El viernes tuve la oportunidad de probar la Nintendo Switch durante un par de horas. Y lo cierto es que las buenas sensaciones que me habían dado los vídeos oficiales no sólo se confirmaron, sino que la rompedora nueva propuesta de la compañía japonesa me ofreció en mis manos una visión mucho más ambiciosa.
El primer titular sería que la Nintendo Switch es todo lo que el fan de Nintendo espera: una apuesta arriesgada, a la contra de toda esa carrera por la potencia que parece imperar en la industria, que por encima de todo busca ofrecer diversión. Aquí no caben las luchas por la resolución o la tasa de frames, una guerra que a Nintendo no le importa lo más mínimo desde hace años. La Switch es, sencillamente, otro mundo.
Nintendo, la compañía empeñada en que juegues de otra forma
Tras su exitosa Wii y, sobre todo, después del desafortunado ciclo de vida de la Wii U, muchos seguramente llegaron a pensar que Nintendo iba a darse por vencida en su cabezonería por hacer las cosas de otra forma para convertirse en una compañía algo más convencional. Nada más lejos de la realidad: la Nintendo Switch es un puñetazo en la mesa, la mayor declaración de intenciones de una empresa que hace años se empeñó en que los jugadores cambiaran la forma tradicional de jugar -sentados frente al televisor y con un mando estándar en las manos- por otra distinta. Y aquí Nintendo se lo está jugando todo con su nueva consola.
La Nintendo Switch se puede entender de muchas formas, y precisamente una de ellas supone un retorno a las raíces de la Wii. Con un Joy-Con en cada mano, y con un juego sencillo y dirigido a todo tipo de públicos, la nueva consola doméstica de Nintendo -así la definen ellos, aunque se pueda jugar con ella en cualquier sitio- retoma el gusto de aquella máquina con la que apostó por abandonar el mando tradicional como principal sistema de control en favor del juego en compañía basado en movimientos.
Ya no se trata de jugar uno al lado del otro en el sofá (o de pie) situados delante del televisor, sino de jugar cara a cara, un jugador frente a otro, sin mirar la pantalla
En el evento donde pude probar la consola había varios juegos que ejemplificaban esto a la perfección, siendo ‘1-2-Switch’ el caso más claro. Uno de sus minijuegos consistía en intentar adivinar cuántas canicas había dentro de una caja de madera. Esa caja imaginaria es el Joy-Con. Y las canicas que lleva en su interior, igualmente imaginarias, existen como por arte de magia gracias a la llamada vibración HD. Con el mando en la mano, basta con inclinarlo de un lado a otro para notar como esas canicas se mueven y chocan con los extremos de la caja.
Otro de sus minijuegos consiste en dar con la combinación de una caja fuerte y abrirla sin mirar la pantalla, únicamente con los sutiles cambios en la intensidad de la vibración del Joy-Con al hacerlo girar en nuestra mano. Y en ambos casos, tanto en este como en el de la caja con las canicas, así como en el resto de minijuegos de ‘1-2-Switch’ (hay uno de ordeñar vacas que es tan loco como suena), lo que busca Nintendo es acercar todavía más a las personas: ya no se trata de jugar uno al lado del otro en el sofá (o de pie) situados delante del televisor, sino que se juegan cara a cara, un jugador frente a otro, sin mirar la pantalla.
Se podría decir que es una nueva evolución del juego en compañía, un intento por parte de Nintendo de conseguir que las personas conectemos de una forma distinta, mucho más intensa e íntima, durante las sesiones de juego. Y esto, en mi opinión, tiene mucho valor más allá de la propia calidad técnica de los títulos: es una apuesta por dejar de lado la soledad que ofrecen la mayoría de los juegos actuales, en los que nos encontramos al jugador delante de la pantalla y poco más, y volver a la diversión en grupo, casi como si de un juego de tablero se tratase.
