Si hay algo bueno que haya experimentado tras meterme en el cerebelo el Relic, es toda la parte de Cyberpunk 2077 que me estoy perdiendo. Y no me refiero a las charlas con Johnny Silverhand en las que no sabes cómo se va a comportar el personaje de Keanu Reeves, sino en revivir sus experiencias del pasado.
El antiguo terrorista y cantante de Samurai se distinguió por ser un pordiosero, un mujeriego, alcóholico, violento y cualquier calificativo negativo que os podáis imaginar. Es por ello que cada vez que he podido controlarlo me he permitido tener un arma en la mano para saber por qué este tipo es una leyenda de Night City.
Conflictos del pasado
Silverhand tuvo su apogeo hace más de 50 años, pero poco importa teniendo en cuenta la longevidad de la gente en la distopía futurista. Por ello me puedo encontrar a Rogue, uno de sus principales enlaces en la ciudad y que siempre se encuentra cerrando tratos en el Afterlife. Johnny me advierte que sea sincera con ella y ya veo que no se anda con chiquitas cuando deja en la estacada a una mujer que sale echando pestes sobre ella.
El trato es simple: le pago 15.000 edis y me da la información que necesito para contactar con Anders Hellman. El tipo ahora es un pez gordo custodiado por Kang Tao, una compañía china que está compitiendo con Militech para llevarse el trozo más grande del pastel militar. Un AV solitario está programado para que atraviese una ruta comercial de la empresa y, supuestamente, Hellman va en su interior. El problema surge al tener en cuenta que asaltar un AV es tremendamente complicado.
El punto de extracción más adecuado es salir fuera de Night City, a Jackson Plains, y tomar de la pechera al tipo, pero hace falta contar con alguien experto en el terreno. Una tal Panam Palmer es oriunda del lugar y será la que me eche un cable en mi travesía por los áridos desiertos del exterior. Y es que allí la estructura más alta no es un rascacielos, sino el cartel de un motel abandonado.
Arena, arena everywhere
Panam está arreglando su coche cerca de una nave industrial y veo que es una persona que no sabe dejar el pasado atrás. Miembro de la tribu de los Aldecaldos, fue apartada por su propia gente simplemente por querer trabajar de forma independiente como mercenaria. No sé si se le da demasiado bien hacer el trabajo, pero resulta que ella era la que se cabreó con Rogue antes en Afterlife. Según me cuenta, su compañero Nash le traicionó en un encargo que tenía para Rogue, le robó el coche y ahora le debía un pago bastante importante.
Genial, hay que ayudar a la chavala a recuperar su Thorton Mackinaw "Warhorse" de los Raffen Shiv, otra pandilla de maleantes del desierto. Me sugiere una emboscada en Rocky Ridge, típico pueblo de paso en mitad de la nada que aún por encima se cae a pedazos y donde no vive absolutamente nadie. Como hacer el golpe entre dos será mucho más complicado, vamos a la base de los Aldecaldos para reclutar a Mitch Anderson y Driss "Scorpion" Meriana. A pesar de que su relación con el líder Saul Bright no es la mejor, todavía se le está permitida la entrada al lugar.
Entiendo que había una posibilidad de que los dos Aldecaldos se uniesen a nosotros, pero desecho la opción porque implicaría que tuviese que sacar un rifle, lo cual está en contra de mi política en Cyberpunk 2077. Además, ellos aseguran que Bright no quiere que Panam reciba ayuda, así que toca montarse la fiesta por nuestra cuenta. Los idiotas de los Raffen Shiv llegan a Rocky Ridge por la noche, por lo que unas cuantas horas antes aprovechamos para manipular el sistema eléctrico y sabotearlo en el momento en el que lleguen. Así sí, pues me manejo mucho mejor en la penumbra, hackeando y partiendo cuellos en pleno silencio.
Sin que se enteren de qué les golpeó, recuperamos el Warhorse de Panam que, sedienta de venganza, me clama que quiere ir a por Nash. Yo lo siento mucho compañera, pero eso no entraba en el trato que tenemos con Rogue por medio. No voy a hacer un extra más por tu cara bonita, lo cual hace que se ponga de morros todo el viaje de vuelta. Tengo que recordarme que debo ser implacable, no involucrarme sentimentalmente y eso es mucho más fácil en el título de CD Projekt.
Tiempo para pensar
En todo este proceso de conocer a Panam, llegar a Jackson Plains y planear cada movimiento, me he percatado de cómo Cyberpunk 2077 hace a las mil maravillas lo que siempre se le ha pedido a GTA. Una opinión muy popular alrededor de los juegos de Rockstar es que debes conducir al mismo tiempo que lees los subtítulos de la conversación que están teniendo Trevor y Franklin, por ejemplo. Para muchos, se trata de un debe de la saga que deberían solucionar para el próximo GTA VI.
En Night City sucede justo lo contrario. Todas las veces que he tenido una conversación en el coche, siendo el conductor, han sido por teléfono y resultan muy cortas, de corte informativo. En cambio, cuando el juego me va a dar un discurso, una serie de indicaciones, contexto y partes de la historia relevantes, en esas situaciones he ido sentado en el asiento del copiloto. Me hubiese enterado igualmente de las motivaciones e historia de Panam, pero que yo pueda estar pendiente únicamente del diálogo y del paisaje ayuda a que me implique. Por si fuera poco, tengo que escoger respuestas para dar y la mayoría de ellas tienen su peso trascendental.
Por ejemplo, tras conseguir el Warhorse ella me manda otra vez al asiento del copiloto. Tiene sentido narrativo, pues es la dueña, y en ese momento me pide ir a por Nash. Son varias las opciones que me aparecen para contestar y termino denegándole satisfacer su venganza. Fue una decisión complicada para mí, similar a lo que pensé que tendría que hacer con Jackie durante el atraco en el Konpeki Plaza. Se me pasaba por la cabeza la idea de entablar una relación con ella, pero el amor choca frontalmente con mi frialdad en el rol de personaje que he deseado para mi V.
Algo así no puedo decidirlo en movimiento y, si lo hago, acabaré deteniendo el coche para pensarme muy bien lo que digo. Siento un mayor respeto al jugador por parte de Cyberpunk 2077 en este sentido que el que muestra GTA. Lo mismo sucede con los tiroteos, pues los que he librado en marcha, yo era el copiloto. Todos los estudios aprenden del resto y veremos si Rockstar toma nota.
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