Algo que siempre ha caracterizado a los diferentes videojuegos de la saga DOOM es el hecho de que se tratan de FPS muy frenéticos en el que no paras de moverte a toda velocidad y pegar tiros contra hordas de demonios. La entrega de la saga que se publicó en 2016 ya dejó el listón muy alto, pero lo que consiguió id Software con DOOM Eternal es una locura.
El que probablemente sea uno de los FPS más bestias de toda la historia, por no decir el que más, cuenta con una nota media de un 88 en Metacritic, aunque lo más importante de todo es que lo tenéis disponible gracias a la suscripción de Xbox Game Pass. Solo tenéis que acceder a la tienda online de vuestra Xbox One o Xbox Series X/S y descargarlo cuando queráis.
Desde luego DOOM Eternal es la definición perfecta de ultraviolencia, porque no pararéis de masacrar demonios y criaturas procedentes del infierno de las maneras más salvajes que se os pueda ocurrir. El DOOM Slayer regresa una vez más a la acción y más poderoso que nunca con el amplio arsenal de armas que tendrá a su disposición.
Más allá de que su jugabilidad sea magnífica y muy entretenida, con sus momentos de dificultad porque los monstruos irán a por todas a machacarnos, también hay que reconocer la excelente calidad gráfica de la que presume para hacer que todos los enfrentamientos luzcan mejor todavía. Así a lo largo de numerosos escenarios tenebrosos que habrá que atravesar hasta evitar la destrucción de la humanidad en la Tierra.
Por otro lado, su multijugador también ha evolucionado para apostar esta vez por Battlemode, un modo en el que hasta tres jugadores se juntarán en una misma partida. Uno de ellos encarnará al mismísimo DOOM Slayer con el fin de machacar a los otros dos que tomarán el papel de demonios un tanto letales a lo largo de cinco rondas de lo más intensas y espectaculares.
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