Si hay algo que me gusta tanto como los espadazos y hachazos de un God of War, sin duda es su relectura de la mitología. Hemos escuchado las mismas historias tantas veces que verlas evolucionadas y reinterpretadas supone toda una experiencia.
Con el salto a los dioses nórdicos, y apenas un sorbo de todas las posibilidades que ofrece esta mitología en la primera entrega, la llegada de Thor a God of War: Ragnarok promete ser todo un acontecimiento para la saga. Y ver lo poco que les ha temblado la mano al buscar una interpretación de Thor y su martillo más cercana a la real que a la de Marvel es aún más ilusionante.
Del Thor de Marvel al de la mitología
Pese a la figura idealizada que tenemos de Thor, la procedente del cine y el cómic, la estética propuesta por Sony Santa Monica está mucho más cerca de lo que relataban los viejos poemas nórdicos. Era un dios desagradable en lo social, inmenso en aspecto y casi genocida en los psicológico.
Pero casi tan interesante como aquél debate que en realidad no fue tal cosa -este Thor es indudablemente mejor y más cercano al "real"- lo es su relación con la mitología más allá de lo físico. Su martillo, de forma extraña y no reconocible para quienes tenemos al Thor de los cómics como ejemplo más mediático, es también más fiel a lo que nos legó el arte nórdico del siglo IX.
Aunque se han encontrado múltiples variantes de esa misma época, la cruz invertida fue durante un tiempo el símbolo más habitual para representar el Mjolnir, pero no el único.
En su evolución hacia símbolo de bendición y protección acabaría derivando en formas que van desde la esvástica hasta la T invertida que recoge el juego y que, por sorprendente que sea, hoy aglutina una religión reconocida oficialmente por países europeos como Islandia y España.
Pero no adelantemos acontecimientos, vamos a conocer mejor lo que hay detrás del martillo de Thor. Una suerte de T acabada en punta de flecha que, además de ser el crucifijo de la religión Ásatrú, también es el arma más emblemática dela mitología y, de rebote, también de God of War: Ragnarok.
El increíble poder del Mjolnir: ᛗᛖᛚᚢᚾᛁᚨᛉ
Convertido en uno de los mayores embajadores de la mitología nórdica, el martillo es absoluto protagonista de las grandes batallas en la historia de Thor. Un arma que, al ser golpeada contra el suelo, sonaría como el más devastador de los rayos. Si Thor es el trueno, el Mjolnir es el relámpago.
Así lo recoge al menos la etimología de la palabra, pero más allá de dar sentido a los cambios en el clima, el martillo de Thor pronto se convirtió en símbolo de muchas otras cosas.
Como arma dentro de cuentos y poemas no es sólo sinónimo de destrucción, también de protección y unión, hasta el punto de aparecer en varias ceremonias religiosas relacionadas con el nacimiento, el matrimonio y hasta la muerte.
Con el inevitable choque entre el cristianismo y el paganismo nórdico, el símbolo del martillo empieza a convertirse en una forma de mostrar la fe en Thor. Sin embargo, lejos de enfrentarse, lo que se ha encontrado es que las dos religiones acabaron unidas, siendo los colgantes con ambos símbolos conviviendo una muestra de cómo se retroalimentaban. Eran otros tiempos.
La importancia del martillo de Thor es tal que no se usan otros símbolos de la mitología nórdica para representar esa pertenencia. A todos los niveles, el dios del trueno era en realidad el Jesucristo del paganismo en el norte de Europa.
La historia del martillo de Thor
La historia detrás de la creación del martillo cuenta que Loki, en una de sus famosas bromas, tuvo la magnífica idea de cortar el pelo de la mujer de Thor. Como es lógico no se lo tomaron bien, así que enviaron a Loki en busca de los mejores artesanos enanos para que lo solucionaran.
Además del ansiado botín, Loki sale de allí con multitud de armas y accesorios para los dioses tras apostar contras los enanos sobre su habilidad para crear objetos realmente especiales.
Para ganar una de las apuestas, un Loki transformado en mosca muerde el párpado de Brok (seguro que te suena) mientras está forjando el martillo de Thor, lo que deriva en un error que deja el mango demasiado corto.
No pareció importarle al dios nórdico que agradeció el regalo convirtiéndola en casi una extensión de su cuerpo. Pudiendo aprovechar el poder de golpear tan fuerte como desease, acabó destruyendo los cráneos de no pocos gigantes.
Lo de lanzar el martillo y que vuelva, "que nunca vuele tan lejos como para no poder volver a sus manos", también está en esas mismas historias. Pero lo mejor de todo son sus poderes de dar vida y muerte.
Matar a las cabras que tiraban de su carruaje para comérselas y después resucitarlas golpeando sus huecos con el martillo, aparentemente se convirtió en una práctica habitual en las historias de Thor. Y así, provocando el salto entre la muerte y la vida, de la oscuridad a la luz, la historia y el martillo se convertirían en símbolo de buena suerte que, con el tiempo, acabaría representado con una esvástica.
De la esvástica nazi al blockbuster americano
Pese a que el vikingo estaba completamente alejado de cualquier idea cercana a los nazis, eran individualistas y aborrecían cualquier tipo de totalitarismo, la propaganda de Hitler y su acercamiento al esoterismo y las raíces ancestrales acabó pervirtiendo la simbología de la esvástica junto a otras representaciones de la edad vikinga como la rueda solar.
Si os interesa saber más sobre las historias de Thor y su martillo una buena recomendación son los Mitos Nórdicos de Neil Gaiman (7,12 euros en su versión para Kindle). Una reinterpretación por la pluma del también creador de Sandman y American Gods (otra buena recomendación si os gusta la idea de las historias alternativas de dioses clásicos).
La trifulca entre Jack Kirby y Stan Lee sobre la autoría de la creación del Thor de Marvel nos ha dejado con pocos detalles sobre la inspiración detrás de su diseño.
Kirby era una fanático de la mitología, así que probablemente conocía los diseños originales del martillo. Pero optó por actualizar la imagen de Thor y vestirlo de superhéroe con un personaje alejado de ese dios desagradable, antisocial y genocida.
Tanto el martillo como el Thor de God of War: Ragnarok apuntan a otro estilo completamente distinto, no sólo en forma y aspecto. Será divertido ver cuántas referencias y reformulaciones de los relatos nórdicos conseguimos contar esta vez.
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