Algunos todavía estamos frotándonos los ojos con la presentación de Starfield, una vez más. La obra de Bethesda deslumbró con luz propia gracias a un gameplay y un segmento especial durante el Xbox Games Showcase 2023, por lo que cualquier aficionado a la ciencia ficción espacial estará babeando de lo lindo. Puede que incluso más cuando la edición coleccionista se reveló.
La Starfield Edición Constelación es extremadamente bonita y con motivos suficientes como para echarle un ojo. Reloj ChronoMark, un parche de Constelación, la propia caja y una preciosa steelbook... totalmente vacía. Un código de descarga digital nos aguarda para que lo introduzcamos en la Xbox Series o en PC y así disfrutar de la fantasía que ha creado el equipo capitaneado por Todd Howard.
Y todo ello por el "módico" precio de 299,99 euros, una auténtica salvajada y una cifra prohibitiva para la mayoría de jugadores. Parece una broma de mal gusto que se le ha ocurrido a alguien en Microsoft, pero lo más triste es que no debemos irnos demasiado lejos para toparnos con la misma problemática. Hace unos días, con la revelación de la fecha de lanzamiento de Marvel's Spider-Man 2, Insomniac Games desveló que la edición coleccionista de los dos trepamuros ofrecería lo mismo: un código de descarga digital.
249,99 euros para un steelbook y una espectacular figura de Venom peleando con los superhéroes. Partiendo de la base de que el juego básico cuesta 80 euros de salida en PS5, los 169,99 euros restantes los componen los artículos digitales como los trajes y los dos objetos físicos. Una vez más, todo apunta a que alguien nos está tomando el pelo, pero Sony ya avisó de que esta tendencia no iba a parar.
Tanto Horizon Forbidden West como God of War Ragnarök presentaban irresistibles ediciones coleccionistas a precios desorbitados, pero con la curiosa y exacta ausencia del juego en físico. Las redes clamaron en contra de esta decisión, la cual se mantuvo firme hasta el final. Qué mejor que ahorrarse los costes de producción de versiones para PS5 o PS4 frente a distribuir números y letras en un papel para cada cliente.
No hay exclusividad a la hora de meter la pata. Xbox decepcionó como pocas veces por culpa del lanzamiento de un Halo Infinite en disco que apenas representa una licencia para que el juego arranque y se descargue en digital. Los ejemplos fluyen como si de una fuente se tratase, aunque nadie parece que le importe poner freno en la sangría. Al menos en los despachos.
Estanterías vacías
Matt Piscatella, analista de la industria en Circana, llamaba la atención hace apenas unos días a través del siguiente comentario en Twitter.
Los lanzamientos AAA digitales ya están aquí. En los próximos dos años esta tendencia se acelerará, y para 2028 más o menos creo que será la norma para la mayoría de los lanzamientos de Xbox y PS. Nintendo probablemente no avanzará tan rápido, pero es Nintendo y siempre está llena de sorpresas.
¿Hay algún dato al que se agarre Piscatella? En los tweets desde luego no se aferra a nada, pero tanto un experto del medio como él como el usuario de los videojuegos puede notar la tendencia. Según los últimos datos de GSD para el año 2022, se vendieron 159 millones de juegos, de los cuales 82,5 millones de juegos a través de descargas digitales, y los 76,6 millones restantes se vendieron a través de minoristas físicos. Siempre hablamos de resultados en Europa durante el año pasado, pero vemos progresión muy evidente.
La pandemia mundial de 2020 lo aceleró todo, aunque no era descabellado comenzar a pensarlo antes. Las compañías quieren ahorrar, como no puede ser de otra forma, todo el dinero posible y que nos quedásemos en casa durante un buen par de meses sin acceso a las tiendas ayudó al proceso de digitalización. Hay más de 25 millones de suscriptores a servicios como Xbox Game Pass, donde todo el acceso es digital o en la nube. Por primera vez en la historia, tanto Sony como Microsoft han presentado su nueva generación de consolas con un modelo digital, sin lector de discos.
Pocas declaraciones más desafortunadas hemos podido leer en los últimos tiempos como la de Epic Games respecto al lanzamiento solo en digital de Alan Wake 2. "Hay muchísimos jugadores que ya solo usan el formato digital. Te puedes comprar la PS5 sin lector de discos o la Xbox Series S, una consola exclusivamente digital. No es infrecuente publicar juegos modernos solo en formato digital", aseguraban desde la compañía. Señalan una consola como el producto más acertado a adquirir de cara al futuro y sustentan la política en conseguir no subir los precios al comprador.
Por querer, las compañías más importantes no quieren gastar papel tampoco. El libro digital de Avatar: Frontiers of Pandora no será más que un PDF que descargar, ejemplo que ha tomado de otras ediciones coleccionista ya mencionadas. Los manuales de instrucciones de hace 20 años son un recuerdo muy bonito y lo normal es abrir la caja hoy en día para toparse con la nada. Al menos Nintendo sigue esa norma y es la que apunta a resistirse a la dinámica que parece inevitable.
Todos sus grandes lanzamientos llegan con el correspondiente cartucho, salvo premeditadas excepciones para avivar el FOMO (Fear of Missing Out o miedo a perderse algo) como con Super Mario 3D All-Stars. No hablemos de problemáticas mayores que puede traer la consecuencia de un futuro totalmente digital, pues los usuarios de PS4 bien saben lo que es vivir con el miedo a que toda su biblioteca desaparezca.
Requisitos como vivir conectados a Internet de forma permanente, lo cual intentó Redfall, o que los juegos necesiten un parche de lanzamiento para que su rendimiento sea mínimamente decente, tal y como atestigua Star Wars Jedi Survivor, nos deja claro que la balanza totalmente inclinada hacia una versión no es positiva. Porque a EA no le importa nada que no podamos comprar nunca más Battlefield Bad Company 2 en digital y la preservación de la industria es un tema menor en el que solo Embracer Group está preocupada por él.
Me gustan mis videojuegos físicos y estoy dispuesto a pagar por ellos siempre que mi economía me lo permita. No quiero renunciar a un placer que se está convirtiendo en un romanticismo inútil, pero me parece una traición y una tomadura de pelo que ediciones coleccionista con precios absurdos lleguen sin el juego físico. Y si llegan, desaparecen para siempre como Final Fantasy Pixel Remaster.
Teniendo en cuenta las previsiones, en cinco años me convertiré en un señor malhumorado y extraño mientras las empresas, quiera o no, solo me dejan escoger una opción. Piscatella terminaba diciendo que "oye, si me equivoco nadie será más feliz que yo". Comparto el sentimiento, aunque las esperanzas son pocas.
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