Ayer se anunciaron los nominados de los Game Awards 2023, ese concurso de popularidad en el que se eligen juegos a dedo sin contexto mientras aprovechamos para ver algún tráiler resultón y el señor encargado de rematar el cadáver del E3 cada vez que sufre un espasmo post mortem se lleva bien un buen pellizco bien calentito.
Pero ese es un tema para otro día, porque yo a lo que venía era a hablar de una de sus nominaciones. Y no, no voy a entrar a valorar en si me parece más o menos justo que este juego haya colado o este otro se haya quedado fuera, sino cómo en favor del espectáculo pervertimos esta industria poquito a poco. Dave the Diver no es un juego indie.
Por qué Dave the Diver no es un juego indie
Entre los nominados a mejor juego independiente están Cocoon, Viewfinder, Dredge, Sea of Stars y Dave the Diver. Hasta aquí todo bien, aparentemente. Si te plantas ante cualquiera de los vídeos de esos juegos es fácil que, por foco o estética, consideres que estás ante un juego independiente.
Tu función como jugador está lejos de ser estar al corriente de cuántos trabajadores hay detrás de cada proyecto, pero por orden de aparición te diré que detrás de las desarrolladoras de cada uno de esos juegos hay menos de 10 empleados en el caso del primero y el segundo, 4 para el tercero, y la friolera de 23 trabajadores para el cuarto (más otros 10 colaboradores externos).
De Dave the Diver no he alcanzado a extraer un número exacto de empleados para Mintrocket , el nombre de la desarrolladora que está detrás del proyecto, pero por no quedarnos atrapados en ese discurso concreto, creo que nos vale agarrarnos a un clavo que tal y como veréis a continuación, arde menos de lo que uno podría llegar a pensar.
Mintrocket es una marca interna creada en mayo de 2022 por Nexon, compañía coreana con casi 30 años a sus espaldas, tentáculos en Bandai Namco, Sega, Capcom, Square Enix y Microsoft, entre muchas otras más, y una cifra de empleados que, según su página web, está a día de hoy en 7.467 trabajadores. Imagino que ahora los 33 de Sea of Stars deben parecerte poca cosa.
Por qué debería importarnos la etiqueta independiente
Quien esté libre de pecado que tire la primera piedra. Hasta yo erré el tiro al pensar que Dave the Diver era un juego indie porque, en esencia, gran parte de su gracia está en esa estética, estilo y mecánicas que hemos asociado a una etiqueta que hace mucho que dejó de tener el mismo sentido.
La realidad, como habéis podido comprobar, es otra muy distinta. Una que no hace de menos al juego, ojo, Dave the Diver sigue pareciéndome una genialidad que merece todo el reconocimiento que pueda dársele, sin importar si detrás hay dos personas o 200, pero la etiqueta de juego independiente es importante porque nos hace enfrentarnos a ciertos dilemas de otra forma.
En el hipotético caso de que haya dos juegos en oferta en Steam que te gusten muchísimo, que te llamen poderosamente la atención al mismo nivel, si uno está hecho por 10 trabajadores y otro por una megacorporación que cerró 2022 con 616 millones de euros de beneficios netos, la posibilidad de que prefieras apoyar el trabajo de esas 10 personas, que tal vez dependen de esa venta para sobrevivir, inevitablemente va a estar sobre la mesa.
El de todas esas empresas llamadas Annapurna o Devolver que normalmente vemos asociadas a juegos indie es un debate para otro día que también nos servirá para ver hasta qué punto la de independiente es una etiqueta que se nos ha quedado vieja. Pero en cualquier caso creo que eso no resta importancia al hecho de ver a los Game Awards 2023 demostrar, una vez más, que aquí lo importante no es celebrar la industria del videojuego de forma justa y honesta, sino llenar bolsillos y egos.
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