Imagina ser… una franquicia rentable. Pues eso es lo que ha conseguido Ubisoft con sus juegos de dicha serie, juegos criticados por su comercialidad, falta de ideas o poca innovación, pero juegos que dan beneficios al fin y al cabo. La serie de juegos ‘Imagina ser…’ de dicha compañía ha alcanzado la mágica cifra de un millón de unidades vendidas al año, según apunta la revista EDGE, una cifra más que respetable teniendo en cuenta que no se trata de títulos triple A.
El éxito de ventas de este tipo de juegos reabre el eterno debate sobre el arte y el negocio en los videojuegos. Puede que para nosotros, los que nos consideramos hardcore gamers, estos juegos sean una mala broma. Pero lo cierto es que son rentables. Tremendamente rentables. Así que, por mucho que duela reconocerlo, este tipo de juegos son muchas veces los que le salvan el año fiscal a una compañía, ya que su desarrollo requiere una inversión relativamente escasa y, a cambio, sus ventas funcionan de forma más que solvente.
Tomemos por ejemplo el caso contrario. Un juego como (y que nadie se ofenda en este punto por favor) ‘LittleBigPlanet’ para PS3. Un juego brillante, creativo, innovador y con multitud de virtudes que, sin embargo, no ha funcionado en ventas como se esperaba. Mientras una de las apuestas estrella de Sony en el pasado año ha obtenido una cifra de ventas más bien discreta, rondando los dos millones de unidades, estos títulos de Ubisoft, blanco de burla y parodias varias, demuestran sin embargo que han sabido hacer bien sus deberes.
La comparativa ha de hacerse, ojo, no sobre la cifra total de ventas, en la que los datos de juegos como por ejemplo ‘Gears of War 2’ apabullan con sus cifras al discreto millón de unidades anual de ‘Imagina ser…’, sino desde el punto de vista de los porcentajes de rentabilidad porque ¿cuál es la inversión necesaria, tanto en su desarrollo como en la posterior promoción, para hacer un ‘Gears of War’? Muy elevada, desde luego. Sin embargo, la división de juegos casual de Ubisoft, con un reducido equipo de desarrollo y sin apenas promoción vende un montón de unidades de sus títulos mes a mes, acumulando un pequeño pero importante capital, como la hormiga de la fábula.
Esta dualidad es algo que los españoles conocemos de sobra, aunque enfocada en el mercado del cine. El cine español, por desgracia, suele preocuparse muchas veces más de la calidad artística de una película que de su calidad comercial. Por ello existen en nuestro cine multitud de películas que, simplemente, no son rentables en taquilla. Y si se siguen haciendo año tras año es gracias a las subvenciones.
Con los videojuegos, al no existir las subvenciones, todo se ciñe única y exclusivamente a las ventas. Como declaraba hace unas semanas un responsable de Capcom al hablar de ‘Dead Rising: Terror en el Hipermercado’: el negocio de los videojuegos está lleno de juegos que la gente adora como ‘Viewtiful Joe’, ‘Okami’ o ‘Zack and Wiki’, pero que, simplemente, no dan dinero.
Así pues, y por mucho que nos pese, ‘Imagina ser…’ es un juego estupendo, o más bien, una franquicia estupenda. Una franquicia cuyos juegos cubren sobradamente los costes de su desarrollo y los devuelven multiplicados. Una franquicia que da beneficios en una industria sumida en plena crisis en solo el 20% de los videojuegos que se producen son rentables.
¿Significa esto que cada vez nos vemos más abocados a la pura comercialidad? Bajo mi punto de vista, no necesariamente. Al igual que en el cine, en los videojuegos todavía existen compañías y desarrolladores que saben crear grandes títulos que funcionan artística y comercialmente. Ejemplos los tenemos a puñados, desde la propia Blizzard y absolutamente todos su juegos (sí, adoro a esta compañía), hasta los grandes nombres de la industria como Miyamoto o Hideo Kojima.
Pero que nadie critique a ‘Imagina ser…’ y juegos por el estilo por sus defectos porque, al menos, han conseguido algo que muchos otros títulos que los superan en los aspectos artísticos no han logrado: ser rentables. Y eso, cuando hablamos de los videojuegos que son, ante todo, una industria, es lo que al final importa. Consultando los datos de VG Chartz para una referencia rápida nos encontramos, por ejemplo, con que a fecha de hoy cuatro de los juegos de la serie ‘Imagina ser…’ superan el millón de unidades vendidas, y dos de ellos superan incluso los dos millones.
Por otra parte, si venden tanto y por mucho que nos escueza, es por una razón tan simple como objetiva: porque a la gente, concretamente a cierto sector del público, le gustan estos juegos. Y punto.
En una industria que continuamente se debate entre considerar a los videojuegos un arte o un negocio (discusión que considero estúpida, ya que pueden ser ambas cosas) y en la que las notas y las críticas solo tienen interés porque ayudan a vender más unidades, las cifras de este tipo de juegos nos hacen reflexionar. Son el ejemplo de que, al margen de la prensa especializada, hay muchos títulos que, simplemente, se venden solos. Podríamos criticar o alabar a Ubisoft por muchas razones, pero ha sabido comercializar un producto que el público demandaba y eso, en conclusión, es lo que cuenta.
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