Existen decenas de miles de videojuegos diferentes que se han ido publicando en todas las plataformas que se han ido fabricando, pero no todos pueden presumir de ser históricos y conocidos a nivel mundial. Por ejemplo, con solo decir el nombre de Tetris ya sabes de qué título se trata y su objetivo. De hecho, actualmente, su versión para móviles ha convertido a este juego de puzles en uno de los más vendidos del mundo.
No obstante, en esta ocasión toca hablar de otra de las versiones más populares de todos los tiempos, como fue la que acompañó a Game Boy durante su lanzamiento. El motivo se debe a que esta logró entrar en el Libro Guinness de los Récords en 1993 y todo fue gracias al astronauta ruso Aleksandr A. Serebrov y a la afición que tenía por este gran clásico de la portátil de Nintendo.
Consciente de que iba a tener que pasar demasiado tiempo fuera por este viaje alrededor del planeta, tuvo la idea de llevarse algo que le pudiese mantener entretenido durante su tiempo libre. Así pues, pensó que su Game Boy y una copia de Tetris sería suficiente para pasar ratos muy divertidos durante los 196 días que duró esta misión espacial en la que se había embarcado.
Lo que él no sabía en aquel momento es que este simple hecho le haría pasar a la historia a él mismo y al legendario Tetris, porque al instante se convirtió en el primer videojuego que se jugó en el espacio, como se puede ver en este registro oficial. Eso sí, es de esperar que también fuera cargado con un buen paquete de pilas, porque no le quedaría más remedio para jugar durante más de medio año a la Game Boy.
Aun así, la historia de esta consola portátil y el juego de Tetris no acabó ahí. Un par de años antes del fallecimiento de Aleksandr A. Serebrov, los dos productos acabaron formando parte de una subasta en 2011, como indica un listado de Bonhams, acompañados por una nota del propio astronauta:
Como todos los cosmonautas, amo el deporte. Mis favoritos en particular son el fútbol y la natación. Durante el vuelo, en los raros minutos de ocio, disfrutaba jugando a la Game Boy.
El conjunto entero se llegó a vender por todo un pastizal. Exactamente fueron 1.220 dólares (unos 1140 euros) por hacerse con este pack que le permitió a su nuevo poseedor poder decir que tenía entre sus manos una consola y un videojuego que habían estado en el espacio.
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