Dentro de las compañías de juegos más legendarias tenemos a Taito Corporation con un legado intachable en sus inicios. Simplemente con mencionar Space Invaders, Bubble Bobble o Arkanoid ya debería quedar clara su influencia en la industria, sin olvidar otra saga revolucionaria como fue Qix. De los clásicos más imitados dentro de las recreativas, principalmente a la hora de desnudar a chicas.
Qix nunca se vio salpicado por esa polémica sexista, obviamente, al basar su mecánica simplemente en descubrir la mayor parte del fondo de la pantalla usando un puntero. Todo era pulcro, sin estridencias. No había ninguna distracción, salvo los peligros del escenario, que podían dar al traste con las figuras geométricas. Una leyenda de la que acabo de descubrir algo nuevo.
Y es que gracias al tweet de The Ultimate Mario Fan acabo de sorprenderme al comprobar que en la versión para Game Boy de Qix había un final en el que Mario se disfrazaba de torero a la vez que veía en primer plano a bailaoras de flamenco.
Mario mexicano, africano, chino, indio, inglés...
No fue el único final secreto que tiró de tópicos, teniendo en el caso de México a un Mario vestido con la típica vestimenta tradicional en medio de un desierto. Ya en la actualidad lo vimos en toda su gloria dentro de uno de los trajes del Super Mario Odyssey de Nintendo Switch, por cierto. Pero en el Qix de GB fue primero.
Otras transformaciones/apariciones fueron dentro del Reino Unido como guardia real y con el icónico Big Ben de fondo, o ya con la muralla china de fondo. Incluso Mario como si fuese nativo africano cazando un elefante o ya como encantador de serpientes con el precioso Taj Mahal indio de fondo. ¡Mario no tiene límites!
Teniendo ahora esto presente, queda claro que esta tardía conversión a Game Boy de 1990 (el original de recreativas debutó en 1981) se convierte automáticamente en la mejor por ver a Mario en múltiples tesituras, por mucho que fuese la peor versión a nivel gráfico. Al fin y al cabo esto poco importó igualmente en Tetris.
No fue, de todas formas, la única aparición de un personaje de la famosa saga de Nintendo dentro de este clásico revolucionario de Taito, al aparecer en la escena de créditos con mayor puntuación (sobrepasando la barrera de 500.000 puntos) al fontanero bigotudo celebrando la victoria acompañado de Luigi y Peach en el castillo del Reino Champiñón. Cada hito del marcador desbloqueaba, de hecho, uno de los finales secretos, siendo el más fácil de ver el de Mario disfrazado de mexicano al pedir como mínimo 50.000 puntos. Sin embargo, nada de esto lo replicó la posterior versión de NES en 1991. Ergo, la de Game Boy es mejor.
Por otro lado, mención aparte al anuncio nipón para la época. Sin palabras.
Más de una década sin Qix (sin contar sus clones)
No deja de ser una pena que un juego tan original como Qix en 1981 apenas haya tenido continuidad de modo oficial. Con una primera secuela que apenas aportó nada de interés en 1982, su primer salto visual se hizo de rogar hasta Super Qix.
Corría el año 1987 y hasta ese entonces ya había casi una decena de clones de la obra de Taito, aunque su verdadero boom no se produciría hasta la llegada de Gals Panic en 1990, el clon más famoso de Qix en salones recreativos. ¿El reclamo? Mujeres en paños menores cuya imagen se desbloqueaba al limpiar la pantalla, unido a una mala baba con su dificultad, penalizando seriamente los errores.
Que Qix sea uno de los juegos más copiados no extraña, especialmente tras lo que supuso el arcade de Kaneko dirigido al público adulto, creando tras de sí otra hilera de clones picantes que, pese a mantener la mecánica del Qix original, se alejaban ostensiblemente de su estilo apostando por el negocio del sexo fácil.
Por suerte, Taito no abandonó su licencia, pese a la cancelación de Twin Qix en 1995. Y es que en pleno 2000 nos sorprendía un giro radical por medio de Qix Adventure para Game Boy Color. Sí, una aventura donde nos movíamos por un mapa entablando conversaciones y duelos con los seres de su isla. Sobre esto último su presentación parecía copiada vilmente de los primeros Pokémon...
Qix Neo, ya para PlayStation en 2001, volvió a la fórmula tradicional, teniendo en Qix++ para Xbox Live Arcade en 2009 su última aparición oficial. Un juego que no supo entender la época en la que salió, dejando una estela bastante mejorable para los que esperaban una evolución de su fórmula tal y como lleva haciendo Bandai Namco con su icónico Pac-man con los CE, 256 y Mega Tunnel Battle.
Se agradece, al menos, que sea uno de los cientos de juegos retrocompatibles de Xbox, pero está claro que va siendo hora de una nueva puesta al día de Qix. Eso o tirar de juegos que sí han ido más allá, como el gran Patchwork Heroes de PSP.
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