Puedes aprender unas cuantas lecciones valiosas de Red Dead Redemption 2 mientras exploras su mundo. Una de las más importantes es algo que toda madre nos ha repetido durante años: cuidado con tratar con desconocidos. Rockstar Games nos puso a prueba durante el evento de la Granja de Cerdos Aberdeen y admitamos que la mayoría no superamos la prueba.
Por si no lo recuerdas, aceptar la invitación de los Aberdeen acaba con nuestro personaje despertando en una fosa común sin tener ni idea de cómo ha llegado hasta ese lugar. Que luego muchos volvimos para tirotear a la pareja y recuperar nuestro dinero, pero el engaño ya está en nuestro historial. Debí aprender la lección, pero no fue así.
Hoy no me puedo levantar en Cyberpunk 2077
El mundo de Red Dead Redemption 2 puede ser peligroso y salvaje, pero es una chiqullada comparado con lo tramposo y cruel que puede llegar a ser Night City de Cyberpunk 2077. Completar todas las misiones principales y secundarias me llevó a sufrir decenas de tropelías y penurias. Recuerdo varias lecciones muy duras, pero pocas me hicieron sentir tan humillado como esta.
Hoy no me puedo levantar es una misión secundaria de Cyberpunk 2077. Es absurdamente corta, tanto que me duró 10 minutos. Y sí, claramente es una referencia a la canción de Mecano, aunque en términos de historia no tienen nada que ver. O eso creo. Quizás me perdí alguna conexión importante.
La cuestión es que aparece como un evento aleatorio. Estaba caminando tranquilamente y un señor llamado Stefan llamó mi atención. Era un vendedor callejero de Nurodanzas, que son experiencias sensoriales basadas en los recuerdos de otras personas. Y sí, esto incluye contenido erótico y violento, como vimos en Edgerunners. Me pudo la curiosidad.
Stefan me prometió que tenía la neuro "más modificada, tuneada y friki" que vería jamás. Eso es mucho decir en una ciudad como Night City. Las alarmas de mi instinto saltaron después de que dijese que "Esta mierda es demasiado legal para ser legal", pero ya sabes cómo es la curiosidad... basta con un pequeño empujón. Pagué 16.000 eurodólares por la neuro y 4.000 más por su reproductor. Me dispuse a disfrutar del espectáculo tras sentarme en su sillón.
"Típico. Acabo atrapado en el cerebro del merc más imbécil de Night City", me dice Johnny Silverhand tras despertar desnudo en una habitación. "Mira a tu alrededor y conecta los puntos", responde a mi pregunta sobre qué ha ocurrido. Me sentí humillado. No porque Stefan lograse colármela, sino porque lo hizo aun teniendo la experiencia de Red Dead Redemption 2. Suelo ser muy intuitivo, pero admito que esta no la vi venir. Esperaba algún tipo de easter egg con un juego retro.
- Apunte de vital importancia para la trama: siempre que juego Cyberpunk 2077 o cualquier otro juego de rol, trato de ser yo mismo y evito hacer barbaridades como robar, herir o matar de forma gratuita. Me gusta ser diplomático y resolver los problemas de forma rápida y elegante.
No tenía ropa y todo mi dinero había desaparecido, concretamente había perdido -40.725 eurodólares. El sentimiento de humillación se transformó en un verdadero enfado tras comprobar que la banda de ladrones todavía seguía en el edificio. Abrí los diques morales y me puse en plan John Wick.
Al primero, que estaba graffiteando una pared, le partí el cuello. Utilicé los hacheos rápidos de Cortocircuitar y Reiniciar Sistemas con los dos pandilleros que estaban charlando en el balcón del piso. Este último hackeo no es letal, aunque el malnacido murió después de que usase Contagio contra el siguiente maleante. Este murió y le pasó el virus al aterior, que pasó a ser un cadáver en un par de segundos.
En la siguiente sala había cinco pandilleros más. Prescindí un poco del sigilo total para causarles algo de pánico. Primero utilicé Cortocircuitar para eliminar al primero y que el resto viesen a su colega caer muerto por una descarga de 2 millones de voltios. Se asustaron.
Los siguientes cayeron con Contagio y otro Cortocircuitar. Lo suficiente rápido para que no me descubriesen, pero lo bastante lento para verlos dar vueltas por la habitación. El penúltimo intentó marcharse, pero corrió el mismo destino que el antepenúltimo. Al último decidí depredarlo durante unos segundos y finalmente le partí el cuello.
Continué por el piso. Johnny siguió dándome la chapa mientras le rompía el cuello y cortocircuitaba al resto de pandilleros. Fueron cinco o seis más. Lo importante es que no dejé ni uno con vida. Estaba fuera del edificio y solo quedaba atar un cabo. Abandoné toda sutileza y corrí por las calles de Night City desnudo, como un cohete termonuclear directo a su objetivo.
Me crucé con un grupo de maleantes de camino al encuentro con Stefan. Querían pelea, así que utilicé el hackeo rápido Contagio y acabé de rematarlos con el Monocable. Eran cinco y cayeron en cuestión de pocos segundos. Estaba realmente cabreado por todo lo ocurrido y solo quería llegar hasta donde empezó todo.
Stefan estaba en la misma esquina, intentando camelarse a otro memo. Puso unas cuantas excusas, pero bastaron un par de amenazas para recuperar mi dinero y un poco más, ya que robé todo el dinero a los pandilleros y dejé seco a Stefan. Mi plan era matarlo, pero Cyberpunk 2077 solo me dio dos opciones: "Te dejaré ir, por esta vez" o "Vete de Night City y no vuelvas". Elegí la segunda.
"Si vuelvo a verte la cara, te destriparé y te colgaré con tus propios ínstentenos", dijo V antes de acabar la discusión con Stefan. Y quizás pienses que ahí acaba la aventura, pero no. Lo seguí hasta un callejón y lo ejecuté de un tiro en la cabeza con mi revólver. Guardé mi arma y volví a ser el negociador que siempre. Eso sí, nadie ha vuelto a colármela en Night City.
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