El DLC de Elden Ring, Shadow of the Erdtree, está a la vuelta de la esquina. Tenemos pistas suficientes para creer que llegará en febrero: la filtración de una colaboración con Thrustmaster, una actualización en la ficha del juego en Steam y finalmente que el juego cumple dos años el día 25 de dicho mes. Si bien no está confirmado por FromSoftware, para muchos fans es casi un hecho.
El retorno a Elden Ring es inminente y todos sabemos cómo son las experiencias de FromSoftware: te pillan del cuello y secuestran tu mente. La única forma de salir del pozo es que cada cual llegue a su punto límite de saturación... y aun así nunca se abandona del todo. Es como el Anillo Único: su influencia nunca desaparece.
Al igual que muchos de vosotros, he comenzado a ponerme al día con todo lo relacionado con Elden Ring: he reinstalado el juego en mi PS5, quitado el polvo a mi tomo de El Libro del Saber, Vol. 1 (me falta el Vol. 2) y acudido a mi canal de confianza en YouTube para retomar todo el lore. Si os interesa, su nombre es JoseGarres y todos sus vídeos valen cada minuto de vuestro tiempo. Sin embargo, ha sido en otro canal donde me he topado con una revelación.
La magia del diseño de Elden Ring: un detalle oculto a simple vista
No tengo punto medio a la hora de hablar sobre el diseño de Elden Ring: es una obra de arte en todos los sentidos. He jugado algo más de 200 y visitado cada lugar de las Tierras Intermedias. No digo que lo haga visto absolutamente todo, pero puedo decir orgulloso que he visto todas las zonas, mazmorras y activado cada Lugar de Gracia disponible. Hice la completísima guía de VidaExtra.
Aun habiendo recorrido todas las Tierras Intermedias, siempre he creído que la imagen más representativa del increíble diseño del juego es el primer vistazo a Necrolimbo. ¿Recordáis esa imagen que apareció en Reddit durante el lanzamiento?
Basta echar un vistazo desde cualquier punto elevado para darse cuenta de que FromSoftware no ha colocado ni un solo edificio o camino al azar. Cada zona está pensada para interactuar con el jugador y darle las respuestas que necesita de un vistazo, aunque obviamente sin regalar ni la hora.
El mapa de las Tierras Intermedias es la prueba de que los souls de FromSoftware siempre han marcado bien el camino a seguir, a pesar de las quejas de muchos jugadores. Otra cosa bien distinta es que nunca dejen claro dónde nos van a llevar y todas las penurias que nos van a hacer pasar durante el mismo. La cosa se multiplica exponencialmente cuando se trata del mapa abierto de Elden Ring. Aun así, el camino principal siempre está oculto a simple vista.
Ascenso y descenso en Elden Ring
No me importa admitir que mis primeras horas de Elden Ring son las de un enajenado con problemas para dejarse cualquier esquina sin revisar. No me enteraba de qué puñetas estaba pasando, por qué debía ir al Castillo de Velo Tormentoso o por qué FromSoftware decidió poner un maldito dragón a 5 mins de la zona inicial.
Exploré el Necrolimbo al completo (o casi), superé el castillo en modo apisonadora e incluso cometí el error de aventurarme a Caelid. La experiencia fue tan mala que atrasé todo lo que pude el volver. Fue a raíz de llegar a las puertas de la Academia de Raya Lucaria que empecé a interesarme por todo lo que estaba ocurriendo (y ocurrió) en las Tierras Intermedias. De ahí en adelante, me dejé arrastrar a las profundidades más oscuras de su lore.
Aun entregándome en cuerpo y alma, completando mi primera partida con el final de Ranni y tragándome decenas de vídeos sobre lore, arquitectura y más; no logré ver el detalle más bonito y absurdamente placentero del diseño de Elden Ring: sus ascensos y descensos.
Fue el viernes pasado (12 de enero), desparramado en mi silla y saturadísimo de escribir, que me crucé con un video llamado "El descenso en Elden Ring" de Joseju. Tiene 11 meses, así que llego un poquitín tarde, pero mi fascinación fue tan genuina como si lo hubiese visto el mismo día que se subió. Dura 1 hora, 4 minutos y 20 segundos, los mismos que me voy a calzar por segunda vez en cuanto tenga un rato para apagar la luz y reclinar el respaldo de la silla.
