Un año con el primer PC Gaming de mi vida ha cambiado totalmente mi forma de disfrutar los videojuegos

Un año con el primer PC Gaming de mi vida ha cambiado totalmente mi forma de disfrutar los videojuegos

Mi trabajo como periodista requería que diese un salto evolutivo y ha llegado tras muchos años sin el equipo adecuado

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PC Gaming

Nunca perseguí el sueño de agenciarme un PC Gaming que pudiese mover cualquier videojuego que quisiese, pero sabía que ese destino se acercaba en cuanto comencé a trabajar en VidaExtra. Apenas contaba con un portátil que, si bien me sacaba del apuro, rápidamente se quedó obsoleto para sacarle jugo a la oferta actual de la industria.

Una GTX 1050 y 8 GB de RAM no parecen suficientes como para sobrevivir en 2024 y no fue hasta el año pasado cuando la decisión de comprar un ordenador en condiciones se precipitó. Tanto mi compañero Frankie MB como yo pudimos presentarnos en el canal de Twitch de 3DJuegos una vez por semana y, si quería poder emitir en directo con garantías, necesitaba un equipo adecuado para la tarea.

No solo ello, sino que escribía todos mis posts sentado en un sofá desde mi incorporación al equipo a finales de 2020, tecleando con el portátil en las piernas, así que un pequeño despacho de mi casa serviría como lugar idóneo para el PC. Me gustaría que se tuviese en cuenta que no soy ningún experto en la materia al nivel de nuestros amigos de Xataka y 3DJuegosPC, por lo que es posible que haya cometido errores de novato a la hora de tomar ciertas decisiones. Con todo, eso no evita que hasta ahora esté más que satisfecho con el resultado.

Una vez que el contexto de la plataforma morada se avecinaba sobre mí, llegó el turno de elegir todos los componentes. Sí, estoy seguro de que montar pieza por pieza cada parte de un PC Gaming debe ser más sencillo de lo que parece, pero no tenía el tiempo ni la seguridad como para hacerlo; necesitaba que me enviasen el aparato ya montado por completo. No solo la propia torre, sino que requería todo lo necesario para jugar y trabajar, es decir: un monitor, un teclado, un ratón y un asiento que me asegurase no destrozarme la espalda a lo largo de las horas. Tras diversas valoraciones a contrarreloj, esto fue todo lo que compré:

componentes

especificaciones

precio

Tarjeta gráfica

Gigabyte GeForce RTX 3070 GAMING OC LHR V2 8GB GDDR6

619,90 euros

procesador

Intel Core i7-13700F 2.1 GHz/5.2 GHz

389,90 euros

Teclado

Mars Gaming MKXTKL Teclado Mecánico Gaming RGB Switch Azul

27,99 euros

placa base

ASUS TUF GAMING Z790 PLUS WIFI

349,90 euros

Ratón

Logitech G203 Lightsync 2nd Gen Ratón Gaming 8000DPI RGB Negro

30 euros

Memoria RAM

Kingston FURY Beast DDR5 5200MHz 32GB 2x16GB CL40

145,99 euros

sistema operativo

Microsoft Windows 11 Home Advanced

135,99 euros

ventilador cpu

Noctua NH-D15

99,90 euros

almacenamiento

Samsung 980 SSD 1TB PCIe 3.0 NVMe M.2

99,99 euros

torre

Forgeon Mithril ARGB Mesh Torre ATX Negra

169,99 euros

monitor

Philips 27M1N3500LS/00 27" LED QHD 144Hz

229,98 euros

fuente de alimentación

Seasonic B12 BC Series 750W 80 Plus Bronze

75,99 euros

Montaje y testeo de componentes internos del PC

Comprobación de compatibilidad y montaje de los componentes

44,99 euros

Instalación y configuración de S.O.

Instalación de sistema operativo

29,95 euros

Todo ello arroja un total de 2445.18 euros que me pueden doler más o menos desembolsar, pero se trata de una inversión a futuro en múltiples aspectos. Recibí el pack completo el 30 de enero de 2023 y tras más de 365 días de uso prácticamente diario del sistema, mi forma de encarar el día ha cambiado radicalmente. En muchísimas ocasiones no podía ocuparme de análisis de videojuegos para Steam y eso ha terminado, pero esta incorporación a mi vida ha afectado a otras plataformas.

Con mayor o menor asiduidad, mi Xbox Series X y mi Nintendo Switch se encendían para echar unas partidas, pero mi uso actual es nulo. Especialmente llamativo es el caso de la consola de Microsoft, pues con PC Game Pass puedo hacer uso de prácticamente todo el catálogo desde mi ordenador. Mi núcleo de horas de juego ahora se sustenta en Steam, GOG y la Epic Games Store, más allá de que la PS5 está instalada junto al monitor y sí que le doy bastante uso.

Ghostrunner 2

Me he olvidado de lo que eran las caídas de FPS, escoger siempre la personalización gráfica más baja y escuchar cómo los ventiladores rugían con una intensidad abrumadora. Puedo instalar cualquier título, ponerlo al máximo de rendimiento visual y no preocuparme de nada más; ojo, nunca tuve en mente jugar en Ultra como objetivo, sino que, si quisiese, pudiese hacerlo sin compromisos. Una RTX 3070 creo que es suficiente para rendir a gusto con lo que necesite y, hasta ahora, no he tenido el más mínimo problema de rendimiento.

No me imaginaba jugando a Baldur's Gate 3 y está sucediendo; despedazando a todo quisqui en Ghostrunner 2 y lo he hecho; disparando a lo loco en Titanfall 2 y he alucinado. En 2022, completé 45 juegos y solo 2 fueron en PC, mientras que el salto en 2023 fue cuantitativo, ya que superé 39 juegos y 21 fueron en mi PC Gaming. La diferencia es notable y mis ojos la agradecen, pues nunca había podido gozarlo tanto como en una pantalla cercana, bien iluminada y que sabe sacarle partido a cualquier obra. La resolución 1440p es una maravilla y, sobre todo, agradezco que el brillo sea mucho mayor de lo que he estado acostumbrado.

Por supuesto, la decisión de hacerme con un PC Gaming también ha influido en el propio trabajo. Un teclado decente y un ratón al lado son una bendición obvia que agradezco, aunque todavía más la Predator Chair Rift Lite en la que me siento y completa el set-up. El escritorio, la disposición de elementos y el cambio de herramientas me ha dado otra perspectiva de la rutina diaria, más cómoda y organizada. Eso sí, de las luces RGB no me libra nadie y lo cierto es que dan un toque distintivo a todos los aparatos.

Horizon Forbidden West

Quizás el único reproche que me debo es el de haber centralizado en exceso el ocio y el trabajo en el mismo lugar. Puedo ver Fallout en Amazon Prime Video desde el PC, hacer streaming en Twitch jugando a Horizon Forbidden West y escribir un nuevo artículo sin necesidad de moverme de donde estoy. El antiguo portátil sí que me concedía la oportunidad de cambiar de estancia en mi casa, pero por ahora sigo contento con la decisión que he tomado.

Está claro que mi próximo reto es el de atreverme, en el momento que toque, a instalar manualmente los componentes. Son demasiados comentarios los que he leído entre la comunidad acerca de la facilidad para llevarlo a cabo, por lo que un tutorial y una buena dosis de confianza me impulsarán a ello. Lo que es seguro es que de aquí ya no me saca nadie, a menos que arda el ordenador.

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