Sony dio a conocer ayer mismo los primeros datos sobre su próxima consola de sobremesa, a la cual vamos a seguir llamando PS5 hasta que la compañía decida anunciar su nombre oficial, y aunque todavía queda mucho por conocer sobre ella hasta su lanzamiento, del que tampoco tenemos una fecha oficial, algo nos ha dado para ir pensando.
Así pues, una vez más, los editores que formamos el equipo de VidaExtra hemos decidido dejar por escrito algunos de nuestros primeros pensamientos e ideas a raíz de toda esta información. Pilla un refresco, un buen bol de palomitas y ponte cómodo.
Alex CD
De todos los detalles oficiales de PS5 que ha dado a conocer Sony, creo que me quedo con la inclusión de un disco duro de tipo SSD por encima de todo lo demás. Doy por hecho que a nivel gráfico vamos a ir bien servidos en la nueva generación de consolas viendo de lo que han sido capaces las actuales, así que no me preocupa demasiado. Y lo del 8K… pues bueno, cuando los juegos en 4K sean el estándar y puedan moverse sin problemas a 60fps, ya hablaremos del 8K y de sus pañales.
Las nuevas consolas deben luchar por minimizar el tiempo que transcurre desde que las encendemos hasta que empezamos a jugar
Lo de la retrocompatibilidad me parece también una muy buena jugada. Después de todos los palos que ha recibido Sony por no ofrecerla en PS4, a diferencia de lo que ha estado haciendo Microsoft con una Xbox One compatible con muchos juegos de las dos anteriores Xbox, parece un movimiento lógico. En todo caso, por mi Xbox One han pasado muy brevemente un par de títulos de Xbox 360, no más. Tengo mucha novedad por jugar y no demasiado tiempo como para volver a títulos de una o dos generaciones anteriores, pero sí, a tope con la retrocompatibilidad y que todo el mundo pueda tener a su alcance cuantas más opciones mejor.
Volviendo a lo del SSD, creo que ahí es donde tiene que estar la guerra. Las nuevas consolas deben luchar por minimizar el tiempo que transcurre desde que las encendemos hasta que empezamos a jugar, conseguir que la experiencia de juego tenga el menor número de cargas posible y, cuando las haya, que sean muy, muy cortas. Por no hablar de los procesos de instalación. Yo lo que quiero es encender la consola, poner el juego y jugar, como cuando todo iba en cartucho, no tener que tragarme varios menús y pantallas de carga. Y durante las partidas, igual: quiero velocidad y una experiencia fluida en todo momento.
El ejemplo que ha ofrecido Sony es el siguiente: los viajes rápidos en Marvel’s Spider-Man se llevan a cabo en 15 segundos en una PS4 Pro, mientras que en la PS5 se podrían hacer en 0,8 segundos. Y eso está muy bien, pero hablamos de un juego desarrollado para PS4. Cabe la posibilidad de que los juegos de PS5 mejoren los tiempos de carga con respecto a los actuales gracias al SSD, pero quizás por su propia naturaleza no arrojen datos tan rimbombantes como el del ejemplo. Veremos en qué queda la cosa.
Frankie MB
Ni los ocho núcleos, ni el lector de discos: en más de una ocasión he expresado mi preocupación por lo que llevo invertido en los juegos de la actual generación y por lo que pasará con ellos tras el salto generacional. No solo en DLCs, sino también en tiempo de juego. Una consecuencia derivada del juego como servicio. Y, al menos en mi caso, PS5 ha dado con la tecla.
La largamente rumoreada retrocompatibilidad será el mejor embajador de la nueva consola de Sony, y también de la actual. ¿Por encima de sus especificaciones? Piensa lo siguiente: invertir en juegos y contenidos en una consola a la que se le había puesto la etiqueta de fin de ciclo ahora es una inversión a largo plazo.
Está por ver cuántos de los próximos juegos acaban teniendo una edición acomodada a lo que puede ofrecer cada sobremesa, como ocurrió con The Last of Us y actualmente se rumorea en torno a su secuela, pero no te negaré que poder jugar a Dragon Ball FighterZ, Overwatch o God of War desde el día uno y sin gastar un céntimo extra hace muy fácil hacerse Early Adopter.
Por otro lado, la inclusión de un disco duro SSD es un movimiento realmente necesario. Los tiempos de carga no han sido nunca una asignatura pendiente en PS4, pero si de verdad tiene puestas las miras más allá de la Ultra Alta Definición es una solución eficaz que, de paso, afecta positivamente a los actuales juegos de PlayStation que -de manera oficial- ya son parte de su catálogo. Siempre que no haya letra pequeña, claro.
