Le estás rompiendo los brazos a Link cada vez que abres la paravela en The Legend of Zelda. He utilizado la física para demostrarlo

Asumiremos que la gravedad en Hyrule vendría a ser como la de La Tierra para llevar a cabo nuestra teoría

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Tras intentar llevar el imaginario de The Legend of Zelda Tears Of The Kingdom hasta el mundo real tratando de comprender el sistema reproductivo de la tribu Gerudo, anoche, jugando con mis críos, me volvió a asaltar otra pregunta que navega entre la curiosidad más terrenal y la absurdidad más marciana.

¿Realmente puede soportar Link la fuerza a la que se enfrenta cada vez que abre la paravela, o le estamos destrozando los brazos al chaval sometiéndole a una fuerza de gravedad imposible de soportar por sus raquíticas extremidades? Veamos, una vez más, qué dice la ciencia.

La ley de Newton en The Legend of Zelda

En realidad sería un tema mucho más fácil de abordar si el que está detrás del teclado no fuese más de letras que de números. Y sería aún más abordable si además, el de letras, no hubiese sido de los que pasaba el examen al compañero de atrás para poder aprobar física o matemáticas -donde quiera que estés, gracias, Sergio-.

Pero como dejaros ahora mismo con esta duda en la cabeza me sabe realmente mal, vamos a intentar descubrir cómo la física puede ayudarnos a conocer a qué velocidad cae Link cuando se lanza a toda pastilla, qué fuerzas G podría llegar a soportar su brazo y, en definitiva, si realmente estamos torturando o no al chaval cada vez que abrimos la paralela.

Como esto va de asumir cosas y no es una ciencia exacta, en primer lugar toca dar por hecho que la gravedad en Hyrule vendría a ser como la de la Tierra. La velocidad a la que nos movemos, la parábola que realizan los objetos, el tiempo que tardamos en caer desde cierta altura… Para todas las suposiciones que estamos a punto de hacer, estaréis de acuerdo conmigo en que esta es la más plausible de todas.

Y a partir de aquí vamos a suponer que todo lo demás, desde la estructura ósea de Link hasta la ley de Newton que utilizaremos para salir vivos de esta voltereta mental, sigue esa misma equivalencia. Vamos a imaginar qué ocurriría si el héroe de Hyrule saltase al vacío y abriese la paravela en el mundo real.

La ciencia no se hace sola, hay que hacerla

En primer lugar, vamos con algunos datos adicionales capaces de echar por tierra esta fantasía. Por ejemplo, la superficie de la paravela no es suficiente para frenar la caída de Link, chocar contra vientos que no fuesen completamente verticales anularía la pérdida de velocidad y, por su estructura, el peso del muchacho evitaría que pudieses maniobrar o hacer algo que no fuese, simplemente, caer en picado.

Vamos, que la paravela es un invento bastante de mierda, así a grandes rasgos, pero para que no se nos venga abajo la ilusión con semejante fantasía, vamos a suponer que la paravela, por la idea que hay detrás de ella, funcione a grandes rasgos como un paracaídas de toda la vida.

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A partir de aquí deberíamos calcular la altura y peso de Link, a qué velocidad cae, a qué fuerza se enfrentaría al frenar con la paravela y, de rebote, la más difícil todavía, qué fuerza necesitaríamos ejercer sobre su brazo para dislocarle el hombro.

En este punto tengo que darle las gracias por adelantado primero a Razablan, amigo y compañero de 3DJuegos que me ha puesto sobre la pista de la fórmula necesaria para resolver este entuerto (y que me acompaña y soporta en Twitch cada tarde con locuras como esta), y a ese maravilloso invento llamado Internet que se va a encargar de cubrir los huecos a los que yo voy a ser incapaz de llegar porque me quedé en el 2+2.

A qué fuerza se somete Link al abrir la paravela

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La altura de Link en The Legend of Zelda Tears of the Kingdom la podemos extraer a base de detallitos como la longitud de los peces o las setas, un cálculo que muchos han hecho antes que nosotros y que sitúa su estatura en una media de entre 1,47 y 1,58 metros.

Así que, teniendo en cuenta que es una persona atlética, su peso promedio debería de ser de unos 50 kg. Obviamos el peso de las 200 espadas que lleva encima, ¿vale? Por favor os lo pido.

Lo siguiente que necesitamos es la velocidad y, valiéndonos de lo que llegan a alcanzar expertos del salto base, podríamos llegar hasta los 190 kilómetros por hora cayendo en plano y con la panza mirando al suelo. Ya ni hablemos de cuando nos ponemos en modo cohete cayendo en picado con la cabeza.

Este estudio sobre el riesgo de padecer una lesión cervical al saltar en paracaídas asegura que la desaceleración promedio de un paracaidista está entre 3 y 5 G durante el choque de apertura.

Con esas cifras, si asumimos que estamos experimentando una desaceleración de 4 G (1 G es igual a 9,8 metros por segundo) podemos calcular la fuerza resultante mediante la ley de Newton.

Valiéndonos de que en Hyrule la ley sigue siendo la misma, la fuerza sería igual a la masa de Link (50 kg), y multiplicada por la desaceleración 4 x 9,8 metros por segundo) nos daría un resultado de unos 1.960 N.

Cómo dislocar el hombro a un hyliano

¿Puede una fuerza de 1.960 newtons dejar los brazos de Link hechos mistos? Pues aquí toca suponer una vez más, porque debemos tener en cuenta que la fuerza real siempre dependerá del tipo de salto, de la forma del paracaídas, de la densidad del aire, de la velocidad inicial del salto, de la posición exacta de los brazos, de la anatomía individual de cada persona…

Pero aquí hemos venido a soñar y a vivir la fantasía, ¿no? Pues ya que hemos llegado hasta este punto, llevémosla hasta el final. Y hagámoslo con el mismo entusiasmo de quienes, allá por 2019, experimentaron con cadáveres para comprobar qué fuerza debes aplicar a un hombro para poder dislocarlo.

Pese a que el valor sólo actúa como referencia y no puede aplicarse a todas las situaciones, el estudio arrojó que bastaba con una fuerza de 123,57 N para dislocar el hombro. Nosotros estamos sometiendo los brazos de Link a casi 2.000 N, así que seas de letras o de números, creo que la respuesta queda bastante clara.

Ahora ya sabes que todos nosotros somos unas personas horribles por, como mínimo, dislocarle el hombro al pobre Link cada vez que abrimos la paravela y, si ahondamos un poco más, incluso podemos terminar descubriendo qué le ocurriría a sus huesos, músculos y tendones al someterse a esa misma fuerza.

Queda demostrado que somos pésimas personas, que The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom es un juegazo, y además he ganado una razón más para donar mi cuerpo a la ciencia cuando muera: ayudar en los artículos que escriban mis nietos el día de mañana.

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