La era del papel, la gran época en la que los críos se asomaban al kiosko para comprar la nueva edición de su revista favorita, ha pasado a mejor gloria. Las publicaciones de antaño mueren o palidecen ante la abrumadora imposición de Internet como medio informativo por excelencia, pero hace 20 años, las páginas impresas eran la principal fuente de información para críos como yo.
Si bien las páginas web estaban bastante instauradas, no había nada mejor que hacerte con una HobbyConsolas para descubrir el nuevo reportaje sobre Kingdom Hearts 2, la guía de Dragon Ball Z Budokai 2 de la Play2Manía y descubrir qué se estaba guardando bajo la manga cierta compañía japonesa con NintendoAcción. Ahora, gracias a la generosidad de un amigo y un trastero donde se acumulan más cosas que el polvo, puedo echar un vistazo al pasado para rememorar ¿mejores? tiempos.
Un lote de otra era
Sí, ahora yo me he convertido en el trastero de mi colega, pero no hay nada como recibir un regalo sin pedir nada a cambio. El gesto se agradece, ya que me permite incorporar a mi colección de títulos un puñado de obras que, ya no es que no posea, sino que ni siquiera he escuchado hablar de ellas en mi vida. Y como una imagen vale más que mil palabras, foto al canto.
Vosotros también lo notáis, ¿verdad? Hay una buena cantidad de videojuegos de conducción, ya que mi camarada es fanático del género y yo no soy precisamente el fan más notable. Con todo, hay joyitas como Stuntman, el proyecto de Reflections Interactive que vio la luz en 2002 en Europa y que permite ponernos al volante de un especialista de cine. Llegó a tener una secuela, al igual que las numerosas entregas del amigo Buzz, un tipo que me dio un buen dolor de cabeza durante años.
Era necesario jugar con aquel periférico del infierno que funcionaba como una especie de aparato de concurso televisivo, pero nunca fui un entusiasta de sus preguntas. En mi casa tuvimos Buzz!: El Gran Concurso Musical, el cual contenía pruebas sobre la música pop en las que era experto en fallar sin nada que me frenase, y ahora recibo a Buzz!: el MegaConcurso y Buzz!: el Gran Reto. Prácticamente el mismo título, ya que la temática pasa por cuestiones de cultura general, las cuales sí que podría responder con acierto.
Eso sí, si me preguntan si mi amigo cobraba comisión por Ford Mustang y Ford Racing 3, diré que no. Apenas superan el 50 en Metacritic en una época en la que no había tantos reparos en atizar bien fuerte cuando la ocasión lo merecía, por lo que me parece que su turno de juego probablemente no llegue jamás. Y es que al final, al igual que sucede con el olvidable Minority Report: Everybody Runs de Treyarch, la leyenda de PS2 también se cimentó a base de estos juegos.
Sí, la nostalgia nos hace pensar que la consola de Sony era una marea formada por constantes Final Fantasy X, Devil May Cry, Shadow of the Colosuss o Pro Evolution Soccer 6, pero lo realmente cierto es que estos otros videojuegos componían el grueso de la biblioteca de un crío de los 2000. Y no nos cuestionábamos nada más, disfrutábamos con lo que había y repetíamos los niveles que no podíamos superar hasta la extenuación. Utilizábamos los trucos a las primeras de cambio, creábamos nuestras propias reglas durante las partidas y las horas se sucedían sin mayor preocupación en nuestras mentes.
Un CD de la PlayStation Magazine que contiene demos de The Mummy, MTV Sports Pure Ride, UEFA Champions League 2000/2001 y, ¿quién necesita algo más? Discos promocionales de Nintendo con novedades de cara al futuro, un Driver 2 sin caja, fundas para los CD con sus nombres escritos en ellas... Ese fue el panorama en la habitación de cualquier jugón en 2004 y nos lo pasábamos igual de bien que hoy.
Sueños y esperanzas
Guías en formato caja física, contraportadas con consejos y pósters épicos para colgar en la habitación, aunque tus padres no aprobasen esas imágenes virtuales. Las revistas contaban con muchos motivos extra para comprarlas, como las mencionadas demos de regalo, y tengo el firme recuerdo de que eran un producto excelente para el poco dinero que costaban. Uno o dos euros por conseguir decenas de páginas en las que los periodistas de aquellos tiempos condensaban lo más importante para un imberbe como yo.
¿Cuántas veces le pedí a mi abuela dinero para la Play2Manía? ¿Cuánto tiempo perdí embobado con las portadas que anticipaban los juegos del futuro? Para ejemplificar la realidad de hace 20 años, he decidido echarle un vistazo bien a fondo a la Hobby Consolas 159 de diciembre de 2004. Estos eran los reclamos principales en cuanto echabas un primer vistazo:
- Gran Turismo 4: te adelantamos todos los detalles del juego de coches definitivo
- Call of Duty: el mejor análisis de un juego histórico
- Mira qué juegazos: GTA San Andreas, Halo 2, Prince of Persia 2, Jak 3, Need for Speed 2, Killzone, Mortal Kombat DC y muchos más
- Preestreno: llega Metroid Prime 2
- Reportaje: Wanda and the Colossus
- Noticias: Resident Evil 4 saldrá en PS2
Está claro que los medios suelen enarbolar un poco más de la cuenta los videojuegos, pero como para no hacerlo. Prácticamente todos los títulos presentados se convirtieron en referentes históricos del medio y de sus géneros, lo cual se refleja en las propias notas. Un 97 para el sandbox de Rockstar, un 94 para el shooter bélico, un 96 para la secuela del Jefe Maestro y un 94 para el revolucionario plataformas de Ubisoft. Joyas de la corona, obras maestras casi insuperables que eran el reflejo de una época colmada de diversión.
Por otro lado, también hay buenos recuerdos desde Japón. Christophe Kagotani se encargaba de mostrar las virtudes del talento asiático que estaba por llegar. Shadow of Rome, una brutal mezcla entre acción y sigilo, corona el reportaje principal con imágenes que repasabas de arriba a abajo durante meses. Ese era todo el material con el que contabas para alimentar tu imaginación, ilusionándote, explorando las posibilidades y confiando en que fuese el mejor juego del mundo.
No voy a tirar de nostalgia sobre que las producciones actuales son peores que antaño, porque sería faltarle a la verdad, pero de lo que no hay ninguna duda que ha empeorado es la publicidad. Me he asombrado muchísimo con la enorme calidad de las campañas publicitarias, incluso para juegos como Total Club Manager 2005 con Jabo Irureta en portada.
Y estas publicaciones servían para un roto y un descosido. Conocías las novedades, los juegos más vendidos, reportajes con Fumito Ueda y Kazunori Yamauchi, ofertas de periféricos y ahora permiten recordar que por 99 euros (sí, has leído bien) te podías llevar a casa una GameCube con un Mario Kart Double Dash completamente nuevos. Centro Mail todavía existía, los salvapantallas determinaban tu nivel de chulería en tu Nokia y el misterioso Yen respondía a todas las dudas.
Incluso se vendían las bondades de Rimax Virtual Vision 2.0, un sistema de realidad virtual que "no emite radiación ni daña a la vista" que podías adquirir por 139 euros para tu DVD o consola. Repito, evitaré que una sobredosis de añoranza y morriña me invada, pero lo que tengo claro es que hace 20 años nos lo pasamos muy, pero que muy bien.
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