Era como un ritual. Te sentabas en el asiento de atrás, abrías el juego, y te ponías a ojear el manual de instrucciones mientras tu madre te repetía por activa y por pasiva que no leyeses en el coche, que te ibas a marear.
Daba igual si el viaje era a un centro comercial cerca de casa o si bajabas de Andorra con una nueva Game Boy bajo el brazo, podías estar todo el camino con la mirada fijada en ese puñado de páginas con tutoriales, historietas e ilustraciones.
Hoy, como tantos otros rituales que nuestros hijos no entenderán jamás, pasar horas frente a las páginas de un manual de videojuego ya casi ha desaparecido. Pero frente al abandono de las compañías, en una mezcla de nostalgia y rebeldía, hay quienes se niegan a dejar morir los tutoriales en papel.
El adiós al manual del videojuego
Pese a que algunas compañías se resisten a dar la espalda al manual -normalmente estudios indie que, arropados por esa nostalgia, ponen toda la carne en el asador a la hora de crear sus propias ediciones físicas-, la lucha por recuperar los manuales de videojuego es ya una batalla perdida.
Lo que antaño fueron auténticos mamotretos con los que podías hacer daño a tu hermano si se lo lanzabas con atino a la cabeza, pronto pasaron a ser pequeñas revistillas y, en sus últimos coletazos, apenas un puñado de páginas con más textos legales que información sobre el juego.
Tras alguna más que probable decepción al abrir una caja, seguro que alguien espetó un "para esto no pongas nada" del que todavía debe estar arrepintiéndose. Los grandes videojuegos no tardaron en olvidarse de los manuales.
Ni libretos pequeños, ni promociones de otros juegos, ni nada. Hoy en día a la caja le sobra espacio por todos lados. Un hueco ya sin sentido que antes ocupaban historietas, tutoriales, arte del juego y unas páginas para apuntar notas que, caretas fuera, nunca supe muy bien qué narices pintaban ahí.
Basta con acercarse a un puñado de páginas como las que tenéis sobre estas líneas, extraídas del primer manual de Pokémon de Game Boy, para apreciar el mimo y el cuidado que había ahí puesto. Un cariño que, por suerte para quienes lo echan de menos, aún no se ha perdido por completo.
Manuales hechos por fans
Aunque sus realidades sean muy distintas, la de Nacho (@ProjectoNach en Twitter) es una historia muy similar a la de otros creativos y diseñadores que se han adentrado en el mundo de los manuales hechos por fans. Ya sea con la vista puesta en el negocio o en ocupar su tiempo con un hobby, buscan recuperar aquellos tesoros perdidos.
"Yo soy un dibujante/diseñador autodidacta que restauraba portadas de videojuegos que el paso del tiempo se había encargado de destrozar. Ya sabes, para que la gente imprima en cartón una caja de Game Boy o Game & Watch sin dejarse el sueldo en especuladores".
Lamentablemente para él, un problema en el brazo hizo que fuese abandonando el dibujo poco a poco para evitar el dolor, pero por suerte encontró una alternativa que le podría permitir seguir explotando esa mezcla de arte y videojuegos que tanto le gustaba: crear manuales para juegos que no los tuviesen.
Lo que al principio empezó como algo para él, ya que según dice le daba tirria abrir la caja de un juego y ver un desierto en su interior, pronto empezó a generar miradas entre sus seguidores. Con el tiempo, hasta los propios desarrolladores se acercaron a él para pedirle copias de sus creaciones.
"El de Metroid Dread es del que más orgulloso estoy. Currantes de Mercury Steam vieron lo que hice, me felicitaron y me encargaron copias para ellos. Ese día pensé, yo ya he llegado a mi cima personal".
Con una labor tremenda a sus espaldas, manuales como los mostrados, o los que pueblan páginas como Etsy, suelen ser una mezcla entre los formatos de aquella época y el estilo de cada creador. Según Nacho, "los de antaño en su mayoría sólo vomitaban la información sin darle mucha rienda suelta al diseño. Seguían una especie de plantilla prefabricada".
Él dice optar por un toque más personal y que, además de ofrecer un texto útil, "que el lector se deleite los ojos con el diseño. Que sea una experiencia visual la mar de agradable". Un trabajo que, como ya habréis imaginado por las imágenes, lleva detrás una enorme cantidad de horas.
"El de Paper Mario fue con el que empecé a aprender y me tocó rehacerlo tres veces por ensayo y error. Es el más bonito de todos los que hice, pero pienso en todo el proceso y me entran sudores fríos".
Pese a que es fácil encontrar tiendas en los que los manuales ascienden hasta los 20 euros, los de Nacho rara vez sobrepasan los 12 euros entre el libreto y los gastos de envío. A ese precio no sólo no hay mucho negocio detrás porque él apenas saca un par de euros de cada copia, sino porque no suele ser un trabajo demasiado agradecido.
Pedir impresiones de gran calidad a una imprenta sólo sale relativamente barato si el grueso del pedido es enorme, así que para poder ofrecerlos sin perder dinero tiene que recurrir a precompras que luego se acaban cancelando si la gente no está dispuesta a esperar.
"Me deprime bastante porque a veces pienso si merece la pena tirarme un mes o mes y pico diseñando un manual para que luego no pueda salir adelante".
Como a tantos otros que se dedican a ello por afición y y luego los comparten de forma abierta, la idea de ir contracorriente de las grandes compañías y mantener vivo el espíritu del manual de videojuego es más que suficiente para continuar.
"A Nintendo, Sony, Microsoft, y otras compañías les supone un gasto irrisorio hacer manuales y tener a la gente contenta, pero si pueden ahorrarse ese dinero, pues lo hacen.
Es desolador abrir una caja y ver que hay un cajetín para meter un manual que no existe.
Molaría mucho que la comunidad de jugadores mediante algún foro se dedicase a lo mismo que yo, a diseñar todos juntos manuales".
Aunque su deseo es ver cómo vuelven los manuales para que las nuevas generaciones puedan pasar tiempo "ojeando, leyendo, oliendo y sobre todo, disfrutándolo", que lleguen vientos de cambio parece a día de hoy bastante improbable. Hasta que ocurra el milagro tocará encomendarse al magnífico trabajo de un buen puñado de nostálgicos que, pese a las dificultades y el incipiente olvido, se han convertido en la resistencia del tutorial en papel.
En VidaExtra | En busca del manual de instrucciones perdido
Imagen de portada | Etsy
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