Cuando en 2023 Sony presentó el primer vistazo a Concord, me encontraba en la misma situación que todos los demás. No tenía ni la más mínima idea de lo que se avecinaba, pero una sonrisa se dibujó en mi cara con la presentación del último State of Play. "¿Una especie de Guardianes de la Galaxia? Camarero, póngame 20", pensé para mis adentros, pero la fantasía duró muy poco.
Una cinemática espectacular y muy prometedora se vino abajo en cuanto apareció el gameplay, momento en el que me volví a reencontrar con toda la comunidad. Un hero shooter, otro más para la ecuación, y sin ningún viso de que llegue a conquistar un mercado en el que es dificilísimo hacerse un hueco. El interés hacia Concord cayó hacia lo más profundo de mis expectativas y, junto a la negatividad del público, no quise saber nada más sobre él.
Sin embargo, he tenido la oportunidad de acceder a la primera beta de la obra de Firewalk Studios. Todo un juego como servicio que es hijo de la política que implementó Sony hace unos años (y que ahora intenta esquivar), por lo que tiene todas las papeletas para no conquistarme. No he tocado ningún juego del género, tengo cierta alergia a los títulos multijugador y los FPS nunca han sido mi fuerte.
Con semejante panorama me lancé a instalar Concord en PC, inicié la partida y un nuevo metraje apareció ante mí, por lo que estaba claro que entendería mejor el contexto de lo que sucede en su galaxia... pero no. Quizás yo no esté muy avispado, pero más allá de intuir que los Freegunners son una suerte de mercenarios/cazarrecompensas, no comprendo nada más. Podría pensar que la desarrolladora no quiere explorar demasiado el terreno narrativo, pero nada más lejos de la realidad.
La tripulación de la Northstar contará con una cinemática nueva a cada semana que pase en el videojuego desde su lanzamiento, por lo que hay intención de ir más allá. Sea como sea, no comencé con demasiado buen pie al no entender por qué debía disparar, si bien puedo pasar todo ello por alto si las ráfagas de balas me convencen. Haymar, Vale, Lennox, 1-IK0, It-Zi, Teo, Bazz y Estelar son algunos de los personajes que puedes escoger entre los diferentes Freegunners, aunque con un problema evidente.
Concord, por lo menos durante la beta, no cuenta con un tutorial, por lo que toca foguearse en mitad de las batallas contra los equipos enemigos. Los primeros encuentros fueron realmente frustrantes, pues me abrumaba la información en pantalla, apenas acertaba a entender las habilidades del personaje que llevaba y el contador de muertes a mi favor continuaba en cero. Fue durante esos minutos cuando mi espíritu anticompetitivo y negacionista de los multijugadores comenzó a salir a la luz, aunque recurrí a una de mis mejores cualidades.
Tengo la suficiente paciencia como para tragarme las malas sensaciones y esperar para confirmarlas, así que seguí jugando poniendo el foco en Roka, una mujer enfundada en una escafandra equipada con un lanzamisiles ligero. A partir de conocerla poco a poco, me he ido adaptando a las dinámicas de Concord para, aunque sea perdiendo, disfrutar del multijugador. Porque sí, a pesar de todo lo que se ha prejuzgado sobre la obra, servidor incluido, me lo he pasado más que bien durante unas cuantas horas.
No es que el videojuego se distinga por la colaboración fundamental en equipo como otros hero shooter. Esto no es Overwatch donde cada jugador debe cumplir una función, sino que la estrategia consiste en arrasar de la forma más eficaz posible. ¿Que no hay nadie que cure al resto? A apretar los dientes ¿Que la mitad de los compañeros son Freeguners enormes? Buenos tanques de vida para resistir las embestidas.
No he jugado de forma egoísta, ya que he intentado sacar adelante las batallas en los modos de eliminación, conquista o caza de trofeos, pero sí que me he sentido muy liberado de cualquier responsabilidad individual. Si veo a un enemigo enfrente, lo vuelo en mil pedazos, sin mayor preocupación. Hay que confesar que los cinco mapas que han estado disponibles no son precisamente el culmen del carisma y Firewalk tiene que hacerlos mucho más atractivos a la vista.
Con semejante despliegue visual en las cinemáticas previas, ojalá irradiasen mayor calidad artística, pero están lejos de dar la talla. No pude probar todos los Freeguners disponibles, pero sí que tuve claro que el combo entre Roka y Lennox es con el que más cómodo me he sentido. Sus habilidades casan muy bien con mi forma de jugar, aunque también le he sacado partido a Jabali, Kyps, la Duquesa y Teo. Todos ellos sí que irradian mucha personalidad y un trasfondo que no me importaría conocer en una película, aunque ojalá tuviesen poses más épicas.
De la misma forma el apartado del pase de batalla está lejos de llamar la atención a los que quieran decorar con cosméticos a los personajes. ¿Un llavero diminuto en la espalda? ¿Un guante de otro color prácticamente inapreciable? Veremos cómo se nutre con el paso del tiempo Concord y qué motivos le da a los jugadores de PS5 y PC para continuar en sus servidores, pero no le auguro un gran futuro. Salir al mercado por 40 euros es una losa enorme a superar desde el principio, sobre todo teniendo en cuenta que sus máximos competidores son completamente gratuitos. El tiempo dirá, pero el que yo he pasado entre planetas me ha sabido genial.
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