Era el año 2013 y todavía duraba en mí el shock que supuso The Last of Us. El viaje de Joel y Ellie me conmocionó como pocos, pero no hubo tiempo para interiorizar lo sucedido, pues Rockstar sacudió los cimientos de la industria con uno de sus bombazos: GTA V aterrizaba en PS3 y Xbox 360. La generación daba sus últimos destellos ante la llegada de PS4 y Xbox One, pero la compañía de los hermanos Houser no quiso fallar a su cita de lanzar un último GTA.
Los Santos se abría en canal. Una gloriosa imitación de Los Angeles y sus alrededores, tres protagonistas inolvidables y la fórmula de siempre en las manos: diversión, destrucción y caos. La guinda del pastel fue cuando se dio el pistoletazo de salida a GTA Online el 1 de octubre de 2013. Jugar con amigos, recorrer las calles unidos y encontrarse situaciones de todo tipo.
Ahora, esa llama de diversión se ha apagado en unas consolas que se lanzaron al mercado en 2005 y 2006. GTA Online ya no está disponible en las dos consolas y, tras mucho tiempo sin hacer una visita, me he dado una última vuelta por Los Santos antes de decir adiós.
Han pasado 84 años
Vale, quizás no tanto, pero mi perfil en PS3 dice que la última vez que jugué fue en 2018 y recuerdo que fue en el modo campaña para sacarme unos trofeos. Lo cierto es que dejé de jugar desde el día en el que el resto de mis amigos sí que dieron el salto a PS4 y Xbox One para GTA Online. Había exprimido con rabia el multijugador y lo consideraba (considero) una etapa pasada de la que solo tengo buenos recuerdos.
El menú de carga recuerda con un mensaje que el 16 de diciembre todo se irá al limbo, a la nada. Heme aquí, usando a Michael en su casa y activando la rueda de personajes para volver a ver esa cara tan familiar que un día intenté que se pareciese a mí. Tras aceptar una nueva serie de políticas que no leo ni por asomo, allá voy.
Aparezco en mitad de la calle, junto a mi Dewbauchee JB 700, un precioso coche que imita al legendario Aston Martin de James Bond. Un maldito ojo de la cara me costó reunir el dinero suficiente, siempre in-game y jamás pagando ninguna de las Tarjeta Tiburón. La primera parada es el garaje que compré en La Mesa, Popular Street, cerca del escondite de Lester.
tigreblanc6287 decide que no le apetece que haga eso, así que me liquida sin hacer ninguna pregunta. La decisión es sencilla: huir como un cobarde que no quiere problemas. PAPY-DEMON-666 me destroza con un misil desde debajo de un puente, desde dentro de un puente. Ha usado el glitch que permite atravesar la pared de cemento y colocarte dentro de la estructura para ser invulnerable. Efectivamente, estoy en GTA Online.
El tiempo no ha hecho mella
Ya lo creo que he regresado. Las sensaciones son las mismas, aún cuando estoy besando el suelo con mi propia sangre alrededor. Las buenas costumbres no se han perdido, por lo que un jugador me invita a dar una vuelta en su más que tuneado coche. Y es que aquello era toda una moda, una tendencia a la que había que sumarse sí o sí.
¿Cuántas reuniones hubieron en Los Santos Customs del centro de la ciudad? ¿Cuántos coches salidos de Fast & Furious habéis visto atravesar las carreteras del juego? Lo que realmente te permitía fardar era que tu coche fuese rápido y que brillase más que el maldito sol con colores terroríficos, a poder ser que funcionase como una bombilla de noche. El cromado estuvo a la orden del día y Dios sabe que hubiese pasado hace ya ocho años si estuviese activado el ray tracing.
En una travesía sin sentido termino a las puertas de otro garaje inolvidable, el de Rockford Hills, South Mo Milton Drive. Era una forma de entrar al que se consideraba como mejor apartamento que podías tener en el juego y fue núcleo de una cantidad exagerada de experimentos. Navegabas cinco minutos por YouTube durante mediados de los 2010 y aquello era un festival de bugs, glitches y errores con los que forzar al juego a hacer lo que tu querías.