Sony parece haber salido del ciclo de los remasters, aunque no descarto que vayamos a ver un Shadow of the Colossus 4K Edition. Pero, a falta de tener unas especificaciones más claras con las que poder imaginar cómo se verán los juegos con Ray Tracing y su cada vez más atractiva realidad virtual, lo prometido va bien encarrillado.
Ahora bien, la verdadera conversación llegará con el anuncio de las verdaderas novedades, sus servicios en la nube y, sobre todo, un catálogo juegos propio y contundente que nos invite a hacer la transición en lugar de quedarnos con lo que ya tenemos.
R. Márquez
Ya la tenemos aquí de forma oficial, la nueva generación llevaba ya un tiempo entre nosotros a base de dimes y diretes, pero tener la certeza de primera mano sobre qué se está haciendo para dar el salto siempre es de agradecer. Seríamos más felices sabiendo que no habrá que esperar hasta el año que viene pero, pese a ello, hay razones para alegrarse por la noticia.
La del disco duro SSD es sin duda la más interesante de todas, y es que ya va siendo hora de que la tecnología pueda dejar atrás las pantallas de carga o, como mínimo, reducirlas todo lo posible para evitar esas molestas esperas. Que además pueda empujar el rendimiento de la anunciada retrocompatibilidad es una gozada.
Al final los juegos son los que marcan la diferencia y, por muy potente que pueda llegar a ser la consola, todo se reducirá a eso
Quedará por ver qué tamaños empiezan a barajarse, porque la cosa pinta mal para el espacio que ocuparán los juegos al entrar en escena cosas como el sonido 3D y la resolución 8K. Sigo pensando que no todos estamos dispuestos a seguirle el ritmo a la carrera por la resolución, pero es comprensible teniendo en cuenta que Sony tiene que seguir vendiendo teles y serán éstas (y no la consola) las que se encargarán de ofrecer la imagen.
Sí es de agradecer que con esa potencia en mente, se tenga en cuenta hasta qué punto pueden funcionar mejor resoluciones más bajas. No sé si hasta el punto de perseguir un estándar de 4K y 60 fps, pero desde luego tendría que ser un tema muy a tener en cuenta de cara a esta nueva generación.
A tope también con el capote a la realidad virtual. A Sony le ha funcionado el experimento en solitario y es lógico que quiera darle continuidad a una tecnología que aún está en pañales. A fin de cuentas eso también supone que ellos se pongan las pilas con los juegos, sin duda la nota más floja de un invento que aparentemente aún tiene mucho por demostrar.
En resumen, buenas sensaciones que toca aterrizar más pronto que tarde, aunque la cosa parece que va para largo. Sorprende no ver titulares realmente potentes entre lo que Cerny ha comentado, pero al fin y al cabo esto es lo de siempre, al final los juegos son los que marcan la diferencia y, por muy potente que pueda llegar a ser, luego todo se reducirá a eso.
Jarkendia
No creo ser el único que se alegre por la retrocompatibilidad con PS4 de la futura PS5, por mucho que sea una alegría a medias. Pero es que viendo el camino optado por Sony de un tiempo a esta parte, todo parecía indicar que seguiría dejando de lado la retrocompatibilidad para volver a cobrar por juegos que ya tenemos, como sucede con PlayStation Now.
A nivel de potencia, prácticamente lo esperado, aunque sorprenda ese énfasis por dar el salto a las 8K cuando las actuales han ido algo justas moviendo los juegos en condiciones a 4K. Aparte que luego está la pregunta incómoda: ¿cuánta gente cuenta con un televisor 8K? Pues eso.
El verdadero motivo que ilusiona es su disco duro SSD, porque es algo que los usuarios de consolas llevaban mucho tiempo demandando y que hasta ahora tan solo disfrutaban los del mercado del PC. Las diferencias de lectura son abismales y ya nos han dado un ejemplo con ese Marvel's Spider-man, donde una carga de 15 segundos en la PS4 Pro llevaría tan solo 0,8 segundos en la futura PS5. Adiós a los tiempos de carga, vaya.
Tampoco puedo ocultar mi alegría al confirmar que también llevará un lector de discos. Porque sí, seguirá apostando por el formato físico por muy asentado que esté el digital y sea el futuro. Que a no todos nos gusta la idea de prescindir de las tiendas locales en busca de juegos. Incluso de segunda mano. Otro tema es que llegue a replicar la fórmula de PSP Go que acaba de adoptar Microsoft con su Xbox One S All-Digital Edition como un modelo alternativo para los que se quieran decantar de lleno por PSN.
Hay muchas incógnitas por lo demás, aparte que ni siquiera PS5 es su nombre definitivo. Pero hay muchas ganas de dar (de nuevo) el salto generacional de consolas, que ya son muchos años disfrutando cada salto.