El vídeo contiene muchísima información relacionada con el lore, aunque esencialmente se centra en el diseño de las Tierras Intermedias de Elden Ring. Mi gran revelación comienza en el minuto 12:55, tras un homenaje épico a Radahn, Azote de las Estrellas. Comenta:
Elden Ring es un ascenso continuo. Empezamos en el Necrolimbo, subimos hasta el Castillo de Velo Tormentoso y pasamos Liurnia. Liurnia es en gran parte el lecho de un lago profundo, pero el resto también es un ascenso... especialmente la subida a los Altiplanos de Altus. Una vez ahí, subimos a la Capital de Leyndell y es en lo más alto donde llegamos al Árbol Áureo. Pero el ascenso no se termina ahí. Luego tenemos que subir hasta los Picos de los Gigantes y luego a Farum Azula, la Ciudad en Ruinas, que está suspendida en el cielo. Ya no hay sitio más alto posible.
A medida que la voz relataba la cita anterior, fui haciendo el camino de mi partida mentalmente. Entonces caí en la cuenta de que lleva mucha razón y que no me percaté de ello ni un solo segundo de las más de 200 horas que he pasado jugando. Es algo tan evidente que ni siquiera pensé en ello. Sin embargo, de forma subconsciente, "nos da un sentido de dirección y de progreso constante".
La connotación se vuelve clara: subir es progresar, pero también es seguir el sendero marcado para nosotros. Si hacemos lo que los personajes nos dicen, seguir el camino de baldosas amarillas, es tan sencillo como seguir subiendo siempre. Haciendo esto, podemos llegar al final del juego y no tener la más remota idea de qué hemos conseguido realmente.
Las implicaciones de ascender en Elden Ring son un poco más complejas y prefiero que veáis el vídeo para conocerlas todas. Basta lo mencionado para transmitiros mi pequeña y genuina sensación de descubrimiento. Y sobra decir que no es el primer videojuego en utilizar esta técnica.
Sin embargo, lo realmente sorprendente no está en las connotaciones de ascender, sino en descender. Descender en Elden Ring da mucho miedo. Significa abandonar las zonas iluminadas y adentrarnos en la oscuridad. Descubrir el segundo mapa subterráneo es una mezcla de escalofríos y alegría. Y todas las zonas que implican descender comparten un denominador común:
La mayoría de las zonas opcionales suponen un descenso. Todas las catacumbas que encontramos van continuamente hacia abajo. Las minas de las que sacamos minerales para mejorar nuestras armas también descienden. La Península de los Lamentos, Caelid, el interior del Monte Gelmir, el Castillo Sombrío, el camino al Árbol Hierático. Son todas zonas a las que se tiene que descender. Es decir, tenemos que ir conscientemente en contra de las metas que se nos han impuesto. [...] Cada vez que bajamos es por una decisión consciente.
¡Y qué me aspen si no lleva razón! Volví a hacer un repaso mental de mi aventura mientras pronunciaba la cita anterior y esta vez también hice memoria de todas las guías que hice para VidaExtra relacionadas con los personajes secundarios: la mayoría de pasos suelen implicar descensos, excepto cuando se trata de rectas finales de trama como ocurre en la Catedral de Manus Celes o el Palacio Mohgwyn.
Recuerdo dos descensos especialmente traumáticos: el Árbol Hierático, en cuyo fondo encontramos a Malenia, Espada de Miquella, y las Cloacas de Leyndell. Estas últimas son especialmente traumáticas. Si encuentras el camino (se explica en el vídeo), el descenso dura 1-2 horas en el mejor de los casos. He escuchado decenas de veces la frase "¿Cuándo se acaba esto?", cada vez que he visto a alguien hacer este recorrido. Incluso yo la pronuncié como mínimo siete u ocho veces.
Imagen de Joseju
Es probable que mi subconsciente captase la idea del ascenso y descenso en Elden Ring. O quizás compensase mi horrible despiste con mi espíritu de explorador enajenado. Ahora que lo veo conscientemente, el diseño de las Tierras Intermedias me parece (si cabe) más maravilloso. No puedo dejar de pensar en ello. Ha influido de forma sustancial en mi forma de ver este juego. Os recomiendo ver el vídeo entero porque es oro.
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