Desde que mi regreso a GTA Online se ha hecho efectivo, podría decir que soy prácticamente un ciudadano más de Los Santos. Me he pateado cada una de las calles, podría ir con los ojos cerrados a prácticamente cualquier parte y me he gastado más dinero virtual del que conseguiré a lo largo de mi vida.
Es realmente difícil aburrirse en el título de Rockstar Games y en mis estadísticas se muestra que me he pasado cinco días y quince horas explorando qué me ofrece la obra. Las conclusiones comienzan a ser evidentes: el círculo de actividades lucrativas es extremadamente pequeño.
Muchos gastos, pocos ingresos
Durante la mayor parte de mis sesiones planificando cómo ampliar mi imperio del mal, siempre he apuntado a cotas altas. Es cierto que me he codeado con chusma barriobajera como Lamar o Gerald, pero siempre tuve claro que Cayo Perico o el golpe a The Diamond Casino & Resort.
Es en las entrañas de cada uno de estos lugares donde todo parece que vaya a estar bañado en oro y si logras salir airoso con buena planificación -no es mi caso-, sabes que te aseguras un milloncejo para tu bote personal. La actualización de The Criminal Enterprises incluso ha potenciado todavía más esta faceta criminal.
Con todo, he buscado centrarme en varias tareas y negocios secundarios para comprobar si son realmente rentables. La respuesta rápida es que no y para ejemplo más claro tenemos los locales de máquinas recreativas. Tal y como conté en su momento, Videogeddon me costó la nada desdeñable cifra de 1.125.000 dólares y con 40% de descuento en aquel momento.
La utilidad real de ese espacio es colarse hasta el sótano para armar un atraco con Lester, pero el propio hacker me avisó de que podría sacar rentabilidad de colocar arcades por todas las esquinas. Una vez sentado en la oficina, le echo un vistazo al catálogo de videojuegos.
Street Crimes: Gang Wars Edition, Monkey's Paradise y Shiny Wasabi Kitty Claw son las máquinas que pueblan la estancia. Reconozco que no lo he llenado todo, porque cada una de ellas cuesta un ojo de la cara para un método para conseguir pasta que es pasivo. En un ciclo de día en GTA Online, es decir, unos 48 minutos, y con el local hasta arriba de máquinas, se generan 6.000 dólares.
Una auténtica miseria que no lleva a ningún lado. En mi caso es mucho menos y pasan varios días para que tenga 5.380 dólares en la caja fuerte. Recuperar la inversión, no solo de las propias máquinas, sino del negocio en sí es una auténtica quimera. Es perfectamente comprensible que los jugadores miren para otro lado a la hora de aumentar las cifras de su cuenta en el Maze Bank.
Tareas por aquí y por allá
Eso sí, reconozco que los juegos en el interior de las recreativas son realmente simpáticos y unos minijuegos bien trabajados por parte de Rockstar. En este sentido, la desarrolladora no suele fallar. Con todo, la oportunidad llegó con una llamada inesperada.
Maude, un personaje que ni recuerdo del modo historia, me indica que tiene varios objetivos a los que aniquilar y que como buen asesino a sueldo, puedo sacar la tajada correspondiente. Buscar al despistado de turno en la ubicación que me envía y llevarlo vivo hasta su caravana en Sandy Shores para que Dios sabe lo que va a hacer con él.
10.000 dólares de recompensa por cada uno, pero con una inversión de tiempo que no es equivalente al botín obtenido. A pesar de ello insisto en comprobar si Maude tiene algo realmente grande preparado para mí y así es. Tras unos cuantos contratos, me indica un cofre que contiene la hachuela de piedra.
Un arma simpática, cuerpo a cuerpo, y que tras 25 bajas sí que otorga un premio a la altura. 250.000 dólares por haber completado todo el proceso y el envío de la rústica herramienta a mi partida de Red Dead Redemption 2. Algo muy similar a lo que sucede con el revólver de doble acción escondido en el mapa.
Solomon Richards es un ejemplo de tarea con altibajos. Todo comienza en la meca del cine, los estudios Majestic donde se ha producido el descarado robo de varios decorados. El trabajo consiste en encontrar los puntos repartidos por Los Santos donde recoger cada uno de ellos para entregarlos.
No voy a negar que he usado una guía para hacerme con ellos, porque de otra forma pasaría no a ser un objetivo secundario, sino a uno de séptima división. 10.000 dólares por cada uno de ellos y con tres decorados que aparecen de forma completamente aleatoria. Sí, te llevas un pellizco adicional de 50.000 dólares por todos con un traje de alienígena, pero es imposible centrar la atención en una misión así.
Jugando de forma pura al modo multijugador, sin usar ayuda externa, es una quimera encontrarlos todos y en cuanto veas la recompensa del primer decorado, vas a querer mandar todo a paseo. Con Simeon tampoco mejora excesivamente la situación.
El magnate automovilístico de tres al cuarto paga apenas 11.000 dólares por apagar incendios, matar a todo lo que se mueve en el puerto y volver para casa. Llegados a este punto, es cristalino lo que sucede con GTA Online.
Las misiones secundarias, tareas o como quieran llamarlo, se encuentran en una balanza donde la diversión al realizarlas es cuestionable y los botines escasos para las cifras que realmente se deben manejar en GTA Online. Hablamos de cientos de miles de dólares, por no mencionar los millones que cuestan las grandes operaciones y negocios.
Es mucho más sencillo centrarse en una lista acotada de actividades que ampliar fronteras a otros terrenos. Si tu objetivo es acumular dinero en la cuenta, no tiene ningún sentido detenerse en estas misiones y prácticamente todo se reduce al disfrute que consigas de ellas.
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