The Legend of Zelda: Breath of the Wild es un juego redondo. Una obra maestra. Una aventura sin fin con una presentación exquisita. Quizás por todo lo anterior, lo último que nos esperábamos es que Nintendo se atreviera a hacer una secuela en lugar de -como es tradición- deconstruir y reimaginar desde cero la saga de cara a una nueva entrega. Sin embargo, el desafío de Eiiji Aonuma de superarse a sí mismo la hace más interesante.
Si bien Breath of the Wild fue el embajador definitivo de Nintendo Switch (y su éxito), la prometida continuación de la historia será la respuesta de la Gran N a la próxima generación de consolas de Microsoft y Sony, reforzando ese mensaje de los juegos por encima del hardware que tan bien ha funcionado desde los tiempos de la Game Boy. Ahora bien, lo más interesante de todo es ver qué ideas baraja Nintendo para subir el listón.
¿Ideas desechadas o creadas para la ocasión? El propio Aonuma nos dijo que el enfoque de esta secuela de Zelda: Breath of the Wild sería diferente. Lo cual no implica, por cierto, que se vaya a seguir la línea de Majora’s Mask con el icónico Zelda: Ocarina of Time. Y mucho menos que estaremos ante el mismo juego con una nueva capa de chapa y pintura.
Breath of the Wild fue un Zelda en el que rompimos las convenciones y sorprendimos. De ahora en adelante, quiero hacer lo mismo siempre, seguir exigiéndome a mí mismo para sorprender.
Cuando hicimos Majora's Mask, queríamos recuperar a los personajes de Ocarina of Time en una nueva historia. Con Breath of the Wild queremos hacer otra cosa, así que probablemente esta secuela se sienta diferente. Pero no puedo entrar en los detalles que la hacen diferente.
De hecho, Aonuma ya deja caer que habrá cambios en la manera de abordar la experiencia.
Probablemente tenga que cambiar [la narrativa], porque si no sería simplemente el mismo juego.
Pero, ¿por qué no empezar desde cero? El propio Aonuma ya comentó su enorme interés en volver a visitar la Hyrule de Breath of the Wild. A lo que hay que sumar que, durante el desarrollo de los DLCs, fueron surgiendo infinidad de ideas que deseaban integrar, resultando en conjunto una experiencia que merecía ser tratada como un juego nuevo en lugar de añadir nueva información a la ya existente.
Inicialmente pensamos en ideas como DLC, pero de repente tuvimos una gran cantidad de ideas y fue cuando dijimos "son demasiadas ideas, hagamos un juego nuevo y comencemos desde cero.
Por ello, y aprovechando ese contexto, en VidaExtra nos hemos propuesto poner sobre la mesa ideas, experiencias y conceptos la mar de razonables que recibiremos con los brazos abiertos de cara a la secuela.
El regreso de las Mazmorras clásicas
No tenemos nada en contra de los desafíos de los santuarios. Al contrario, fueron un verdadero soplo de aire fresco y, una vez superada la Meseta de los Albores, ayudaron a que Breath of the Wild se pudiera abordar sin tener que trazar un orden fijado o la obligación de superar determinados desafíos. De hecho, las cuatro bestias sagradas en cierto modo cumplían ese rol. Ahora bien, la secuela sería la ocasión perfecta para reimaginarlos.
Por mazmorras nos referimos a imponentes fortalezas, algunas enterradas en grutas oscuras y otras presidiendo montañas desde lo más alto. Complejos laberintos colmados de desafíos y puzles, con un poderoso enemigo que nos espere al final y una valiosa recompensa que consiga que todo el esfuerzo haya merecido la pena.
Pero, sobre todo, llevar la sensación de variedad y aventura que irradia la superficie de Hyrule a sus entrañas, haciendo especial el hecho de encontrar y posicionarnos frente a una mazmorra como en entregas anteriores y multiplicar esa sensación una vez superada. A fin de cuentas, es parte de la esencia zeldera.