En una línea similar nos encontramos con ‘Arms’, un juego que podría describirse como una vuelta de tuerca loca al clásico juego de boxeo. En este caso ambos jugadores llevan un Joy-Con en cada mano y juegan situados uno al lado del otro mirando hacia el televisor (va a pantalla partida). El personaje controlado aparece de espaldas y basta con mover nuestros brazos simulando puñetazos para ver cómo esos movimientos se trasladan a la pantalla.
Lo cierto es que estuve un buen rato jugando con ‘Arms’ y, a falta de dedicarle horas para poder hacer un análisis completo (de entrada parece que lleva muy poco contenido, solamente cinco personajes y pocas armas), sí tengo algunas conclusiones: la precisión de los Joy-Con es espectacular y, además, en pocos minutos se hace uno con el control (golpear, esquivar, bloquear, realizar movimientos especiales…). Otra cosa distinta es llegar a dominarlo a la perfección, puesto que el juego requiere ciertas dosis de coordinación y reflejos, pero la diversión está asegurada desde el primer minuto y para cualquier tipo de público.
El jugador que busque otro tipo de experiencias más tradicionales las encontrará
También me quedó claro que los Joy-Con son pequeños y muy ligeros, lo cual los hace ideales para este tipo de juegos basados en movimientos. Los botones y los sticks están situados de tal forma que funcionan perfectamente cuando se usan de un modo más tradicional, tanto si están acoplados a la Switch como si no, o cogiéndolos en vertical para los juegos por movimientos. Buen diseño.
Toda esta capa de juego social es la que devuelve a Nintendo a la época de la Wii. Pero la Switch ofrece mucho más.
El jugador que busque otro tipo de experiencias también las encontrará. Basta mencionar el impresionante ‘The Legend of Zelda: Breath of the Wild’ para saber de qué estamos hablando. También hay otros títulos como el ‘Super Mario Kart 8 Deluxe’ o el ‘Splatoon 2’ que ofrecen experiencias de juego más tradicionales. Todos ellos, por lo que pude comprobar con mis propios ojos, lucen de maravilla tanto al conectar la consola al televisor como al usar la propia pantalla de la Switch, la cual ofrece una resolución máxima de 720p en sus 6,2 pulgadas de tamaño.
Juega en casa como quieras. O llévate la consola contigo
Con la Switch podemos jugar de diversas formas, como he ido comentando a lo largo del texto, pero hay distintas variantes gracias a las posibilidades que ofrece el hecho de poder coger la consola y llevarla a cualquier lado. El modo TV es el tradicional, con la consola descansando en el dock que va conectado al televisor, pero también se puede usar en modo tabletop. Basta con sacar la Switch del dock y colocarla en una mesa gracias al soporte trasero que incluye, por ejemplo, para dejar el televisor libre y usar su propia pantalla para jugar con los mandos desacoplados. Y he de decir que la experiencia es muy buena, incluso si decidimos jugar a pantalla partida usando un Joy-Con nosotros y dándole el otro a otra persona (la pantalla ofrece colores nítidos y un buen ángulo de visión). Lo mejor es que no sólo podemos usar este modo para dejar libre el televisor, sino para jugar así en cualquier sitio dentro o fuera de casa.
Cabe recordar que, además de la posibilidad de acoplar los Joy-Con a un grip para que formen una especie de mando tradicional, Nintendo también pondrá en circulación el nuevo Nintendo Switch Pro Controller. Lamentablemente no pude probarlo, sólo ver cómo era, por lo que no puedo hablar directamente sobre su comodidad y calidad.
Además de esto, pude probar la consola en modo portátil. Es decir, con los Joy-Con acoplados a los lados y usando la pantalla de la Switch. Estuve jugando así al ‘Splatoon 2’ y lo cierto es que me resultó muy cómoda, a pesar de llevar algo de peso extra (muy poco) debido a la pieza de seguridad que la mantenía unida a un soporte. De nuevo, el excelente diseño de los Joy-Con hace que todos los botones y sticks, los cuales responden a la perfección y tienen un tacto muy agradable, sean cómodos de usar. En un minuto estaba repartiendo pintura a diestro y siniestro en ‘Splatoon 2’ como si llevara años jugando con la Switch.
