Seguimos retrocediendo años en esta retrospectiva llena de nostalgia por un tubo, siendo la parada de hoy 1985, otro gran año para los videojuegos. No, por mucho que viajemos al pasado, la calidad de estos clásicos no se resiente tanto como cabría esperar, al menos por el legado que han dejado.
Calidad aparte, 1985 fue un año lleno de contrastes por toda esa amalgama de sistemas y de gráficos dispares, con unos que han quedado obsoletos y otros que no desentonarían del todo con lo que se ve en la actualidad.
Yie Ar Kung-Fu
Hoy por hoy este clásico de Konami ha sido ampliamente superado, pero si por algo se recuerda a Yie Ar Kung-Fu es por el hecho de ser uno de los pioneros de los juegos de lucha, junto con aquel Karate Champ de 1984, obra de Technos Japan. Lo curioso es que pese a su nombre, no se trataba una única arte marcial (kung-fu), sino que había casi una docena. Gozó de una secuela al año siguiente, pero se acabaría eclipsando por completo por ese Street Fighter que empezó a despuntar en 1987. Actualmente, todavía sigue disponible el Yie Ar Kung-Fu original para Xbox Live Arcade por 4,79 euros, con un pequeño lavado de cara de por medio y la estética clásica.
Paperboy
Hay pocas cosas más ochenteras que el juego del "repartidor de periódicos en bicicleta". Paperboy fue uno de los productos más frescos y a la vez olvidados de la Atari de mediados de los ochenta. Porque esa mecánica tan americana de lanzar el periódico a los vecinos, hasta el punto de romper los cristales de las ventanas, no tuvo apenas continuidad, salvo por una fallida secuela en 1991. Y porque tampoco fue un estilo de juego replicado, lo que ha hecho que con el paso del tiempo se haya convertido en juego de culto.
Gradius
Todo un pelotazo por parte de Konami para los fans de los matamarcianos. Gradius, o Nemesis en el resto del mundo (pese a que finalmente, con el paso del tiempo, se acabó asentando el nombre original nipón para referirse a la saga), destacó por la forma en la que mejorábamos la nave (Vic Viper), premiando la paciencia para desbloquear las barras que requerían más power-ups para su activación (la de velocidad era la primera). A esto había que sumarle que sus jefes tenían un punto débil en su parte central, como si la Estrella de la Muerte de Star Wars se tratase. Su culminación hasta la fecha, salvando esa reinterpretación para WiiWare (Gradius ReBirth), vino a cargo del magnánimo estudio Treasure, con el inolvidable Gradius V de PS2.
Abu Simbel Profanation
Sabes que un videojuego tiene que ser difícil si cierta revista de la época (MicroHobby) organizó un concurso en su momento en el que se premiaba con 50.000 pesetas al que se lo pasase y descubriese su secreto. Abu Simbel Profanation culminó una trilogía iniciada por Dinamic Software con los Saimazoom y Babaliba de 1984, siendo, a todas luces, el gran éxito de ese estudio madrileño emergente por aquel entonces. Era un juego que requería mucha paciencia y habilidad con ese Johny Jones completamente maldito.
Commando
Los shooters con scroll vertical fueron muy populares en aquella época por culpa de Capcom y su Commando, un juego de ambientación militar que, por casualidades de la vida, salió el mismo año que la película homónima de Arnold Schwarzenegger. Equipado con un subfusil y unas pocas granadas, Super Joe, el soldado de este arcade, tenía que hacer frente a un montón de enemigos disparando en ocho direcciones. Todo era disparar sin hacer preguntas, salvo a la hora de rescatar a unos pocos prisioneros de guerra.
Gun.Smoke
Casi a finales de 1985, Capcom repetiría la fórmula de Commando, pero bajo una ambientación del Salvaje Oeste. Así nacería Gun.Smoke, a la postre el precursor de Red Dead Revolver, lo que acabaría derivando hacia el género sandbox con Red Dead Redemption. Menudo cambio, ¿eh? Pese a todo, el original de la compañía de Osaka variaría el control respecto al otro clásico de 1985 al limitar los disparos a tres únicas direcciones. A esto había que sumarle el cambio de escenario y elementos, como subirse a un caballo.
The Oregon Trail
Seguro que has leído muchas veces lo de "fulanito de tal tiene disentería" en forma de meme para recordar el histórico The Oregon Trail de MECC (Minnesota Educational Computing Consortium), un juego que intentó reflejar la vida y dificultades del siglo XIX. El clásico de 1985 supuso una mejora radical sobre aquel prototipo en formato texto de 1971, pese a que en la actualidad nos parezca extremadamente primigenio el de la década de los 80. Sobra decir que la saga fue un éxito y sus ventas fueron millonarias.
Time Gal
Echando un vistazo al pasado, está claro que 1985 fue un año de contrastes, porque también salieron juegos adelantados a su tiempo, como aquel Time Gal de Taito Corporation. Un título que siguió el patrón del mítico Dragon's Lair de 1983, a modo de película interactiva en FMV. Su gran atractivo, aparte de esa estética anime, fueron los viajes en el tiempo (desde la etapa de los dinosaurios hasta el futuro) de su protagonista. Quién nos iba a decir, eso sí, que en pleno siglo XXI se llevaría tanto lo de los Quick-Time Events...