Diego Pazos
Aquí estamos otra vez, a punto de desgranar la nueva, nueva generación -da la impresión de que usamos ese término una vez cada seis meses, como mínimo-. Una marcada por los cambios, por esa tendencia a irnos a lo digital, y por la inminente llegada de compañías alejadas de las marcas tradicionales que parecen dispuestas a convertir el jugar en otra tendencia, otro hábito dentro de nuestro día a día.
En ese sentido la tranquilidad sobre el anuncio de la hipotética PS5 -cambiar de nombre ahora, pese a la potencial rima, suena descabellado- viene de situar los experimentos con gaseosa a un lado y centrarse en cosas que la gente lleva tiempo reclamando mientras las compañías dan por hecho que ya está, que así va bien.
Habrá quien sienta esa calma al ver que se mantiene el lector de discos y parecemos alejarnos del streaming y el "all digital" como única solución. No es mi caso, aunque reconforta. Sí me tranquiliza mucho la apuesta por la retrocompatibilidad por lo que supone, no solo a nivel económico, dar una sensación de continuidad y no de ruptura con lo anterior.
Un arma de doble filo, ya que como contrapartida cuesta no formarse la idea de que esta nueva plataforma va a ser de transición: una consola potente solo a medias, independientemente de un soporte 8K que ni se le ha pedido, ni personalmente creo que se espere; hecha para durar tres o cuatro años hasta que salga su versión mejorada y comencemos a soñar con la sexta entrega. No sueno muy optimista, lo sé, pero a veces es mejor poner la tirita antes de la herida.
Donde no creo que haya dudas es en cuanto a la inclusión de un disco duro SSD y sistema de audio mejorado. Aquí es a donde creo que deberíamos de habernos dirigido siempre: a mejorar lo que ya tenemos y a crear con ello una mayor inmersión, algo para lo que es imprescindible medir mejor los tiempos y apelar a nuestros sentidos con algo más que polígonos.
Que las palabras de Cerny vayan encaminadas a crear esa sensación y no a soltar sin más especificaciones técnicas ha sido casi terapéutico. Ahora queda ver si son algo más que intenciones, y si de verdad el precio cumplirá o no nuestras más salvajes ilusiones. Comienza la cuenta atrás. Bienvenida sea.
Sergio Cejas
Cuando Sony reveló ayer los primeros detalles oficiales de la futura PS5 o como sea que se acabe llamando, no paraba de pensar en el pedazo de maquinón que se avecina con todas esas características tan alucinantes que van a lograr que no echemos tanto de menos la actual generación de consolas.
De todo lo que se dijo que va a incluir, me encantó sobre todo el hecho de que vaya a apostar por la retrocompatibilidad. Desde siempre me ha parecido una idea formidable el poder seguir disfrutando de los juegos que ya tengo, aunque cambie de consola, pero habrá que ver si simplemente nos permitirá insertar cualquier disco desde el primer día o funcionará de una manera parecida a como lo hace en Xbox One.
Además, a mí siempre me ha gustado más tener los juegos en físico que en digital, así que no me pudo alegrar más el hecho de que Sony no siga el mismo camino que Microsoft o Google con Stadia y por lo tanto siga apoyando a los discos con sus cajas. No lo puedo evitar, me encanta mirar la estantería y ver los juegos que tengo en lugar de tener que acceder a la consola y consultar una simple lista.
Otro de los aspectos que más me llamó la atención fue la velocidad a la que asegura que se cargarán los mundos de los videojuegos. Cuando vi el ejemplo que se puso con Marvel's Spider-Man, no pude evitar acordarme de los tiempos de carga de Final Fantasy XV que pueden llegar a durar hasta dos minutos. ¿Con el disco SSD por fin podré decir adiós a esos tiempos interminables en todos los juegos? Cruzo los dedos para que sea así.
Y si hay otro detalle que me fascinó fue cuando Mark Cerny comentó que quiere que el sonido evolucione. Me pareció una idea maravillosa, porque siempre se habla de los gráficos o la potencia, pero no hay que olvidar que el sonido y la música son apartados determinantes, así que estoy deseando se cumpla eso de que van a tratar de ofrecer una experiencia más inmersiva y realista con ese audio 3D.
Con respecto a lo demás, personalmente me da un poco igual el que la resolución alcance los 8K o que vaya a ser compatible con PlayStation VR. La realidad virtual de Sony nunca me ha terminado de convencer del todo y demasiado tendrían que cambiar las cosas para que mi opinión sea distinta. En cualquier caso, Sony ya ha dado un paso gigante de cara a la próxima generación y habrá que ver cómo responde la competencia ante este movimiento.
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