El padre de Digimon era un cabrón: recordando mi primera mascota virtual en Windows 95

El padre de Digimon era un cabrón: recordando mi primera mascota virtual en Windows 95

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Hace mucho, mucho tiempo… Cuando todo esto era campo y la guía para hacer una página web lo más espectacular posible aquella demencia de Space Jam, la personalización de tu PC no incluía luces LED, gráficas más grandes que la caja o líquidos a 350 euros la garrafa.

En aquella época todo se limitaba a modificar tus cursores, cambiar el color de las ventanas y, si tenías suerte y alguien con internet te alegraba la tarde con un disquete, incluso podías sumar alguna fantasía adicional como, por ejemplo, el origen de los Tamagotchi, Digimon y Pokémon: las mascotas virtuales de escritorio.

Los precursores del Tamagotchi

Aunque normalmente nos agarramos a 1996 para hablar del nacimiento de las mascotas virtuales de la mano del Tamagotchi, en realidad habría que ir aún más atrás para seguirle la pista a esta tendencia. Concretamente hasta 1988 con el lanzamiento del PC-9800 de la japonesa NEC.

Allí, un año antes de que el fenómeno saltase a Mac creando tendencia más allá de tierras niponas, nacía el gato Neko, un programa que pintaba un sprite de un gato sobre la pantalla que, bajo ciertas condiciones y reglas, perseguía el cursor del ratón mientras lo movías de un lado a otro.

A Neko le siguieron un buen puñado de versiones y modificaciones que cambiaban el color del gato y ciertas animaciones como echarse a dormir, pero en realidad fue otro animal el que terminó de explotar el concepto y, con él, se dio el pistoletazo de salida a la fiebre de los screenmates.

Puede que por Screen Mate Poo ahora mismo no te venga nada a la cabeza si viviste aquella época, pero si te hablo de la DeskSheep probablemente empezarás a recordar algo. Y si te enseño el siguiente vídeo, seguro que un buen puñado de emociones empiezan a aflorar.

Un OVNI acaba de abducir a mi cabra

Aquél simpático macho cabrío caminaba por la pantalla, saltaba, se paraba a comer flores, hacía la croqueta, se pegaba un baño y, para sorpresa de todos los que vivimos aquél momento, como por arte de magia se encaramaba a los bordes de otras ventanas para después mirarnos directamente a los ojos y quedarse dormido. De locos cuando venía un OVNI y lo abducía.

La fiebre de las mascotas virtuales de escritorio terminó de explotar en 1996 de la mano de un maremágnum de bichos que iban desde ranas hasta cucarachas o incluso hormigas que poco a poco empezaban a destrozar tu fondo de pantalla para dar forma a su propio hormiguero.

Para finales de ese mismo año, también desde Japón, las mascotas virtuales daban un salto adicional con la llegada del Tamagotchi y, siguiendo esa misma fiebre pero llevando el cuidado de los bichos pixelados un paso más allá incluyendo los combates con otros dispositivos, nacían los míticos Digimon.

El resto de la historia ya la conocéis, pero si queréis revivir aquél mítico pasado, o experimentarlo por primera vez para comprobar de primera mano que nos emocionábamos con cualquier cosa, hay por ahí un montón de entusiastas de mascotas virtuales como Neko o Poo que pretenden darles una segunda vida.

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