Antes o después, acabas aprendiendo que la expresión "nunca digas nunca" siempre nos pilla a todos. Creo que siempre ha sido muy oportuna, pero no tanto como en los tiempos que nos ha tocado vivir. Tenemos a nuestro alcance una cantidad insana de películas, series y videojuegos, así que las probabilidades de perderte algo genial son muy altas.
Hay mucho donde elegir, eso quiere decir que inevitablemente debemos renunciar a otras cosas. El día tiene 24 horas y no podemos sacar más por mucho que nos esforcemos. Ahora bien, ¿cuántas veces habéis quitado la vista del horizonte para echar un vistazo hacia atrás? Lo pasado también tiene capacidad de sorprenderos.
Seguro que la mayoría os habéis sorprendido con algún videojuego antiguo, alguno que quizás dejasteis pasar porque no era posible o estabais a otra cosa. Me ocurrió recientemente con Splinter Cell: Blacklist y me ha vuelto a ocurrir con otro juego que creía olvidado: New World.
Descubriendo un viejo mundo casi sin querer
Amazon Game Studios presentó Aeternum como una promesa de redención de New World, un cambio de capítulo para los usuarios de PC y una nueva aventura para consolas, PS5 y Xbox Series X/S. Este juego estaba en mi lista de deseos, pero tuvo un lanzamiento muy complicado y sus servidores acabaron vaciándose en pocos meses. Actualmente rara vez supera los 5.000 jugadores en Steam.
Yo debería estar jugando a Diablo IV, como os conté anteriormente, pero New World se coló en mi biblioteca de Steam a mediados de semana y desde entonces no he conocido otra cosa. Ni siquiera me pasé por Destiny 2 para hacer las misiones semanales ni por Helldivers 2 para ganar las medallas de las Órdenes Supremas.
No solo había descartado por completo la idea de jugar a New World, también lo había borrado por completo de mi mente. Lo recordé durante el anuncio de Aeternum y desde entonces tuve al gusanillo picando para probarlo. ¡Y tenía la lógica de su parte! Si quiero analizar la nueva versión, mínimo debo conocer la versión actual del videojuego para hablar de primera mano de todos los cambios.
Encontré un personaje perteneciente a una prueba gratuita que jugué durante poco más de una hora. También lo había olvidado por completo, como el resto del videojuego. Tras crear el personaje, inicié una nueva aventura. Lo primero que hice fue probar todas las armas que caían en mis manos para tener claro desde primera hora en qué atributos iba a invertir los puntos de habilidad.
En New World no hay selección de clases (sí en Aeternum), pero existen roles de tanque, dps y sanador. El personaje se construye alrededor de las armas. No hay invocaciones, torretas ni nada similar, que suele ser mi estilo de juego. Decidí rolear a un cazador con lanza y arco, un llanero solitario que se niega a unirse a ninguna alianza. A Nivel 15 volví a probar la combinación es espada y escudo, pero no acabó de convencerme.
Tenía claro que estaba enganchado a New World de forma irremediable antes de llegar a Nivel 20, así que tomé la decisión de no escuchar diálogos ni leer historia y reservar eso para mi partida definitiva en Aeternum. La parte positiva es que dedico toda mi atención a combatir y explorar el mapa. Y aunque no me entero de por qué tengo que arrasar con campamentos enteros, me lo estoy pasando muy bien.
Lo que comenzó con una primera sesión de 4-5 horitas se ha transformado en una partida de 40 horas... y aumentando en cuanto acabe de trabajar. Os recuerdo que empecé a jugar a mediados de la semana pasada. Mi personaje está a Nivel 43. Ayer, antes de cerrar sesión, eché un ojo al mapa y me percaté de que no he visto ni la mitad. No es una exageración: he explorado literalmente tres-cuatro zonas. Me gustó mucho esa sensación. Todavía queda mucho por descubrir.
Un aspecto de New World que me tiene completamente enamorado es su sistema de progresión, similar a Skyrim o el cooperativo del próximo Warhammer 40.000: Space Marine 2: subes de nivel lo que utilizas. Si quieres desarrollar el arco o mejorar en cocina, debes utilizar el arco y cocinar platos. A más niveles, más habilidades y mejores platos que cocinar respectivamente.
Que haya tan pocas personas activas suele ser un problema a la hora de hacer matchmaking para jugar las expediciones (mazmorras) o cualquier evento de élite. Ojalá Aeternum y el crossplay con consolas solvente este problema actual. Sin embargo, solo puedo hablar maravillas de todos los jugadores con los que he interactuado.
He utilizado el chat en numerosas ocasiones para preguntar dudas, pedir ayuda o simplemente compartir que me lo estoy pasando bien durante mi primera partida. Siempre me han respondido y el 100% de las respuestas han sido una gozada, desde un jugador que se paró durante 10 mins para explicarme cómo funciona el sistema de facciones hasta otro que sacó a su amigo de lo que estaba haciendo para ayudarme a matar a un bicho élite. Y todos contentos de ver novatos.
Los jugadores de New World quieren que lleguen nuevos jugadores y lo sé porque he leído a una decena de ellos hablarlo en el chat general. Tienen esperanzas de que Aeternum sirva como un nuevo comienzo y traiga a nuevos jugadores para que las tierras vuelvan a estar llenas de actividad. Aun así, he visto muchos niveles bajos y rara es la localización en la que no encuentro a otro jugador.
Sé que New World tiene carencias y aspectos que mejorar. Vi todo eso durante sus primeros meses y lo estoy viviendo ahora en la versión actual. Sin embargo, no creo que sea tan terrible para no pasar de los 5.000 jugadores. Creo que merece más y espero que Aeternum atraiga tanto a veteranos como a nuevos jugadores.
Hacía tiempo que buscaba un nuevo juego permanente, ese al que siempre acudes cuando acabas de jugar al resto de novedades. Pensaba que lo había encontrado en Diablo IV, pero basta que Amazon Game Studios haga las cosas bien para que New World: Aeternum se gane un sitio permanente tanto en mi PS5 como en PC. Crucemos los dedos.
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