Hang-On
Junto con Space Harrier, lanzado a finales de año, Hang-On fue el primer juego de SEGA con tecnología Super Scaler para simular un efecto 3D en sus escenarios. Obra del maestro Yu Suzuki, fue el pistoletazo de salida para una época gloriosa para SEGA en cuanto a velocidad se refiere. Por supuesto, gozó de una secuela (Super Hang-On) que acabó disfrutando de un mejor tratamiento a nivel visual en Nintendo 3DS. Todo un referente en motos.
Duck Hunt
Sí, el maldito juego de la pistolita en la NES. La del puñetero perro que se reía de nuestros fallos. Duck Hunt fue la excusa para el accesorio Zapper, una pistola de lo más primitiva con la que teníamos que disparar a la pantalla para abatir a los pájaros. Y claro, si fallábamos y se acababan las balas, salía el perrito para mofarse de nosotros. A mediados de 2017 recibió un homenaje especial en Realidad Virtual bajo el nombre de Duck Season.
Ghosts 'n Goblins
El inicio de la saga Makaimura (su nombre de origen en Japón) de Capcom y de la leyenda de la figura de Sir Arthur, el soldado que lleva gayumbos de corazones. Ghosts 'n Goblins es el paradigma de los juegos difíciles, un arcade de lo más exigente y disfrutable que nos instaba a completarlo dos veces para presenciar su verdadero final. Bajo una ambientación de fantasía con monstruos de toda índole, de esta saga han surgido otras figuras de renombre, como la de Firebrand, con ese inolvidable Demon's Crest de SNES. ¿Y qué decir de su paso a las 3D con aquellos Maximo de la PS2 de Sony? Una lástima que tras el Ultimate Ghosts 'n Goblins de PSP del año 2006 (sin contar los Gold Knights para iOS, hasta 2010), no haya ninguno más.
Gauntlet
Uno de los clásicos por excelencia de Atari y de los indispensables de por aquel entonces en toda reunión entre colegas alrededor de su recreativa. Gauntlet fue precursor, a su vez, de los hack & slash roleros que tuvieron su boom en los noventa, arropados por ese concepto de sus mazmorras y una cantidad desproporcionada de enemigos en pantalla. Tras una secuela que pecó de continuista en 1986, la saga pegaría un bajonazo importante en la década de los noventa con un par de entregas más. Su último intento por revitalizar su nombre llegaría en 2014 bajo el homónimo Gauntlet, a cargo de Arrowhead Game Studio, equipo responsable del hilarante Magicka.
Green Beret
Rush'n Attack, conocido en Europa como Green Beret, fue en cierto modo la antesala de la saga Contra que debutaría un par de años más tarde. De ritmo menos frenético, sin que por ello fuese un paseo, Konami creó el típico juego de acción de scroll lateral con temática bélica que se acabó haciendo un hueco en sistemas domésticos, hasta el punto de recibir una inesperada secuela 26 años más tarde en PS3 y Xbox 360 (Rush'n Attack: Ex-Patriot). Eso sí, no estuvo a la altura y fue un completo desastre a nivel de crítica.
Alien 8
Al igual que Knight Lore (1984), Alien 8 es una de las grandes obras del motor Filmation a cargo de los hermanos Stamper (fundadores del estudio Ultimate Play the Game; desde 1985 pasaría a llamarse RARE). Un juego con perspectiva isométrica en el que controlábamos a un robot (no estaba relacionado con los xenomorfos de Ridley Scott) que tenía que asegurarse de que la criogenización de los pasajeros de la nave no tuviese ningún altercado. En pleno 2008 nos sorprendía su remake gratuito con otro motor.
Saboteur!
Antes de que SEGA o Tecmo, entre tantísimos otros estudios, explotasen la imagen de los ninja en un videojuego, Clive Townsend abriría la veda con ese pelotazo en 8-bits llamado Saboteur!, una aventura que mezcló sigilo y acción con excelente resultado, como demostraron todos esos sobresalientes que acaparó en los medios especializados de la época. No extraña que a finales de 2018 se reeditase ampliado y mejorado para Steam por 6,59 euros.
Twinbee
De Twinbee dijimos no hace mucho que fue un cute 'em up con el dio la campanada Konami, porque fue un matamarcianos de lo más original con esa estética tan colorida y todo lo relacionado con las campanas, a modo de power-ups, que reaccionaban a nuestros disparos. Si nos mataban, eso sí, estábamos vendidos, de ahí que fuese esencial intentar que no nos diesen. La saga cobraría más relevancia en posteriores entregas, sobre todo en su etapa de los noventa. Ya con el nuevo milenio se fue apagando en Japón.
Super Mario Bros.
¿Qué decir del juego de plataformas más importante e influyente de la historia? Super Mario Bros. no solamente fue un emblema de la NES, sino que se convirtió en el principal referente a la hora de diseñar un juego de estas características. Una jugabilidad a prueba de bombas, una banda sonora inolvidable y secretos que ya son leyenda del imaginario de Mario.
Hubo más juegos en 1985, por supuesto. Pero ahora es vuestro turno. Así que contadnos qué otros juegos os marcaron o creéis que deberían recordarse.
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