Un sistema de combate más variado a través de la inclusión de nuevos (y viejos) enemigos
Libro en mano y descartando las variaciones de color y jefes finales, el bestiario oficial de The Legend of Zelda: Breath of the Wild incluye 15 tipos de enemigos. Desde los molestos Chuchus hasta los imponentes Centaleones. Siendo precisos, hemos tenido en cuenta para el recuento seres tan excepcionales como los Moldora que dominan los desiertos y los Petraroks.
El contraste entre criaturas no es un problema, desde luego, aunque Aonuma tiene la oportunidad de aumentar generosamente esa cifra y, de paso, reinventar el sistema de combate de Link para la ocasión a través de nuevas armas, equipación, movimientos o habilidades. ¿Una Espada Maestra más poderosa? ¿Combates aéreos o bajo el agua? ¡Sí a todo!
No se trata de hacer armas indestructibles, ya que en parte eso nos invita a adaptarnos a cada enemigo y estudiar nuestra predisposición a la hora de enfrentarnos, sino de aprovechar los cabos sueltos de los Guardianes para ahondar en la tecnología que usan de nuevas maneras y, de paso, reincorporar enemigos clásicos de la serie Zelda o inventar nuevos para la ocasión.
Un editor de santuarios y la opción de compartir nuestras creaciones
Como comentamos más arriba, los santuarios fueron un acierto total en Breath of the Wild. Una barbaridad de puzles que pondrán a prueba nuestro dominio de la prueba Sheika, nuestra destreza y nuestro ingenio. Todo a la vez. Y pese a que estamos más que predispuestos a recibir más santuarios, la comunidad de Switch también está preparada para crear los suyos.
Siguiendo la premisa del editor de mazmorras de Link’s Awakening, Dampé podría hacer una aparición estelar en la secuela de Breath of the Wild permitiéndonos diseñar nuestros propios santuarios con elementos que vayamos desbloqueando durante la aventura. No es necesario que sea un Zelda Maker sino, más bien, un sistema de creación de puzzles. Pero -puestos a soñar- eso solo sería la mitad de la experiencia.
Siguiendo la estela del remake de Link’s Awakening, lo verdaderamente interesante no sería únicamente crear santuarios desafiantes, sino poder compartirlos con otros jugadores. A ser posible, a través de un sistema online en favor del escaneo de Amiibos. Una inclusión que podría ser la verdadera caja de Pandora de la experiencia.
Jugar con la princesa Zelda. O mejor: junto con Link
Puede que no tenga la Espada Maestra o el escudo de Hyrule, pero la princesa Zelda no es precisamente una damisela en apuros: quitando su (deplorable) participación en Zelda: The Wand of Gamelon y Zelda’s Adventure, la hemos visto batirse con enorme destreza en Hyrule Warriors, la serie Super Smash Bros. e incluso Cadence of Hyrule. Es hora de hacerla jugable en la serie principal que, por cierto, lleva su nombre.
Las opciones son muchas y variadas: desde darle a la princesa su propio set de armas y habilidades a hacerla blandir las mismas armas de Link con diferentes matices que le den un toque única, añadiendo más variedad al conjunto. Y, ¿por qué no? Darle su propia piedra Sheikah con nuevas posibilidades multiplicaría todavía más ese infinito pozo de entretenimiento que es el mapa de Hyrule.
¿Cómo coronar lo anterior? Dar la opción de compartir Joy Cons. O disfrutar de la aventura a través de dos consolas. Porque si perderse galopando por la Hyrule de Breath of The Wild en lugar de luchar contra el mal que asola la tierra ha sido el guilty pleasure de millones de jugadores, hacerlo en compañía es toda una genialidad. Una que, por cierto, promovería la venta de consolas extra.
Hablemos de las opciones online y cómo integrarlas
Es de suponer que, como mínimo, Nintendo dará la posibilidad de hacer una copia de seguridad de nuestras partidas en nube a través del servicio de suscripción de Nintendo Switch Online. Pero, ¿y si nos atrevemos a ir más allá?. Por lo pronto, y pese a que sospechamos que a la hora de abordar la secuela iremos con poco más que lo puesto, sería interesante que nuestros progresos y registros en Breath of the Wild queden plasmados en la nueva aventura.
