A finales de 1979, Atari revolucionaría el mundo de los videojuegos por medio de la recreativa Asteroids. Siendo todavía una industria en pañales, este clásico acabaría influenciando a un montón de matamarcianos de la época. Y en 2019 aún se le sigue recordando por su mecánica principal.
Ambientado en el espacio exterior, nuestro objetivo era destruir todos los asteroides de la pantalla, con la peculiaridad de que los de mayor tamaño se iban dividiendo en partes más diminutas. A esto se le unía un OVNI que aparecía por el centro de la pantalla de vez en cuando, por lo que había que esquivar también sus disparos. El juego no tenía nada más, pero llegó a desbancar en popularidad al Space Invaders de Taito, de 1978. ¡Mítico!
El inicio de una etapa dorada en los recreativos
No es de extrañar que Asteroids fuese uno de los primeros juegos en formar parte de la exposición del MoMA dedicada a los videojuegos que son arte. Y es que esta compañía fundada por Nolan Bushnell y Ted Dabney en 1972, el año donde sacaron al mercado el clásico Pong, uno de los pioneros del sector de los videojuegos, fue de lo más prolífica entre los 70 y los 80, creando títulos que fueron referente de los salones recreativos (y en su familia de consolas) durante muchos años, como Breakout o Missile Command.
Un mes después de lanzar al mercado Lunar Lander, el primer juego de Atari con gráficos vectoriales, Ed Logg, Dominic Walsh y Lyle Rains usaron el mismo motor para diseñar el citado Asteroids. De hecho, este último llegó a eclipsar al primero. Y, como decimos, salieron con un mes de diferencia.
Ambos eran videojuegos ambientados en el espacio y, en cierto modo, su control era ligeramente similar. Pero el segundo estaba más enfocado a la acción, con esos disparos que hacían añicos a los asteroides de modo progresivo, según su tamaño. Se podría decir que todo un clásico como Pang, de otro género, sacó provecho de esa idea de Atari diez años después.
No había barreras sobre el escenario: si atravesábamos la parte derecha nos teletransportábamos al extremo izquierdo, y del mismo modo con el resto de lados. Y esto se aplicaba, lógicamente, a esos cuerpos rocosos del espacio que teníamos que destruir para alcanzar las mayores puntuaciones. Incluso le pasaba lo mismo a nuestros propios disparos, aunque eso no nos afectase a nosotros mismos ya que tenían un trazado muy corto en comparación.
Un legado que tuvo continuidad en los ochenta
Aparte de contar con conversiones para Atari 2600 y compañía, donde no han faltado posteriores adaptaciones dentro de colecciones para sistemas mucho más actuales a lo largo de todos estos años, Atari no tardó en sacar una secuela, llamada Asteroids Deluxe. Habían pasado tan solo dos años respecto al original, pero la evolución era evidente, tanto a nivel visual como de retos, donde ahora había que estar pendientes de otro tipo de peligros.
Por desgracia, al año siguiente salió al mercado el videojuego oficial de ET, el peor juego de la historia. Esto supuso, a la postre (también por culpa de la crisis del videojuego en 1983 en Estados Unidos), el fin de la Atari original en 1984. Eso sí, pocos días después se reorganizó por completo y renovó su marca bajo el nombre de Atari Games, un estudio con ideas más claras.
Focalizó sus esfuerzos por crear más recreativas de mayor calidad y ahí surgieron clasicazos de la talla de Gauntlet, Paperboy o S.T.U.N. Runner, pese a que no estuviese acertada con otros experimentos, como Xybots.
Lo curioso es que con Atari Games siguió distanciándose del nombre de Asteroids: si en 1982 probó suerte con Space Duel como Atari, un calco de las mecánicas del original con algo más de colorido por aquí y por allá, en 1987 sacaría Blasteroids, su siguiente secuela oficial, ya sin vectores.
Hasta que se estrelló con el nuevo milenio
La visibilidad de este clásico de Atari se fue diluyendo con el paso del tiempo, a lo que no ayudó que la licencia pasase por distintas manos, como Activision en 1998, con un videojuego que recuperó el nombre original.
Se había mejorado la fórmula, no solamente a nivel estético, pero no pudo evitar que se mostrase como un videojuego caduco al haber sido superado por compañías como Irem, Capcom, Cave y tantos estudios más. Después de todo, habían pasado 20 años del original y todo seguía igual, en el fondo.
Xbox 360 llegó a recibir, incluso, un exclusivo mediante Xbox Live Arcade titulado Asteroids & Deluxe (retrocompatible con Xbox One y ahora por solo 2,85 euros) que fracasó estrepitosamente en 2007 por lo mismo. La fórmula y su presentación se habían agotado y la nostalgia no bastaba.
Para colmo, en 2009 nos sorprendía la noticia de esa intención de Universal de llevar Asteroids al cine, desvelando su argumento poco después. Fue un año muy loco, porque meses antes la propia Universal anunciaba la peli oficial del juego de tablero Hundir la flota, de HASBRO, que finalmente se estrenó en 2012 bajo el nombre de Battleship. Hoy en día esto ya no nos sorprende ni lo más mínimo sabiendo que en 2015 se anunció la de Tetris.
Por desgracia (o por suerte), el proyecto de llevar Asteroids al cine sigue en estado comatoso y aquel intento de renovar su marca como Asteroids Outpost, hasta el punto de alejarse por completo del original, ya no está disponible en Steam, mientras el mediocre Alone in the Dark: Illumination se mantiene. Porque Atari no ha estado acertada con esos reboots.
¿Lo bueno? Que la dinámica de Atari está cambiando gracias a Rollercoaster Tycoon, donde está obteniendo beneficios, sin olvidar que volverá al ruedo de las "consolas" gracias a esa máquina (en realidad, un PC) llamada Atari VCS (antes conocida como Ataribox), cuyo lanzamiento se producirá al final a primeros de 2020. Y, cómo no, Asteroids vendrá incluido de serie.
Bien podría haber tenido un aniversario más acorde a su legado, pero nunca podremos agradecerle lo suficiente a Atari lo que logró con ese clásico.