guerra, la cual pasó de operaciones encubiertas en una primera fase conocida como la Guerra de las Sombras a una guerra declarada que trasciende tanto a escala mundial como en la propia Red.
Entre los efectos colaterales de la Cuarta Guerra Corpo nos encontramos con el colapso de los mercados y las rutas comerciales, provocando una enorme escasez de recursos a nivel global, e incluso la eliminación completa de ciudades como Río de Janeiro. Algunos programas maliciosos en la Red liberados durante este período continúan operativos a día de hoy.
El final de la guerra llegará en el año 2023. Por un lado, varios gobiernos mundiales comenzaron a retirar su apoyo a Militech y Arasaka e incluso nacionalizaron sus empresas y se apropiaron de sus sedes cuarteles generales. Aquello fue un golpe durísimo para ambas.
Con todo, el verdadero final de la Cuarta Guerra Corpo mundial sucederá en Night City: un grupo de mercenarios sin identificar detonó una bomba nuclear en las Torres Arasaka, en pleno centro de la ciudad. Aquella masacre provocó la rendición de Arasaka, promovida en buena parte por el propio Gobierno japonés, y pese a que técnicamente Militech salió victoriosa, los dos bandos estaban igual de debilitados.
No obstante, la rendición de Arasaka no supuso la llegada de la paz: durante la siguiente década continuaron los disturbios y las rebeliones a escala mundial, mientras que los gobiernos intentaban desesperadamente revitalizar la economía. Especialmente, en unos Estados Unidos fragmentados.
La reconstrucción de Night City y el mundo moderno
Tras el colapso medioambiental, los conocidos como los Viejos Estados Unidos recibieron un golpe de estado que acabó con su sistema federal. Muchos de los estados se independizaron y nació una nueva clase social: los nómadas, una población itinerante en constante búsqueda de trabajo, evitando exponerse a los intereses políticos y corporativos.
Fueron precisamente los nómadas y las corporaciones menores las que, con mucho esfuerzo, reconstruyeron Night City junto a sus propios ciudadanos a lo largo de un extenso periodo en el que se volvieron a restablecer las rutas comerciales. Y pese a los esfuerzos por parte del propio gobierno por culpar a Arasaka de los destrozos de la ciudad, muchos ciudadanos preferían el regreso del titán japonés frente a un control federal.
En parte, porque gracias a enormes inversiones por parte de corporaciones asiáticas fue posible reconstruir el Centro de la ciudad y buena parte de Night City: tras un lapso de varios años en los que el corazón de la ciudad fue una zona de conflictos y refugiados, las grandes corporaciones regresaron, reubicando a los ciudadanos y levantando megaedificios con sobre los cimientos de la antigua ciudad.
Durante ese periodo, el ayuntamiento y varias de las zonas clave de la ciudad fueron reubicadas. Por su parte, un conglomerado de grandes inversores dedicaron cantidades millonarias para reconvertir los suburbios del sur de la ciudad (Pacífica) es un ambicioso resort turístico. En el proceso, se creó empleo y reclamos que se tradujeron en miles de trabajadores y nuevos ciudadanos.
Por su parte, Arasaka no tardó en recuperar su estatus original. Si bien la Cuarta Guerra Corpo concienció a buena parte del mundo y sus gobiernos sobre la posición de las megacorporaciones, el coloso nipón supo mantenerse a flote sin apoyos internacionales.
Así, tras una serie de reestructuras y distensiones internas Arasaka volvió a liderar la seguridad corporativa y, de paso, la fabricación y distribución de armas.
El siguiente gran conflicto llegará en el año 2069: el Gobierno federal de los Nuevos Estados Unidos declarará la guerra a todos los estados independientes respaldados por Militech.
Aquel proceso se conoció como la Guerra de la Unificación y, por cuestiones sociales y geográficas, Night City evitó verse implicada. Lo cual no quita que hubiese consecuencias: los inversores de Pacífica se retiraron. Algunos atemorizados por el inminente conflicto y otros por encontrar mucho más rentable la guerra que el sector de la construcción y el turismo.
La Guerra de la Unificación concluyó con la entrada de una reforzada Arasaka en el conflicto, provocando una mediación en la que los llamados Estados Libres mantenían su autonomía a cambio de participar en el nuevo Gobierno federal. Aquella fue la única solución posible, ya que los Nuevos Estados Unidos y Militech estaban realmente debilitados y no podían exponerse a un conflicto mayor.
En la actualidad, Night City dispone de una posición única con respecto a sus vecinos: la ciudad que creó Richard Night se considera libre y de carácter internacional, manteniéndose al margen de las leyes de los Nuevos Estados Unidos y del Estado Libre de California del Norte. Aquello, por otro lado, fue todo un reclamo para las megacorporaciones, las cuales fueron recibidas con los brazos abiertos por parte de un significativo sector de la ciudadanía.
Pese a que el proyecto de Pacífica jamás se terminó, la banda de los Hijos del Vudú se apropiaron del distrito e impidieron la entrada del gobierno de Night City y las corporaciones. Por su parte, los nómadas siguen siendo uno de los pilares esenciales de la propia ciudad.
Casi cincuenta años después de la explosión que arrasó con Night City, la propia ciudad volvió a recibir a Arasaka, quienes construyeron su nuevo cuartel general en el mismo emplazamiento de las antiguas Torres Arasaka. Integrándose en el corazón de la propia ciudad.
La Night City del año 2077 es una megalópolis colmada de contrastes. Sus seis distritos ponen a disposición del forastero toda clase de emociones, peligros, vicios y excusas para perderse y quedarse maravillado. Las bandas y las corporaciones continúan obsesionadas con el poder y la modificación corporal ya es algo normalizado en todos los estratos sociales.
Una sociedad que, con el paso de los años, ha logrado un delicado equilibrio entre los asuntos de las megacorporaciones, los intereses del gobierno, los negocios de las mafias organizadas y las turbias actividades que los carroñeros desarrollan a lo largo y ancho de la ciudad.
Y es, en ese punto, donde Johnny Silverhand nos hace una propuesta como jugadores y protagonistas de Cyberpunk 2077: levantarnos y salir a arrasar la ciudad.
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