Esto sucedía a pesar del buen trabajo de Rockstar y del abandono de sus propios creadores. En 2015 dejaron de llegar las actualizaciones a las versiones de PS3 y Xbox 360 y en 2017 se produjo la última llamada para dar el salto a PS4, Xbox One y PC. Hice caso omiso de todo aquello, la naranja había sido totalmente exprimida tras años de contenido totalmente gratuito.
Pasar de que la mayor aventura posible en GTA Online fuese atracar un pequeño establecimiento a realizar atracos junto a tus amigos fue un salto mayúsculo. Con todo, al final el mantenimiento quedó aparcado por Rockstar y se ha notado en la última partida que me he echado. Ir a demasiada velocidad provoca que la carga del mapa no se realice adecuadamente, pudiendo ver a través de las texturas, que se produzca popping o que sencillamente no se vean adecuadamente.
Un caldo de cultivo perfecto para que los hackers comiencen a proliferar. No, no os voy a engañar, esos 85 millones de dólares de mi cuenta bancaria no los conseguí con el sudor de mi frente. Recuerdo que, allá por la anterior vez que jugué, alguien fue tan amable de hacerme reventar los bolsillos con billetes. Un par de coches se unieron a mi colección, pero ya no se lo podía enseñar a mis amigos.
En plena visita por el norte del mapa, soy teletransportado sin remedio a Del Perro Beach. Caigo desde una altura considerable, abro el paracaídas y todos los que estábamos allí explotamos cuales fuegos artificiales. GTA Online sigue siendo lo que era, incluso con esos jugadores capaces de cambiar de arma o ropa en un mismo instante.
Hasta luego, vaquero
Diantres, es posiblemente lo que más rabia me dé de todo esto. Le he cogido cariño a mis coches, a mis motos, a mis propiedades. Totalmente ridículo decir esto de unos objetos virtuales, lo sé, pero no puedo evitar en todo lo que he vivido con ellos, en lo bien que me lo he pasado. Han sido cientos de horas en GTA Online que han desaparecido de un plumazo, consiguiendo pasta, tirándome el tiempo que hiciese falta para que el Declasse Sabre Turbo quedase absolutamente niquelado.
Desde mi cuchitril en Spanish Avenue, Vinewood Oeste, hasta mi flamante pisazo en Del Perro, Marathon Avenue. Todos tuvieron su momento y han dado cobijo a juergas (dentro de lo que el mundo virtual permite). La Western Bagger, el Vapid Dominator, el BF Bifta, el Pegassi Zentorno, el Imponte Phoenix... todos y cada uno de ellos tienen una historia detrás. Recuerdo cómo los conseguí y por qué están en mi garaje.
No hay forma de que no me guste hacer el recorrido de la autopista que rodea GTA Online. Es un paseo que agradezco muchísimo e incluso lo hacía por placer. Cojo mi Western Daemon y me dirijo a mi pequeño palacete de verano en Dulouz Avenue, Paleto Bay. Las vistas siguen siendo impresionantes a pesar de que la resolución sea 720p. East Los FM, Los Santos Rock Radio o Non Stop Pop FM me acompañan con sus temas hasta el destino final, momento en el que se acabó el viaje para mí y para el modo multijugador en PS3 y Xbox 360.
No sé si Rockstar pudo haber hecho algo más para evitar la pérdida de progreso. ¿Hasta qué punto está obligada una empresa a dar soporte a sus videojuegos? ¿Podrían haber permitido usar tu personaje y propiedades de GTA Online en el modo offline? Ni siquiera estamos hablando de una obra que se nutra exclusivamente de sus funciones en línea, pero una vez más, hablamos de cómo se pierde todo aquello que hemos construido, incluso cuando no es tangible.
Pareciera que estoy refiriéndome a unos NFT, pero no puedo negarle ese cariño inherente a lo que tuve y ya no está. Jamás pensé que Rockstar seguiría engordando GTA Online durante tantos años y mucho menos podía pensar que llegaría hasta la generación de PS5 y Xbox Series. Sin embargo, aquí estamos, con una versión independiente en camino para el año que viene.
Imagen | Xtrafondos
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