Se dice pronto, pero llevamos tan solo dos años y medio con Xbox Game Pass. El apodado Netflix de los videojuegos (pese a no ser en streaming), no ha dejado de mejorar desde entonces, no solamente por su imbatible catálogo de juegos, sino por cómo ha optimizado su interfaz, agilizando la tarea de descargar esos juegos.
Su versión premium, Xbox Game Pass Ultimate, ha vuelto a poner en tela de juicio el poco sentido que tiene, hoy por hoy, la suscripción Xbox Live Gold, puesto que los regalos e incentivos de ese servicio cada mes están muy por debajo de lo que se oferta en Xbox Game Pass. Y jugar online debería ser gratis a estas alturas en consolas, que llevamos casi dos décadas pasando por el aro desde la primera Xbox, donde ya no se libra ni la propia Nintendo con su Nintendo Switch Online.
Un servicio que no ha parado de crecer
Mi suscripción con Xbox Game Pass ha sido intermitente en sus inicios, puesto que no ofrecía prácticamente ningún juego que no hubiese comprado ya en formato físico o digital, a excepción de las novedades de Xbox Game Studios.
Su panorama ha cambiado mucho este último año, puesto que se cuida más la selección de juegos y la gran mayoría son recomendables, pudiendo encontrar auténticas rarezas que merecen mucho la pena e indies completamente reivindicables. Hasta he vuelto a jugar a títulos que había completado en PS4, como ha sido el caso de Minit. Pero lo mejor ha sido ese incremento de pesos pesados, no solamente en propiedad de Microsoft, sino de third-parties, como CD Project RED y su The Witcher 3: Wild Hunt, un juego de rol imprescindible.
Ahora todos los meses se incorporan auténticas joyas, siendo todo un festín comprobar las nuevas adiciones o los que lo harán en un futuro no muy lejano, como un porrón de entregas de Final Fantasy o los Yakuza, una saga que debuta por primera vez en una consola de Xbox. Ahora mismo los incentivos de Xbox Live Gold son secundarios y se esperan con más ilusión las noticias del Game Pass.
Por si fuera poco, desde hace unos pocos meses contamos también con Xbox Game Pass en PC, lo que incluye exclusivos para Windows, como el reciente Age of Empires II: Definitive Edition, títulos que se juegan mejor con el combo ratón y teclado, como el soberbio Pillars of Eternity, y otros que aún no han dado el salto a consolas pero sí al PC, como Phoenix Point, del creador del X-COM de 1994.
Es por ello que ya ni me planteo dejar de lado mi suscripción a Xbox Game Pass Ultimate, máxime teniendo en cuenta que seguirá vigente en Xbox Series X.
Xbox Game Pass no tiene competencia real
Hablar de competencia en Xbox Game Pass suena casi a insulto sabiendo la calidad (y cantidad) media de su catálogo frente a PlayStation Now (con demasiada broza, pese al cambio de planteamiento de Sony desde hace unos meses) u otros servicios del estilo, con un EA Access que se ha estancado. Y también por lo mucho que ofrece por poco dinero, con ese euro de promoción por tres meses para los recién llegados que sigue sin desaparecer.
Microsoft ha mimado mucho su servicio este último año y ha mejorado también su presentación, siendo bastante más cómodo instalar los juegos ahora desde su apartado de Game Pass, sin necesidad de tener que cargar la tienda en ningún momento. O desde nuestra biblioteca, cómo no, donde se nos indica en la barra lateral cuáles tenemos instalados y los que hay disponibles. Esto último, en cualquier caso, también se aplica a las suscripciones Gold o EA Access.
Lo mejor de todo es que Xbox Game Pass nos ha puesto más fácil la tarea de ganar dinero jugando en PC y Xbox One gracias a Microsoft Rewards, con desafíos centrados en las nuevas incorporaciones al servicio y en otros juegos que no deberían pasarse. Hasta por obtener logros nos dan dinero, vaya.
Aún hay margen de mejora, de todas formas. Estaría bien un sello en el icono de los juegos indicando que son de Xbox Game Pass, para no tener que recurrir a la pestaña de dicha suscripción y poder diferenciarlos mejor. O que se nos avise con más antelación cuándo se va a retirar un juego de la promoción, porque en lo personal me apenó la marcha de Ashen. ¿Lo curioso? Que los que se retiran pueden volver en el futuro, como hemos comprobado con el primer The Division.
Pero realmente son nimiedades de una balanza que está muy a favor de Microsoft y de los propios usuarios, porque Xbox Game Pass es la mayor arma de Xbox One en esta generación y un punto muy a favor para los futuros compradores de Xbox Series X sabiendo que contarán con un catálogo de lanzamiento descomunal.
Yo, mientras tanto, seguiré celebrando con entusiasmo las incorporaciones de cada mes, como ese Demon's Tilt que tenía en lista de deseos de Steam Early Access o los antes citados Pillars of Eternity: Hero Edition y Phoenix Point.
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