De todas las posibilidades que ofrece la nueva consola de Nintendo, hubo al menos dos que no pude experimentar en el evento. Una de ellas es el momento en el que sacas la Switch del dock y la partida pasa del televisor a la pantalla de la consola para usarla en modo tabletop o portátil. Me hubiera gustado ver si la transición es instantánea o hay algún tiempo de espera.
Por otro lado, ninguna de las consolas disponibles allí permitía acoplar o desacoplar los Joy-Con. Las únicas posibilidades que nos ofreció Nintendo en este sentido durante el evento fueron jugar con los mandos ya desacoplados previamente, como en el caso del ‘Arms’, o bien con la consola en modo portátil, con lo cual los Joy-Con estaban acoplados y con un sistema que impedía sacarlos. Una lástima.
Ah, sí, y nada de ver el menú de la consola...
La opinión de VidaExtra
Todavía es pronto para emitir un veredicto final sobre la Nintendo Switch, lógicamente, pero tras unas horas con la consola en mis manos la sensación ha sido muy positiva. Si los 329 euros que cuesta en nuestro país es mucho o no está por ver. En mi opinión, después de haberla probado y a falta de poder establecer comparativas técnicas con otros productos similares (por ahora se desconoce qué lleva exactamente la Switch en su interior), creo que no es demasiado alto. Reconozco que puede parecer un producto caro si miramos el precio de las otras consolas que hay en el mercado, sobre todo teniendo en cuenta que a nivel de potencia no va a competir con Xbox y PlayStation, pero tras haberla probado con mis propias manos ya no me parece un precio tan elevado. Ofrece algo a lo que ninguna otra consola actual se acerca ni de lejos.
La calidad que ha conseguido Nintendo en la pantalla y el logro técnico tanto si hablamos de los Joy-Con como de la experiencia global que ofrece la consola se palpan desde el primer minuto. La sensación con la Switch es la de estar ante un producto totalmente novedoso, potente y con la posibilidad de llegar a cualquier tipo de público. Si acaba calando o no ya es otra historia, y ahí Nintendo tiene una buena batalla que librar. En todo caso, si ya me gustó el concepto cuando se dio a conocer hace unos meses, el producto final me ha parecido una verdadera virguería.
El principal problema que veo ahora mismo es el escasísimo catálogo de lanzamiento. Nintendo lo está apostando todo al nuevo Zelda, y de hecho en el evento donde estuve probando la consola se armaban colas de al menos 45 minutos para poder jugarlo, pero no sé muy bien qué va a suceder. No sé si Zelda será capaz de llevar las ventas de lanzamiento hasta el punto deseado. También está la baza del público de la Wii, que como decía antes tiene en la Switch una nueva consola familiar con juegos todavía más locos tras haber pasado de largo con la Wii U. Tampoco me queda claro si los poseedores de una 3DS ven la Switch como la sustituta ideal para su portátil, para mí son dos productos muy distintos. En definitiva, muchas dudas aquí sobre qué público va a ir a por la consola en lanzamiento a 329 euros.
Para ir acabando, en líneas generales puedo decir que la Switch me ha gustado mucho. He confirmado las sensaciones que tenía antes de probarla y, aunque quedan todavía muchas cosas por conocer y probar, es innegable que Nintendo tiene un excelente producto entre manos. Muy versátil, novedoso y con una clara vocación por ser el nuevo juego de tablero, ese alrededor del que a uno le gusta pasar tiempo con amigos y familiares, sin dejar de lado en absoluto al jugador tradicional. Recordad, la Nintendo Switch llega el próximo 3 de marzo de 2017.
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