La figura de David Cage es ampliamente conocida en el mundo de los videojuegos por su pasión hacia la innovación, lo cual da resultado a obras tan especiales como Fahrenheit o Heavy Rain. El desarrollador francés apenas tiene un puñado de títulos en su haber y el más desconocido de ellos es con el que inició su andadura por el medio en PC y la Dreamcast de SEGA.
Omikron: The Nomad Soul es el nombre que recibió un proyecto que nació con un documento de 200 páginas repleto de ideas inimaginables para finales de los 90. "Estaba soñando con un juego en una ciudad de mundo abierto donde pudiera ir donde quisiera, conocer a cualquiera, usar vehículos, pelear y transferir mi alma a otro cuerpo. Cuando mis amigos lo leyeron, dijeron: 'David, esto es imposible. No es técnicamente factible; ni lo pienses'", relató Cage. Un "GTA de ciencia ficción", tal y como él mismo subrayó y estuvo muy cerca de conseguirlo.
En un contexto futurista, se nos sitúa en la ciudadela de Omikron, la cual está situada en el mundo de Phaenon, y cubierta por una cúpula de cristal que protege a sus innumerables habitantes de la edad de hielo provocada por la extinción del sol. Podemos explorar diferentes zonas como Anekbah, Qalisar, Jaunpur, Jahangir y Lahoreh con un grado de libertad absoluto y también con un realismo inusual, incluso para los estándares actuales.
The Nomad Soul lo tenía todo, pues combinaba sin ningún rubor la aventura en tercera persona con combates en perspectiva lateral y se transformaba en un FPS durante los tiroteos armados. Cada movimiento físico agota la energía y la muerte no era el final, ya que nos podíamos reencarnar en un NPC de una lista de más de cuarenta disponibles. Hechizos, combos, vehículos que flotan y toda una suerte de características únicas conformaban una obra que entretejía una trama de misterio.
"Había muchas ideas nuevas, probablemente demasiadas. Quería mezclar diferentes géneros, pero no diría que lo logramos al cien por ciento", admitía Cage en su momento. De hecho, él mismo reconoció que le era imposible jugar en las secciones en primera persona porque le provocaba mareos, pero la editora insistió en esa idea porque Half-Life era el éxito del momento.
Semejante hazaña virtual se inició con pocas esperanzas, ya que Cage partió de su puesto de trabajo como músico especializado en publicidad, y contrató a seis amigos para trabajar en un estudio insonorizado de apenas 15 metros cuadrados. Se proyectó la creación de una demo en un plazo máximo de seis meses y, de no lograrse el objetivo, Cage perdería todos los ahorros que había amasado trabajando. Cuando apenas restaban dos semanas para la fecha límite, Eidos dio el visto bueno a lo mostrado y otorgó los fondos necesarios para la edición de la obra de Quantic Dream.
Así se hacía realidad el sueño de Cage, el cual era imperfecto, pero eso era lo de menos. En el estudio lo celebraron por todo lo alto el acuerdo comercial, aunque todavía faltaba por dar el golpe encima de la mesa. Aunque The Nomad Soul tiene suficientes argumentos para ser recordado sencillamente por su inusual mundo, la jugada maestra llegó con la incorporación de David Bowie como responsable del apartado musical.
Antes de contratarle, se había considerado encargarle la composición a la cantante islandesa de pop artístico Björk, a Massive Attack y a Archive. Ninguna de aquellas posibilidades llegó a buen puerto, por lo que Bowie fue el elegido, aunque con una particularidad. Se creó The Dreamers, un grupo musical ficticio que existía en el mundo de The Nomad Soul, el cual realiza conciertos en la más absoluta clandestinidad en los bares de Omikron. Ocho canciones vocales y otras ocho instrumentales forman parte de la lista de reproducción creada en conjunto por Bowie y Reeves Gabrels, mano derecha del primero y miembro de The Cure.
El álbum de estudio, Hours, vio la luz en 1999 en BowieNet, una página creada exclusivamente para su venta online, lo que lo convirtió en el primero de la historia en estar disponible a través de Internet. La integración de Bowie se pretendía que fuese incluso mayor, por lo que el diseñador Phillip Campbell intentó que se añadiesen animaciones para los personajes basadas en los "movimientos característicos" de David Bowie.
El problema surgió cuando Bowie declaró que no contaba con ningún baile o movimiento propio, por lo que delegó en Edouard Locke, su coreógrafo, que se pusiese el característico traje de captura de movimiento y que sus pasos fuesen incluidos para el líder de Dreamers, que era representado por Bowie. Con todo, el destino comercial de The Nomad Soul fue muy pobre.
"Los juegos que creo parecen ser demasiado raros para los de marketing en Estados Unidos. En EE. UU., Eidos no apoyó el juego para nada. Las ventas grandes fueron en Europa, donde vendimos entre 400,000 y 500,000 copias. Era demasiado artístico, demasiado francés, demasiado 'algo' para el equipo de marketing estadounidense".
Al menos, aquel primer paso tan extraño puso las piedras para que Quantic Dream sea reconocido como el estudio que ofrece mayor atrevimiento en el plano narrativo. Todos estamos esperando por Star Wars Eclipse, aunque el resultado no será tan bizarro como en 1999.
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