Hace apenas un par de días que Nvidia anunció que su nueva tarjeta gráfica, la RTX 3060, llegará al mercado por un precio de 335 euros. Este anuncio parece aliviar un poco la sensación de hartazgo entre los posibles compradores, ya que resulta realmente complicado hacerse con una unidad.
El motivo es que desde el sector de la minería se estaban adquiriendo muchas unidades para utilizar el producto para la criptominería. Con el fin de "ayudar a garantizar que las GPU GeForce terminen en manos de los jugadores", Nvidia ha decidido limitar la tasa de hash en la RTX 3060.
El hash se trata de una función criptográfica cuya función consiste en codificar datos para formar una cadena de caracteres única. De esta forma, se pueden asegurar la autenticidad de datos, almacenar de forma segura las contraseñas y guardar la firma de los documentos electrónicos. En el proceso de minería de Bitcoin, el hash cumple un papel fundamental, ya que la gente que realiza estas tareas calculan millones de hashes para crear nuevos bloques de Bitcoin.
La RTX 3060 entra en juego en este punto, ya que está diseñada para detectar los atributos específicos del algoritmo de minería de criptomonedas Ethereum. Por lo tanto, la empresa ha decidido limitar la tasa de hash en un 50%, tal y como ha anunciado a través de su página web.
Nvidia asegura que su línea de GeForce RTX está diseñada "para satisfacer las necesidades de jugadores y aquellos que crean experiencias digitales". Bajo este punto de vista y buscando cumplir las pretensiones específicas de la minería de Ethereum, han anunciado los productos Nvidia CMP HX, destinados a la minería profesional.
Los CMP HX pretenden optimizar el rendimiento y la eficiencia de la minería y se podrán adquirir a través de tiendas especializadas. Debido a que no poseen las especificaciones de una GPU GeForce, se intenta no afectar a la disponibilidad de las tarjetas gráficas habituales.
Sin salida para pantalla, esta ausencia permite un flujo de aire mejorado durante la extracción. Cuentan con un voltaje y una frecuencia de núcleo más bajos, lo que aumenta la eficiencia energética en el proceso de minería.
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