Sin embargo, queremos ser todavía más ambiciosos de cara a la integración de las opciones online. Partiendo de lo que ya hemos puesto sobre la mesa sobre estas líneas, la posibilidad de compartir vía internet santuarios creados por nosotros mismos o disfrutar de la aventura con Zelda y Link en multijugador online suponen enormes alicientes al conjunto. Poderosos reclamos a la hora de hacerse con la secuela.
Lo cual no quita que también se puedan incluir experiencias nuevas. Modos supervivencia entre varios jugadores; un modo que incluya mazmorras y desafíos creados para sacar partido a las ideas de Tri Force Heroes e incluso una suerte de modo competitivo o Vs. Online que saque partido a las habilidades de Link en entornos tridimensionales. Puestos a imaginar, incluso se podría añadir un sistema de desafíos diarios con interesantes recompensas.
Va siendo hora de reconstruir Hyrule. ¡Hagámoslo al gusto!
La magnitud del mapa de Breath of the Wild es impresionante, y si bien la manera magistral en la que se ha plasmado la naturaleza en el juego es una de las claves de su grandeza, la secuela deja la puerta abierta a una nueva era para los habitantes de Hyrule y su historia.
La expansión de los reinos hylianos, zoras, gorons, rito y gerudo se vio muy limitada debido al imponente dominio de las bestias y criaturas corrompidas por el mal que azota Hyrule, reduciendo al mínimo las zonas habitadas. Por no hablar, claro, del clan Yiga. Será interesante ver cómo la derrota de la Bestia de las Tinieblas ha transformado el mundo.
Ahora bien, que sea una secuela directa también abre una puerta interesante: Nintendo tiene la oportunidad de hacer que cada mapa de cada jugador sea único, permitiéndonos contribuir de manera directa a la expansión del juego. Es decir, promover que se construyan aldeas, pueblos y ciudades que vayan ganando identidad según nuestras aventuras y el lugar que escojamos para emplazarlos.
Puede ser un sistema de expansión más o menos automático, como el de Red Dead Redemption 2, guiado por los actos del jugador como en Fable, e incluso un editor de Reinos diseñado, a ser posible, con algo más acierto e inspiración que el de Ni No Kuni 2.
Sobre transformaciones, motocicletas, ocarinas y pelícaros
Aonuma desea revisitar la Hyrule de Breath of the Wild y nosotros estamos deseando redescubrirla. De eso no cabe duda. Y, hay métodos realmente prometedores que hemos visto en entregas pasadas para que tener que recorrer una vez más el mapa al que le hemos dedicado cientos (o miles) de horas sea mucho más interesante.
- De partida, poder contar con la Moto Hyliana Alfa de La Balada de los Elegidos en algún punto del juego sería una opción muy interesante. Incluso, aprovechar la tecnología Sheikah para crear nuevos y fascinantes vehículos. Por ejemplo, una especie de Tumbler zeldero.
- También podemos ir en la dirección de Twilight Princess y ver cómo Link se transforma de nuevo en lobo o alguna poderosa bestia, añadiendo interesantes habilidades al conjunto y un extra de variedad a la experiencia.
- Por supuesto, hay maneras más sutiles y prometedoras de incluir recursos con los que redescubrir o desplazarnos por Hyrule. Algunos de ellos incluso los podríamos guardar en el inventario como el clásico gancho extensible, máscaras y, cómo no, una ocarina capaz de multiplicar las infinitas posibilidades de la naturaleza y el propio tiempo.
- Finalmente, estamos deseando expandir las sugerentes fronteras del mapa original. Sobre todo a través de embarcaciones y un sistema de navegación como en Wind Waker o a lomos de los fascinantes pelícaros de Skyward Sword.
El mundo de Breath of the Wild no es pequeño, ni mucho menos, pero queremos que el de la secuela sea todavía mayor y más variado. Sobre todo, teniendo en cuenta lo alto que está el listón y, por extensión, las expectativas. ¿Qué mejor que recuperar a nuestros emplumados amigos para alcanzarlas?
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